Además de un recurso para partidos consolidados que atraviesan un periodo crítico, como Ciudadanos y Podemos, los comicios europeos suponen el mejor escaparate para pequeñas formaciones o aquellas organizaciones que quieren dar el salto político como lo hicieron los morados allá por 2014. La modalidad de participación es la clave de ello, dado que por la circunscripción única, éstas cuentan con mayor oportunidad de traducir su peso en al menos un escaño. En seis meses, con la vista puesta en el domingo 9 de junio, cimentarán sus candidaturas al menos seis entidades nuevas. La incorporación de dos eurodiputados más, hasta 61 a elegir para España, es una aliciente más.
Lo curioso de las mismas, es que ellas buscarán hacerse un hueco entre dos tipos de electorados: los descontentos del PSOE y de Vox. En el primero de los casos, se ubican El Jacobino, Nexo o Tercera España, con el objetivo de tentar a los decepcionados con la amnistía o la gestión que ha hecho Pedro Sánchez desde que es secretario general del PSOE; en el segundo Hacer Nación, Frente Obrero y la Asociación Democrática de Ciudadanos (ADC) intentar sacar rédito del desgaste de Vox, aunque en distintos planos. Los dos primeros en lo que respecta a una propuesta antimigratoria y proteccionista; el último es una escisión de Caminando Juntos, de Macarena Olona, por lo que aboga por dar voz a los exmiembros críticos de Vox.
El papel que puedan jugar estas nuevas propuestas será uno de los ejes en el que depositar la atención al margen de los más relevantes: el avance de las fuerzas populistas de ultraderecha y la situación en la que quedan los partidos tradicionales. También quien lidera en España la tabla. Estas son las principales propuestas que buscan una oportunidad.
Por el centroizquierda:
El Jacobino. Como bien explicó su portavoz, el abogado Guillermo del Valle en una entrevista con El Independiente, este think tank concurrirá con otras siglas más adaptables a una propuesta política sin una evocación concreta a un periodo de la historia pasado como lo es con la Revolución Francesa su nomenclatura. Cualquier novedad se conocerá en el primer trimestre de 2024. La propuesta de El Jacobino es la de volver a los valores del socialismo clásico como el concepto de igualdad, que, entre otras fórmulas, pasa por la recentralización de algunas competencias públicas o huir de propuestas como el federalismo o el plurinacionalismo. Igualmente, establecer una barrera frente a los nacionalismos, cuyos pactos con el PSOE consideran poco progresistas. Sobre todo se han mostrado críticos con la amnistía.
Dentro del proyecto están figuras que pasaron por el PSOE como Félix Ovejero, y otras que lo respaldan desde fuera como Soraya Rodríguez, ahora eurodiputada de Renew Europe, y Nicolás Redondo Terreros, expedientado y expulsado del partido.
Nexo. La plataforma presidida por Edmundo Bal, conformada en torno al sector crítico de Ciudadanos, parte con la intención de suscribirse a los comicios tanto en alianza con corrientes de su entorno ideológico como en solitario. Confluir con El Jacobino es una de las opciones que están sobre la mesa, pero el propio Del Valle diferencia a Bal y los suyos como una opción centrista diferenciada de sus objetivos. La intencionalidad es ofrecer una alternativa centrada entre PP y PSOE, pero de corte progresista y reformista que no se atrinchere y se abra al diálogo a ambos lados aunque sin escorarse a ninguno de los dos como, a juicio de Bal, hizo Ciudadanos con los populares. La crítica a las cesiones a los independentistas es otra de las claves.
Se aboga por la defensa de los derechos civiles y un Estado del bienestar consolidado. Entre los involucrados en el proyecto están exdiputados como Juan Ignacio López-Bas, que es secretario general, el exsenador Miguel Sánchez López, y exconcejales naranjas. Destaca el nombre de Francisco Igea, procurador en las Cortes de Castilla y León por Ciudadanos, aunque ya expulsado del partido. Bal, líder de Nexo, en principio su idea es conseguir un «buen candidato, mejor que yo». Así lo destacó en una entrevista en Confilegal.
