En el Dakar del año pasado, el buggy de Laia Sanz (Corbera de Llobregat, 1985) dio hasta cinco vueltas de campana en las dunas. Tanto ella como su copiloto, Maurizio Gerini, salieron ilesos, pero el vehículo quedó destrozado. Al cabo de diez minutos, ya lo estaban desmontando para repararlo lo antes posible. Algunos hubieran desistido. Sanz no lo hizo, completando un nuevo Dakar -ha terminado las 14 ediciones que ha disputado-. Ahora, afronta su tercer Dakar en coche con ganas de disfrutar. Antes de partir a Arabia Saudí y empezar a correr este viernes, atendió a El Periódico de Catalunya, del grupo Prensa Ibérica.
¿Qué objetivo se marcan para este Dakar?
Cada año me preguntan si quiero estar en el top-10, entre los 15 mejores… Después del mal sabor de boca con el que acabamos el año pasado, el objetivo es disfrutar. Eso querrá decir que lo estamos haciendo bien. Si disfrutamos estaremos llevando nuestro ritmo y saldremos donde nos toca. Cuando empiezas a tener problemas y sales detrás te encuentras que la pista está destrozada, tienes que adelantar a mucha gente, hay mucho polvo y se complica todo.
El año pasado muchos hubieran abandonado con todos los problemas que tuvisteis.
Ahora agradezco haber terminado, en aquel momento mucha gente se hubiera ido a casa, sí. Después del accidente de la quinta etapa, nos quedamos 10 minutos un poco groguis y cuando nos rehicimos nos pusimos a desmontar el coche para que cuando llegara la asistencia pudiéramos montarlo y llegar a tiempo al corte. El Dakar del año pasado fue muy duro a nivel psicológico, se nos hizo complicado desde el segundo día. Quedarte sin opciones tan pronto e irte tan atrás no te deja disfrutar. Este año, si tenemos etapas más limpias podremos demostrar que podemos ser rápidos.
Para este Dakar estrenan nuevo coche, con mejores prestaciones. ¿Cómo se ha sentido en el vehículo?
Este coche tiene un motor más pequeño y está más abajo, y eso hace que el comportamiento del coche mejore. También hemos mejorado en la visibilidad y en los tests que hicimos en Marruecos nos sentimos muy bien. El coche es espectacular en zonas rápidas, cuando vas atravesando dunas que no son muy complicadas. Cuando las dunas se complican sufriremos más, estas etapas las tendremos que afrontar en modo supervivencia, intentando no perder mucho tiempo. El punto fuerte del coche está en las etapas rápidas y rotas, ahí intentaremos apretar a tope.
¿Es mejor intentar tener un ritmo sostenido y no apretar de más para evitar problemas mecánicos o accidentes?
Para hacerlo bien en el Dakar hay que apretar, el nivel de coches y pilotos es muy alto. En los últimos años, la prueba ha cambiado mucho, antes igual había dos etapas donde se corría mucho y los otros días tenías que ir haciendo. Ahora hay mucho nivel, o corres o no puedes estar delante.
Explicabas en alguna ocasión que con una moto no oficial es posible demostrar tu calidad y que con coche si no tienes la oportunidad de tener un T1+ es mucho más complicado destacar y estar arriba.
No solo por el coche en sí sino también por los medios que tienen para entrenar todo el año los que están arriba. Es difícil competir con esta gente, pero creo que podemos compensar esta falta de quilómetros que nos gustaría tener con la experiencia que tenemos los dos en carrera. Al final, todos los años en moto también sirven y son positivos. Queremos ir dando pasitos. A ver si podemos hacer un buen papel en la general y el año que viene, mejorarlo.
«No solo no me gano la vida con el Dakar sino que me cuesta mucho cubrir los costes»
¿Por qué aún no se le ha dado la posibilidad de conducir un T1+?
Porque vale mucho dinero. El Dakar en coche vale diez veces más que en moto, y no es nada fácil conseguir la oportunidad. Justo ahora hay dos pilotos jóvenes en coche oficial, pero hacía muchos años que no pasaba. Hay pocos asientos y en la mayoría están los pilotos consagrados y es muy difícil pelearles el sitio. Y, claro, si no tienes los mismos medios cuesta demostrar que puedes estar allí, entonces o tienes mucho dinero o es complicado. Estoy en ese impás, quizás en mi caso tendrá que ser de una manera más lenta que otros, pero lo seguiré intentando. Si no creyera en mí no lo intentaría. En moto ya me costó mucho, pero lo conseguí.
Para esta edición son 46 mujeres piloto, un 6%. Sigue siendo una cifra baja, pero en 2011…
Igual éramos cinco o seis… Ha cambiado mucho. Antes era un bicho raro en el Dakar y ahora se ve como una cosa normal, cada vez somos más, y no solo pilotos. Cada vez hay más copilotos, mecánicas, ingenieras; mujeres en trabajos que tradicionalmente eran de hombres. Está cambiando todo y está cambiando rápido. También hay dos o tres mujeres saudíes pilotando. Esto era impensable.
En el equipo Astara son dos mujeres pilotando, Patricia Pita y usted. Ella explicaba que usted ha sido su referente, no será la única.
Si que es cierto que de alguna manera habré ayudado, sobre todo a algunas de las más jóvenes. Es muy bonito ver que en mi equipo hay otra mujer y que haya tantas chicas en el Dakar. A mí también me ayudaron Jutta Kleinschmidt o Andrea Mayer, porque estaban allí y te hacen ver que es posible. Eso sí, queda mucho por hacer.
La cita con el Dakar sigue siendo ineludible para usted. ¿El paso a las cuatro ruedas le ha dado el extra de motivación?
Con la moto sentía que había llegado a mi tope. Los últimos años en moto era difícil mantener la motivación a tope siempre. Después de hacer un top10 tenía la sensación de haberlo hecho todo. Por eso hice el cambio, sentía que esa etapa se había acabado y necesitaba una nueva motivación y nuevos objetivos. En los coches todavía soy una ‘rookie’, tengo todo un mundo por descubrir. Es mi tercer año sí, pero llevo pocos quilómetros y me queda mucho por crecer.
Un hombre podría retirarse y vivir tranquilo con todo lo que ha ganado (20 títulos mundiales entre enduro y trial).
Probablemente. Pero no es mi caso. Y no solo eso. Mucha gente alucina cuando le explico que es muy difícil conseguir el presupuesto para correr el Dakar. No solo no me gano la vida con el Dakar, sino que me cuesta cubrir los costes y paso todo el año trabajando para ello. La gente te ve por la tele y cree que todo es muy bonito y fácil, pero no es así. Después de todo lo que he hecho, demostrar que soy profesional y haber acabado siempre todos los Dakar, a veces siento un poco de frustración, tengo muchas ganas de demostrar, pero necesito medios para lograrlo.