Llevan el nombre de docenas de parroquias o municipios como Matamá, Costa da Morte, Bueu, Cans o Barrantes. Los hay prácticamente planos, otros con taconazos o plataforma baja u alta. En algunos casos, incluso han sido incorporados a bolsos, aunque también se pueden portar minis en el llavero o en dibujos en los calcetines. El zueco gallego sigue dando su vuelta al mundo, principalmente con su reinventora, Elena Ferro.
El zueco gallego se ha reconvertido en los últimos años en un elemento de innovación en los estilismos no solo de Galicia sino de fuera de la comunidad gracias al trabajo de firmas como Elena Ferro donde las ventas fuera de España suponen el 15% del total. Ahora firmas como Bimba y Lola han tomado nota con la reinvención del zoco-botín a la venta en la actualidad.
La artesana de Merza ha logrado con su equipo que el zueco gallego se encuentre en buena parte del mundo. Fuera de Galicia y España donde más vende por orden es en “Reino Unido, seguido de Alemania, Francia y curiosamente Estados Unidos de cuarto; y en Latinoamérica, México, Argentina, Venezuela y Chile de mayor a menor. Después, en Japón, Nueva Zelanda y Australia hemos vendido algún par. Había que añadir también Suiza”.
Explica Ferro que las ventas realizadas en Latinoamérica son en su mayoría para descendientes de gallegos pero también “hay mucha gente que nos conoce por las redes sociales y nos contacta a través de la página web. Hoy en día con los traductores de Google es fácil comunicarse tanto para la gente que nos escribe como nosotros para responderles”.
Respecto al uso que se le da a los zuecos, “en Latinoamérica tenemos pedidos de asociaciones [culturales o musicales gallegas] donde en la mayoría de las veces los van heredando de unos para otros. Ahora lo que más vendemos no es el zoco tradicional sino los que elaboramos de colores aunque también hay gente que los utiliza para el baile tradicional gallego si lleva ropa reinterpretando el traje tradicional. Sin embargo, la mayoría lo utiliza como calzado normal”, añade Ferro.
“Gracias a las redes sociales en los últimos diez años llegamos a gente que antes sería imposible”, complementa una creadora que alberga el Premio Nacional de Artesanía.
A la moda del zueco contemporáneo se ha sumado en la última campaña Bimba y Lola con un calzado con la base de madera del zoco gallego y una parte de caña estilo botín de colores –azul celeste o negro– y lisa.
“Los zuecos son un clásico. Nosotras en Elena Ferro no lo inventamos pero lo que hicimos fue transformarlo y adaptar el zueco tradicional gallego. En todos los países donde hay un clima parecido al nuestro, que llueve y hay humedad, la gente desarrollaba sus habilidades; entonces zuecos de madera hay en muchos sitios. Después, el zoco con el talón descalzo es algo que va entrando y saliendo en la moda donde todo es cíclico. Ahora mismo están de moda y eso es bueno para nosotros. Está bien que otras marcas los vendan ya que la gente los demanda. Para nosotras es bueno porque si están de moda, vendemos más”, reflexiona la zonqueira de Merza.
Para 2024, Elena Ferro seguirá innovando, prestando mucha atención a los zuecos de madera flexible. “Cada vez que hacemos un cambio en la madera hay que testearlo muy bien y probarlo durante varios meses para ver si asienta bien todo. Lo importante es que sean lo más cómodos posibles. Tenemos varios modelos de zuecos flexibles que llevan una parte de goma que permiten que flexione en el medio. Entonces, estamos haciendo más modelos de este tipo”, señala. Este año sacarán un modelo nuevo de madera flexible”, adelanta.
Las maderas que más usan es de amieiro (aliso) pero también bidueiro (abedul) pero este último es más pesado “entonces empleamos más amieiro porque es más ligero. Buscamos la comodidad y ligereza, antes se buscaba resistencia y durabilidad porque a lo mejor solo tenían un par de zuecos para todo el año y todos los días. No se miraba tanto el peso”, detalla Elena Ferro.
La base de madera se elabora en un taller artesano distinto del de Ferro. En cuanto al cuero, más del 50% es adquirida en Galicia aunque Ferro señala que solo quedan dos curtidores artesanos en la comunidad: Curtidos Sofán en Tarambollo, concello de Carballo (A Coruña) y Curtipiel en Coristanco.
Ferro compra en Sofán; la piel de animal print en Italia, ya en ningún otro lugar de la península la encuentran; y en empresas de Castaluña así como en una fábrica de Padrón.