Los cruceros turísticos son ciudades flotantes que generan una fuerte contaminación en la atmósfera, en el mar y también en tierra firme, por lo que cada vez más ciudades estudian limitar el número de estos barcos en puerto. Palma de Mallorca ya lo ha hecho. Sin embargo, hacerlo de forma sistemática en todo el país no parece fácil. El Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible ha afirmado que no puede imponer limitaciones a la entrada de cruceros turísticos a puertos españoles «al carecer del soporte legal necesario» para ello.

Esta es la respuesta que el Gobierno ha dado recientemente a una batería de preguntas escritas registradas en el Congreso por los diputados de Sumar Félix Alonso y Vicenç Vidal y a las que ha accedido Europa Press.

Los diputados se interesaban en su escrito sobre la posibilidad de promover un marco regulatorio más estricto respecto a la actividad de los cruceros en materia fiscal, ambiental o de utilización de combustibles menos contaminantes, en vista del incremento de los cruceros arribados en las Islas Baleares en los últimos años.

Pero también preguntaban por las actuaciones que el Gobierno piensa llevar a cabo para limitar los impactos ambientales que genera el turismo de cruceros y los perjuicios que provoca en la salud de la población que vive cerca de los puertos de atraque.

Cruceros en el puerto de Barcelona El Periódico


El Ejecutivo, en su escrito de respuesta, responde en primer lugar que no se contabilizan las emisiones del tráfico marítimo internacional. No obstante, apunta que, a partir de datos recogidos por Eurostat, se puede deducir que el porcentaje de cruceros para España supuso «un 4,6% respecto al total de barcos de pasajeros» en el año 2021.

Es en este punto donde el Gobierno indica que no puede aprobar limitaciones de acceso de los buques de cruceros a puertos españoles por no disponer del soporte legal necesario.

Se requiere un acuerdo con las empresas

Además, dice el Ejecutivo, se requiere un previo acuerdo con las principales compañías de cruceros, proveedoras del servicio, representadas en la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros y es una cuestión «que afecta a las propias ciudades costeras concernidas y al gobierno autonómico correspondiente, así como a las competencias en materia de turismo».

En este sentido, el Gobierno recuerda que ya se conocen experiencias al respecto, como la alcanzada en Palma de Mallorca en mayo de 2022 para introducir una mayor racionalidad en los usos portuarios con la llegada escalonada de cruceros. En dicho puerto, está limitado desde entonces el número de cruceros que pueden permanecer atracados de forma simultánea.

La gran contaminación atmosférica que causan estos buques, así como la congestión del tráfico portuario y la masificación turística en las ciudades afectadas han llevado a otros puntos de España, como Barcelona o Ibiza, a plantearse la posibilidad de imitar el ejemplo de Palma.

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