La jugadora de la Selección Española Jennifer Hermoso ha llegado a las 9.50 horas a la Audiencia Nacional para declarar ante el juez instructor que investiga al ex presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) Luis Rubiales por los presuntos delitos de agresión sexual y coacciones por el beso en la boca que le propinó a la jugadora durante la celebración de la victoria en el Mundial de Australia y Nueva Zelanda.
Hermoso ha llegado a las dependencias de este tribunal especial acompañada de su abogado Ángel Chavarría y de su representante, además de por algún abogado más que ejerce la acusación en esta investigación. Tras recorrer andando el paseo peatonal que conduce a la puerta de acceso charlando con sus acompañantes ha accedido al interior sin dirigirse a la prensa que se concentraba esta mañana en los alrededores.
Cabe recordar que el titular del Juzgado Central de Instrucción Número 1, Francisco de Jorge, la citó inicialmente para que declarase como testigo el pasado 28 de noviembre, pero dos defensas –entre ellas las del propio Rubiales– solicitaron su aplazamiento al coincidirles con otros procesos judiciales.
La jugadora ya declaró ante la teniente fiscal de la Audiencia Nacional, Marta Durántez, antes de que se incoasen diligencias. Entonces, la jugadora defendió que no se sintió respetada. «Me estaban sometiendo a algo que yo en ningún momento busqué ni hice para encontrarme con esa situación«, desveló.
En la declaración ante Fiscalía, revelada por Telecinco, la jugadora de fútbol narró el momento en el que recibió el beso después de que España ganara el Mundial femenino. Según su relato, se abrazó con Rubiales y afirmó: «La que hemos liado». Después, el expresidente de la RFEF pegó un brinco sobre ella y le comentó: «Este Mundial lo hemos ganado gracias a ti».
«No me lo esperaba»
«Lo siguiente ya fue sus manos en mi cabeza y ya ahí no escuché nada más. Me vi con el beso en la boca y ya directamente me bajé a la tarima con mis compañeras», rememoró Hermoso a preguntas de la fiscal. «Ni me lo esperaba», añadió la deportista. En este punto, la futbolista recordó que la victoria del Mundial fue un «hecho histórico» que costó «la vida conseguirlo».
«En ningún momento me podía esperar que pasara al final algo así (…) En una persona de confianza creo que nadie se esperaría que iba a usar ese momento para hacer algo así, por muy espontáneo que fuera», reprochó Hermoso, que también explicó que cuando bajó de la tarima contó lo sucedido con Rubiales a sus compañeras de equipo Alexia Putellas e Irene Paredes.
Una muestra de afecto consentida
Ante el juez, Rubiales defendió que el beso fue una «muestra de afecto» que se produjo de forma «natural», a la luz de «millones de ojos» y que fue «con consentimiento«. A preguntas del abogado de Hermoso, aseveró que se trataba de una «celebración totalmente extraordinaria», que preguntó a la jugadora antes de darle el beso y que ocurrió «con consentimiento».
«Sí le pregunté antes ¿cómo no le voy a respetar?«, respondió a la pregunta de si consideraba que había respetado a la jugadora al besarla en la boca, para luego apuntar que Hermoso tras ese episodio «se fue muerta de risa» y dándole «dos cachetes en el costado».