Los socialistas admiten la dificultad, pero acarician un sueño en Galicia: quitar al PP ese feudo y dañar el liderazgo de Alberto Núñez Feijóo en las elecciones del próximo 18 de febrero. El político gallego es consciente de que Pedro Sánchez, sus ministros y todo el PSOE se volcarán en la campaña y por eso ha decidido asumir desde el primer minuto esa realidad y dar la batalla. Los populares tendrán esta vez dos ‘presidentes’ recorriendo la comunidad con sus caravanas electorales: el cabeza de cartel y actual jefe de la Xunta, Alfonso Rueda, y Feijóo, que ocupó ese puesto entre abril de 2009 y mayo de 2022.

«Hay un escenario posible, catastrófico, para el PP, Feijóo y Rueda. La marcha a Madrid de Feijóo para conseguir una presidencia del Gobierno que salió mal y ahora la pérdida del poder en Galicia«, señalan fuentes de la dirección del PSOE, que ya contaban con el adelanto de los comicios y por eso llevan más de tres meses con reuniones para preparar la campaña.

«Luchar contra la resignación»

El equipo de Sánchez asegura contar con el “mejor candidato”, José Ramón Gómez Besteiro, y cree que el PP está mostrando allí síntomas de “declive”. Al mismo tiempo, el propio líder socialista considera que en Galicia se da una “paradoja”. Por un lado, dijo Sánchez la semana pasada durante una conversación informal en la Moncloa, “la gente quiere cambio” en la comunidad, que solo ha estado gobernada por el PSOE en dos ocasiones: entre 1987 y 1990 y de 2005 a 2009. Por otro, los mismos votantes progresistas dudan de que sea “posible” ese cambio. “Hay que actuar sobre la conciencia electoral y luchar contra la resignación”, insistió el jefe del Ejecutivo.  

Las expectativas del PSOE en Galicia cotizaron al alza después de que Podemos, Sumar y Esquerda Unida anunciaran un acuerdo para presentarse juntos a las elecciones. Pero aquello fue un espejismo. Las bases del partido morado en Galicia rechazaron este sábado una coalición de este tipo, siguiendo la llamada de Pablo Iglesias a boicotear el frente común. La falta de unidad en el espacio situado a su izquierda, concluyen los socialistas, «dificulta» las posibilidades de que haya cambio en la Xunta.

Dos muestras del temor del PP

En estos momentos solo hay diputados de tres partidos en el Parlamento gallego. El PP, con 42 parlamentarios; el BNG, con 19, y el PSOE, con 14. Vox no tiene ni un escaño, un éxito de Feijóo, que logró en 2020 la cuarta mayoría absoluta consecutiva que Rueda está disfrutando. 

Los populares han puesto de manifiesto que les inquietan estos comicios con dos decisiones públicas. La primera, Miguel Tellado, hasta hace un mes secretario de organización del PP nacional, pidió a Vox que no se presente en Galicia, para no dividir el voto de las derechas. La segunda, el anuncio de que Feijóo va a tener una caravana electoral propia, con actos y mítines en paralelo a Rueda. Va a repetir lo que hizo con él Mariano Rajoy en 2009. La gran diferencia es que, en aquel año, Feijóo estaba en la oposición y tenía que desbancar al PSOE de la Xunta y, ahora, Rueda preside el Gobierno autonómico con mayoría absoluta.

Primer plebiscito tras la amnistía

Si Feijóo pierde Galicia, se le puede hacer más cuesta arriba su carrera política en Madrid. Dejó ese feudo para alcanzar la Moncloa y no lo ha logrado. Si ahora que el PP está planteando las gallegas (y también las vascas y las europeas) como un plebiscito contra Sánchez por la amnistía y la moción de censura de Pamplona pierde esa comunidad autónoma, las consecuencias serán impredecibles para el jefe de los conservadores. El pasado jueves, en la rueda de balance del año 2023, Feijóo admitió que las gallegas han tenido “históricamente mucha repercusión en España”, aunque no quiso concretar qué consecuencias pueden tener para él. 

Menos trascendental para los conservadores y también para los socialistas es el resultado en Euskadi. Las elecciones aún no se han convocado y mientras las posibilidades de que el candidato del PSE, Eneko Andueza, se convierta en el próximo lendakari son escasas, las del aspirante del PP, Javier de Andrés, son imposibles. Los populares solo tienen seis escaños en el Parlamento del País Vasco frente a los seis también de Podemos, 10 del PSOE, 21 de EH Bildu y 31 del PNV. Vox logró solo uno por primera vez en esa autonomía.

Para Feijóo, la moción de Pamplona es «el primer aviso» de que el PSOE también ayudará a EH Bildu a gobernar Euskadi


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A pesar de la decisión de apoyar la moción de censura de EH Bildu en el Ayuntamiento de Pamplona, los socialistas, que ejercen de socio minoritario en el Gobierno vasco, siguen considerando al PNV como aliado preferente. La asociación con los nacionalistas vascos es “indestructible”, de “presente y futuro”, considera Sánchez. El presidente del Gobierno ciñe el acercamiento territorial a la izquierda abertzale solo a la capital navarra por tener la ya exalcaldesa Cristina Ibarrola, de UPN, el ayuntamiento “paralizado”. Sin embargo, para Feijóo lo que ha ocurrido en Pamplona es solo “el primer aviso” de que Sánchez puede “entregar” también Euskadi a EH Bildu, una idea que será la principal de la campaña de los populares.