Ni espuma de afeitar, ni cebollas, ni patatas restregadas por el espejo. La solución definitiva para que no se vuelvan a empañar los cristales del baño mientras te duchas tiene forma de spray, y ensuciará mucho menos que el resto de inventos que se han popularizado en redes sociales.
No es plato de buen gusto para nadie tener que darse una ducha con las ventanas abiertas para evitar que se empañen los cristales, pero muchas veces tenemos que buscar medidas desesperadas para poder agilizar la tarea lo máximo posible y poder terminar de prepararnos.
Con este sencillo método, conseguirás tener el espejo totalmente despejado nada más cerrar el agua. Lo único que tienes que hacer echar un poco de producto limpiador de muebles sobre una bayeta de microfibra y pasarla por el espejo como si lo estuvieras limpiando. Después, debes tener en cuenta que estos remedios suelen dejar el espejo bastante sucio, así que es importante que lo limpies de forma habitual. Para ello, lo mejor es pasar primero una bayeta de microfibra para quitar el polvo que suele acumularse y después echar tu producto limpiacristales de confianza. Como sobre estas superficies suelen notarse bastante las marcas si no limpias bien, es importante que lo hagas con cuidado de no dejar huellas.
Otros métodos
No es la única forma que tienes para sacarle partido a tus productos de casa. Muchos de estos trucos caseros para hacer más fácil la limpieza del hogar los podrás encontrar en nuestra sección de Decoración. El orden y limpieza son fundamentales en cualquier casa para mantener un estilo de vida más organizado.
Puedes usar otra serie de productos como, por ejemplo, la espuma de afeitar. Podrás aplicarla de la misma manera para obtener un resultado bastante similar, aunque es probable que quede algún rastro. También puedes optar por un clásico en la cocina que cualquiera tiene por casa. Pulveriza un poco de vinagre sobre el espejo y extiéndelo con un paño. No será necesario que ocupes toda la superficie; basta con que lo extiendas por los lugares que necesitas para prepararte.
Un truco bastante común y que no tanta gente conoce es el de, en lugar de echar ninguna clase de producto sobre el cristal, encender una vela durante la ducha. Así conseguirás que el espejo no se empañe del todo aplicando calor. Si prefieres no arriesgarte o no tienes una vela por casa, es tan sencillo como apuntar con el secador hacia el cristal y aguantar unos segundos. Poco a poco comprobarás que el vapor se va disipando y el cristal volverá a recuperar su transparencia, de tal forma que puedas salir de la ducha para darte en seguida los primeros retoques.