El presidente de Argentina, Javier Milei, advirtió este sábado de que si el Congreso de la Nación no aprueba el paquete de amplias y profundas reformas que impulsa su Gobierno, el país vivirá una «catástrofe de proporciones bíblicas».
«A menos que hagamos lo necesario ahora, nos dirigimos a una catástrofe económica de una magnitud desconocida para cualquier argentino vivo», pronosticó el mandatario en un mensaje emitido por cadena nacional de radio y televisión en la noche de este sábado. Milei defendió el proyecto de ley enviado días atrás al Parlamento, una iniciativa que contiene amplias reformas en diversas áreas y que además, de aprobarse, le concede facultades extraordinarias al Ejecutivo en materia económica, financiera, social y de seguridad, entre otras, hasta finales de 2025, con una eventual prórroga por otros dos años.
«Esta ley brinda al Ejecutivo las facultades necesarias para actuar frente a esta situación de emergencia, evitar la catástrofe económica, además de impulsar reformas profundas en materia comercial, impositiva, productiva, social, de seguridad, educativa y en todos los órdenes de gobierno», argumentó.
«El modelo de la casta»
Milei, quien asumió la Presidencia el pasado 10 de diciembre, dijo que los parlamentarios podrán rechazar la ley y continuar con el modelo que durante un siglo ha «empobrecido» al país o aprobar la iniciativa para hacer «un cambio profundo» y «abrazar las ideas de la libertad».
El líder de la formación de ultraderecha La Libertad Avanza, muy minoritaria en el Congreso, justificó que la cantidad y celeridad de las medidas -unas 500, según precisó- son necesarias para intentar «morigerar los efectos e la peor herencia de la historia» y dejar atrás el «modelo de la casta que hunde a los argentinos en la miseria».
Según el mandatario, Argentina vive una «situación de emergencia nacional que requiere actuar de forma inmediata y contundente». Milei describió un escenario crítico: una economía con quince puntos de déficit consolidado, una emisión monetaria de veinte puntos del PIB en los últimos cuatro, precios artificialmente regulados, un Banco Central sin reservas y con una inflación que en las últimas semanas alcanzó el 1,2 % diario, «que anualizado implicaría alrededor del 7.500 % anual», alertó.
Se trata de una «herencia que condena a la mitad de los argentinos a la pobreza» y una «situación inicial peor que la de 2001-2002, que fue la peor crisis de la historia argentina». «El próximo será duro para todos. Pero la otra certeza que tengo es que, si nuestro programa es obstruido por los mismos de siempre que no quieren que nada cambie, no tendremos los instrumentos para evitar que esta crisis se convierta en una catástrofe social de proporciones bíblicas», advirtió.