El Papa Francisco ha recibido este jueves a los miembros de la Universidad Católica de Murcia (UCAM) con la mirada puesta en la celebración del 25 aniversario de su institución y el reciente fallecimiento de su fundador José Luis Mendoza Pérez.

En su mensaje, el Pontífice ha recordado que el obispo de Murcia, José Manuel Lorca Planes, definió a Mendoza Pérez como «un hermano, un creyente, un testigo del amor de Dios, que quiso pasar haciendo el bien«. Según el Santo Padre, estas son unas “palabras hermosas, nadie es perfecto, pero todos somos capaces de amar y ser recordados por ello es lo que nos acerca a Dios y a su misericordia”.



En su breve mensaje, el Papa puntualizó que Don José Luis quiso dejar como legado una universidad “misionera, evangelizadora y profundamente existencial”, nacida del corazón de la Iglesia e “impulsada por la fuerza del Amor de Dios”: “Todo lo que el cristiano hace, como miembro de Cristo, de esta Iglesia que es nuestra madre, debe ser misionero, evangelizador, y precisamente por ello debe estar ligado a la realidad humana, a los cuestionamientos profundos del hombre, ser existencial”.

Al final de su discurso, Francisco ha pedido a los miembros de la universidad seguir trabajando “desde el corazón de la Iglesia para llevar a Jesucristo a cada hombre que se acerca a sus aulas, a sus vidas, para formar personas capaces de acoger a Dios y de testimoniarlo en cualquier ambiente, construyendo una sociedad fraterna en donde la Iglesia se perciba en el buen hacer de sus miembros. ¡Gracias por lo que hacen!”.