El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos; el vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos; e incluso la exvicepresidenta primera y ministra de Economía, Nadia Calviño, convertida en presidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI)… Todo el mundo coincide en que en 2024 se vivirá una intensa ralentización de la economía española, aunque nadie atisba una recesión o crisis. De hecho, a pesar del menor ritmo de actividad, la economía española superará en crecimiento a la media de la zona del euro.
El último que ha revisado a la baja sus estimaciones (y al alza las de 2023, hasta el 2,4%, como han hecho todos los servicios de estudios) es el Banco de España, que lo ha situado en el 1,6%. De todas formas se trata de ritmos de actividad que duplican los de la zona euro, con el 0,6% en 2023 y el 0,8% en 2024.
A medida que avanzaba el año, los distintos organismos y servicios de estudios corregían las estimaciones de crecimiento, con una mejora para las de 2023, por encima del 2%, especialmente gracias al tirón experimentado durante el primer trimestre; y un empeoramiento para las del ejercicio próximo, muy por debajo del 2%, ya que perderá algunos de los motores con los que ha contado hasta ahora, como el sector exterior, avisan desde la Cámara de Comercio de España.
El Gobierno estableció sus estimaciones en el 2,4% para el ejercicio actual y el 2% el que viene. A tenor de lo que prevén los principales servicios de estudios se ha pasado de optimista para el año que viene.
Con respecto a 2023, la mayoría de las previsiones coinciden con revisiones al alza. El ejercicio de 2023 comenzó con fuerza, con un alza del PIB del 0,6% en el primer trimestre con respecto al último de 2022 y del 4,1% en tasa anual. Pero todo ello se fue ralentizando hasta que en el periodo julio-septiembre el incremento de la economía fue del 0,3% con respecto al segundo trimestre y del 1,8% con respecto al mismo periodo de un año atrás.
Calviño, en una de sus últimas intervenciones como miembro del Ejecutivo, admitió que se mantienen las incertidumbres por la inestabilidad geopolítica y las transformaciones tecnológicas y climáticas, con las que deberán lidiar sus sucesores.
Pero puso en valor el «extraordinario dinamismo del mercado de trabajo, con récords de afiliación a la Seguridad Social, con más de 21 millones de ocupados, así como la reducción «de manera drástica de la tasa de temporalidad y el crecimiento del empleo y salarios en los sectores de mayor productividad».
En 2024, la economía española se verá afectada por el impacto de la subida de tipos de interés, que el Banco Central Europeo (BCE) inició en julio del año pasado para situar la inflación en torno al 2%. En todo caso, en España ya cayó al 3,1% en diciembre, casi la mitad del 6% que alcanzó en febrero.
Según los analistas, la inflación seguirá lastrando la actividad, «aunque en menor medida que en los últimos dos años», según CaixaBank Research. Y esa tendencia parece que se acelera. A su vez, el escaso crecimiento en la zona euro, con la que España mantiene gran parte de sus relaciones comerciales, también afectará.
Otro indicador que se emplea como referencia es el que elabora el ‘think-tank’ Funcas, de las antiguas cajas agrupadas en la CECA, que resume las estimaciones de 19 servicios de estudios y que, en noviembre daba una media del 2,4% en 2023 y del 1,6% en 2024.
Las estimaciones más elevadas para 2023 se sitúan en el 2,5% y en el 2,1% para 2024, mientras que las mínimas son del 2,3% y del 1,2%, respectivamente. Prevén que habrá un crecimiento igual en el consumo privado en 2023 y 2024, mientras que bajará en el público este nuevo año. En cambio subirá la inversión.
La OCDE, que agrupa a los países industrializados, ha constatado también la desaceleración en España para 2024, al igual que en todas las economías avanzadas, pero destaca que el ritmo de la actividad seguirá «sólido». En todo caso, tanto el efecto de las subidas del precio del dinero como la reducción del comercio global pasarán factura, según el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Y en la misma línea se pronuncia la Comisión Europea, aunque subraya que España seguirá creciendo por encima de la media de la zona euro. Pero se preocupa por el déficit público, que a su juicio, seguirá por encima del 3% del PIB. El Gobierno previó cerrar 2023 en el 3,9% y 2024, en el 3%, pese a prorrogar varias medidas anticrisis, desde la bonificación del transporte público a la supresión del IVA a productos básicos, con un coste cifrado en unos 5.300 millones. Este será el mayor reto del equipo económico que pasa a liderar la ministra de Hacienda como vicepresidenta primera, María Jesús Montero, apoyada en el nuevo titular de Economía, Carlos Cuerpo.
Para el índice de precios de consumo (IPC), la estimación media de los distintos organismos era del 3,7% en 2023 (ha cerrado en el 3,1%) y del 3,3% en 2024. Y para la inflación subyacente, la más estructural, ya que excluye elementos volátiles como los alimentos no elaborados o la energía, la previsión era del 5,9% este año (ha cerrrado en el 3,8%) y el 3,3% el que viene.