La Generalitat ya tiene aprobados sus presupuestos para 2024. Es hora de ir cumpliendo las promesas electorales que han ido haciendo. Y en Elx han sido unas cuantas. No sería aceptable que, como pasó con el anterior Govern de la Generalitat, todo se quedara en anuncios y buenos deseos.
El alcalde Pablo Ruz tiene ahí un reto mayúsculo. Es, sin duda, conocedor de las necesidades de este municipio y también sabe que, parte de su triunfo electoral, tiene detrás la frustración que, en muchos sectores de la ciudad, generó el desinterés que, desde el anterior Consell, se planteó en muchas ocasiones con las necesidades de Elx y, lo que aún resultó más insoportable: la sumisión municipal ante el olvido en el que se nos tenía desde València. Sin olvidar errores increíbles en una gestión que, desde un Ayuntamiento PSOE-Compromís, eran muy difíciles de aceptar para una parte progresista del electorado.
Por eso es tan importante que Ruz se haga notar donde se toman decisiones en Valencia. Las visitas y sonrisas con Mazón están muy bien pero no es suficiente. Y, hasta ahora, los síntomas empiezan a ser preocupantes. El proyecto de presupuestos del Consell que se presentó era muy rácano con Elx y, a pesar de las quejas y de los anuncios de que se intentaría corregir, se ha aprobado como estaba previsto. Mala señal para empezar.
El palmeral seguirá con la insuficiente partida de 200.000 euros y sin ajustarse a la nueva Ley, y el Misteri pasó de 100.000 a 90.000 euros (no quiero pensar lo que hubiera dicho el PP si esta bajada la hace la izquierda) y no han sido para corregirlo en el debate parlamentario. Y no será por falta de dinero, la misma Consellería que ha hecho esto con Elx ha aprobado una nueva partida, de 300.000 euros, para potenciar los toros (más que para el Misteri y Palmeral juntos, y eso que son Patrimonio de la Humanidad). La reacción del actual Ayuntamiento también ha sido muy sumisa, repitiendo actitudes anteriores.
Clarisas y Palacio de Congresos
Igual ha pasado con la promesa de Mazón de actuar en las Clarisas. Llegó a prometer hasta un Museo Valenciano de Arte Contemporáneo. Un problema es que no se acuerde de aquello, que ya es, pero otro más grave es no saber cuándo se hará algo para salvar un edificio tan histórico. Su deterioro no lo pararán promesas y buenos deseos. Hay que moverse y refrescar la memoria a algunos. No sé si Ruz tendrá ahí el apoyo de Mazón, pero lo que es seguro es que sí tendrá el de la ciudadanía ilicitana y, en muchos casos, tendrá que optar y él, seguro, que es consciente. No hacerlo ya sabe a lo que suele llevar.
Por otra parte, todos recordamos que, con motivo del anuncio del Palacio de Congresos que se prometió por parte de la Diputación, Carlos Mazón declaró que lo correcto era que la Generalitat participara en la financiación del mismo. Ahora que la preside él es curioso comprobar que no ha presupuestado ni un céntimo para dicha obra. Así será difícil cumplir promesas y ya se verá si, alguna vez, aquello pasa de solar para aparcar a otra cosa.
Es llamativo lo lenta que está siendo la Generalitat para cumplir con Elx y, en cambio, lo rápido que ha sido Elx para perdonarle la deuda por la UMH de 43 millones. Es el mundo al revés. Acabamos «financiando» al que nos tenía que financiar. No sé si habrá algún caso parecido en la historia. Y ya se verá lo de la Ronda Sur si se acaba alguna vez y, en cuanto al famoso tranvía, es probable que, vistas algunas declaraciones, se quede en algo parecido a la película «Un tranvía llamado deseo». Sería deseable que el alcalde, que seguro que sabe hacerlo, empiece el año reivindicando estas actuaciones pendientes, así como algunas otras como la construcción del Centro de Salud del Travalón; reanudación obras Ctra. Santa Pola, reformas en varios colegios y C.S. en barrios y pedanías, Conservatorio, etc.. Es hora de concretar promesas.