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2023 acaba en Canarias con 8.000 migrantes más que la crisis de los cayucos de 2006

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Ni en la peor crisis conocida hasta la fecha, la de los cayucos en 2006, se manejaron los datos con los que se despide 2023. La ruta canaria recibió en el año que acaba de concluir 39.910 migrantes irregulares, lo que representa 8.232 migrantes más que los que arribaron a las costas del archipiélago canario hace ahora 17 años.

Son los datos publicados este miércoles por el ministerio del Interior en su habitual balance, tan escueto e incompleto que no recoge la nacionalidad de los llegados ni el país de origen de las embarcaciones. La agencia europea de fronteras y costas Frontex, consultada por El Independiente, asegura estar aún elaborando las estadísticas del último período del año. Hasta finales de noviembre, contabilizaba 32.422 llegadas irregulares en Canarias, ya entonces por encima de las 31.678 de 2006, hasta ahora el máximo histórico.

La que parte de África Occidental y tiene como destino las Islas Canarias es, de lejos, la ruta migratoria hacia el continente europeo que registra mayor crecimiento. Frente a las reducciones detectadas en las de los Balcanes occidentales (-28%), la frontera este (-10%), el Mediterráneo occidental (-2%) o las salidas hacia Reino Unido (-14%), la de Canarias lidera las subidas (116%), con las del Mediterráneo central (61%) y oriental (47%) a gran distancia. La del Mediterráneo central, no obstante, sigue siendo la que acumula mayor cifra de llegadas, por encima de las 150.000 -procedentes de Guinea, Túnez y Costa de Marfil-.

Marruecos, Senegal y Guinea, las nacionalidades de la ruta canaria

Con el acumulado publicado por Interior, el incremento supera el 154%. «Este aumento sin precedentes es el más elevado desde que Frontex empezó a recopilar datos en 2009. El número de llegadas en noviembre se disparó más de un 500% en comparación con el mismo mes del año pasado, hasta casi 4.700», subraya la agencia europea. Las tres nacionalidades que concentran el grueso de llegadas de la ruta canaria son, por orden, Marruecos, Senegal y Guinea en una constatación de que, a pesar de las declaraciones públicas de las autoridades españolas, Marruecos sigue modulando su control de las fronteras.

Desde el Gobierno canario, en declaraciones a este diario, se insiste en que el incremento histórico «no es algo coyuntural sino que es un asunto estructural». «La situación que viven países cercanos a nuestras islas, la enorme población joven que reside en ellos y las condiciones climáticas tienen un efecto directo en la emigración», trasladan fuentes del ejecutivo autonómico, conscientes de que «Canarias es frontera sur de la Unión Europea y siempre será puerta de entrada al continente».

Guerras civiles y cambio climático

El ministerio que dirige el cuestionado Fernando Grande-Marlaska atribuye ese incremento a «numerosos factores». «La inestabilidad política y social en muchas zonas de África, el incremento exponencial de la población y la falta de recursos son elementos estructurales que no se solucionan de un día para otro», alegan para explicar una subida que junto a las del Mediterráneo central y oriental convierten al año recién expirado en el de mayor llegadas de migrantes desde 2016, en plena crisis de refugiados provocada por la guerra civil en Siria.

La inestabilidad política y social en muchas zonas de África, el incremento exponencial de la población y la falta de recursos

En Cruz Roja, protagonista de la asistencia que se presta en los puertos de llegada de pateras y cayucos, se subraya «el estado de la mar». «Aprovechan bastante el estado de la situación del mar. Cuando está el mar bueno para navegar, están preparados siempre y realizan la travesía lo antes posible. En 2023 hemos tenido bastante mar en calma, comparado con otros años», apunta a este diario José Antonio Rodríguez Verona, responsable autonómico de Primera Respuesta de Emergencia para Población Inmigrante de Cruz Roja.

A esas condiciones climatológicas favorables para efectuar una arriesgada singladura habría que añadir la inestabilidad en los países de origen o el laxo control migratorio de Marruecos en sus costas y las del Sáhara ocupado. «Hay personas que van huyendo de bodas forzosas, de guerras civiles, del cambio climático que les ha dejado sin poder cultivar en esas aldeas hoy desérticas».

Un año de refuerzos de asistencia y traslados a la península

El aumento de las cifras ha obligado durante el año ya extinto a reforzar los equipos de asistencia de Cruz Roja, con una llamada a voluntarios de la organización en otros puntos del país, o a realizar traslados de migrantes a la península. También se han vuelto recurrentes las demandas del Gobierno canario, que desde el verano es fruto del pacto de Coalición Canaria y el Partido Popular que desbancó al PSOE.

Desde el ejecutivo autonómico se subraya que se debe «mejorar la atención que damos a los menores extranjeros en España, que debe ser compartida entre todas las comunidades autónomas de forma más corresponsable y no ser asumida casi en solitario por Canarias«.

«Debemos trabajar en estos países de origen, incrementar la ayuda oficial al desarrollo y los proyectos de cooperación, como también se hizo en 2006 en la llamada crisis de los cayucos con los denominados planes África. Europa necesita emigrantes, pero necesitamos ordenar esa emigración y que nadie se tenga que jugar la vida para llegar a Europa», agregan desde Coalición Canaria, que apoyó la investidura de Pedro Sánchez en noviembre a cambio de «una agenda canaria» que incluía también reclamaciones en materia migratoria.

Un pacto migratorio europeo censurado por Sumar

En un año marcado a nivel europeo por el acuerdo tras años de dilaciones del Pacto de Migración y Asilo, el ministerio de Grande-Marlaska presume de ese pacto «firmado bajo la presidencia española de la Unión Europea» y censurado por Sumar, su socio de coalición. «La Europa fortaleza que financia la muerte, mientras los Estados miembro se excusan en sus pactos», denunció en diciembre la diputada sahararui de Sumar en el Congreso Tesh Sidi. A su juicio, el pacto acordado en Bruselas da «alas» para que regímenes como el de Marruecos «vulneren los derechos humanos y dejen morar a personas impunemente». Para el argumentario de Interior, en cambio, «este pacto construye una mejor Europa, más fuerte y solidaria».

La Europa fortaleza que financia la muerte, mientras los Estados miembro se excusan en sus pactos

«Es un acuerdo extraordinariamente positivo, que da instrumentos a la Unión Europea para favorecer una migración segura, ordenada y regular. El pacto incorpora, explícitamente y por primera vez, fórmulas obligatorias de solidaridad con los Estados de primera entrada de la migración, como España, los más afectados por la presión migratoria en las fronteras exteriores de la UE», agregan.

El equipo de Grande-Marlaska asegura que pese a las cifras la política migratoria impulsada durante el lustro del juez y «basada en la cooperación bilateral con los países de origen y tránsito de la migración en la lucha contra las mafias que trafican con personas está funcionando y evita en origen el 40 por ciento de las salidas irregulares». Como muestra, advierten de que las cifras récord de la ruta canaria de 2023 podrían haber sido incluso más abultadas: «Solo en dos meses, entre en 18 de octubre y el 18 diciembre de 2023, el despliegue de la Guardia Civil en Senegal, en colaboración de las fuerzas de seguridad senegalesas, interceptó en Senegal y Gambia más de 7.200 personas y 59 embarcaciones en dirección a Canarias, lo que supone que casi un 50 por ciento de la presión migratoria de salida de estos dos países se ha frenado en origen».

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