La Tercera España. Los promotores de esta plataforma, que nace en paralelo de Nexo, proceden del mismo espacio ideológico, de Ciudadanos y de su antecesor UPyD. Y siguen los mismos objetivos, pero con un perfil más socialdemócrata. Su construcción, en todo caso, está siendo más lenta. Detrás están perfiles como la escritora Gabriela Bustelo, ex naranja y el también escritor Fernando Savater, quien pasó por las filas de Rosa Díez. Al menos el último apoyó un manifiesto en septiembre para la puesta en marcha de un organismo que cubriera el espacio huérfano que deja Sánchez entre los socialistas. Al margen de un perfil en X, antes Twitter, se desconoce novedad alguna de avances.
En una línea intermedia, podría situarse a la Asociación Democrática de Ciudadanos (ACD). Guiados por Ricardo Morado, excandidato de Vox en Galicia (2020) y cabeza de lista por Alicante para las generales con el partido de Olona, enarbola la regeneración democrática en una candidatura más propia de lo transversal. También cuenta con uno de los fichajes de la exparlamentaria: la presidenta de la Asociación de Trabajadoras Sexuales (ASTRAS). Se desconoce si Olona intentará repetir con Caminando Juntos, aunque el vaciado de personal complica cualquier lanzamiento a las europeas.
Por la vía nacionalista española:
Frente Obrero. Propuestas como esta, de Roberto Vaquero, firme seguidor de Lenin, ponen el jaque la concepción clásica de izquierdas y derechas. Aunque por su connotación el partido podría atribuirse a la izquierda, lo cierto que es plantea una mezcla de elementos propios del comunismo y el neonazismo. Esto, entre sus críticos, le ha valido el apelativo nazbol propio del Partido Nacional Bolchevique ruso. En definitiva, podría reducirse su oferta a de ultraderecha en lo cultural y de ultraizquierda en lo económico.
Las acciones de Frente Obrero se asemejan a las puestas en marcha por Vox. Están muy vinculadas al activismo en la calle, y se ha competido en una ‘guerra de lonas’ así como con la presencia de los de Vaquero en la calle Ferraz frente a la sede nacional del PSOE. En las últimas generales superaron los 46.500 votos. Se comparte con los de Abascal el discurso proteccionista y antimigratorio, pero se va más allá: se defiende abandonar plataformas supranacionales como la UE y la OTAN.
Se rechazan el feminismo, la ideología queer o la Ley Trans entre otras cuestiones defendidas por la izquierda posmoderna. Y respaldan la soberanía nacional, la hispanidad o la pugna por la soberanía energética. Cuestiones, en definitiva, que ha abanderado Vox en Europa sin llegar a calar en un público más obrero como la Reagrupación Nacional de Marine Le Pen en Francia. Son republicanos federales.
Hacer Nación. Es una escisión de la ultra España 2000 y ha adquirido reconocimiento reciente por su participación en las manifestaciones en Ferraz con pancartas como la de ‘España no paga traidores. Amnistía no’. Cuenta con dos concejales reelegidos en mayo en la localidad madrileña de Velilla de San Antonio y tiene a un posicionamiento propio del neonazismo.
El nacionalismo es una constante, así como el componente social. Reivindican la expulsión de los menas y enarbolan un fuerte discurso antimigratorio. A diferencia de Frente Obrero, el partido tiene conexiones claras con Moscú y la asociación zarista Águila Bicéfala, que está controlada por el Oligarca de Dios Kostantin Malofeev. Hacer Nación organizó un acto de apoyo a la entidad y a su vez ésta hizo un homenaje a Franco y a Primo de Rivera en la capital rusa.
El discurso es identitario, tránsfobo es patente, así como el rechazo del globalismo y de cuestiones como la Agenda 2030, como Vox. Nació durante la pandemia del coronavirus con el propósito de unir a diversas facciones de la extrema derecha como Bastión Frontal u Hogar Social. Con partidos como Democracia Nacional fuera del juego electoral temporalmente, Hacer Nación puede resultar atractivo no solo a descontentos con Vox, también a ultras que han apostado con anterioridad por ADÑ Identidad Española, una alianza entre Alternativa Española o Democracia Nacional, ambas fuera de juego excepto Falange.
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