Muy poca gente le reconocerá con su verdadero nombre (Jaime Oms), pero si se habla de Fakir Testa, es otra cosa. Participó en Got Talent España -también en su edición All Star-, así como en otros programas homólogos, a partir de los cuales se ha ido haciendo cada vez más famoso.

Para él no existan barreras ni umbrales. Llámalo ilusión, llámalo magia, llámalo resistencia, o una mezcla de todo ello. Evidentemente, no cuenta cuál es el truco que le lleva a poder tragar espadas o caminar entre machetes (figura en el Libro Guinness de los Récords 2024 por andar sobre 26 de estos en un minuto y cinco segundos) como quien no quiere la cosa. Colgarse bombonas de butano de los párpados o poner la mano en el fuego, literalmente, forma parte de los espectáculos con los que recorre el mundo. «Cuando estoy haciendo estos números, no existe más que la concentración máxima. Es puro instinto de supervivencia«, relata sin pestañear, y para nuestra sorpresa, a ElPlural.com. «Claro que me han pasado cosas, pero hago lo que hago con muchísimo cuidado, aunque no lo parezca», subraya. 

Reconoce que sus números son «fuertes e intensos», pero que busca, siempre con el máximo respeto hacia lo que hace y su público, provocar sensaciones encontradas, ya que «no concibe la cultura de otra manera». Ahora, 20 años después, esos sentimientos aparecen en el manual de los mejores, un regalo nada despreciable para estas navidades. «Me lo regalan a los ocho años y ahí descubro que soy fanático del faquirismo (…) Cuando le conté a mi madre que quería dedicarme a esto, sorprendentemente me dijo que no esperaba otra cosa de mí«, acentúa.

PREGUNTA (P): ¿Cuándo y dónde empieza tu interés por los espectáculos de faquires?

RESPUESTA (R): Curiosamente, con el libro. Me lo regalan con ocho años y ahí descubro este fantástico mundo. Desde entonces, pruebo y pruebo a llevar el cuerpo y la mente al límite.

P: ¿Qué pensó tu familia y tu círculo más cercano cuando les contaste a lo que te querías dedicar? Porque entiendo que es algo que da miedo.

R: Pues sorprendentemente, cuando se lo conté a mi madre me dijo que no se esperaba otra cosa de mí (risas). Como que el camino estaba un poco marcado. Siempre me han gustado estas cosas raras y siempre me han apoyado bastante. No les extrañó en absoluto.

P: De niño te regalan el libro, pero, ¿cuándo comienzas realmente la práctica y, sobre todo, a batir récords? Porque has estado también en teatros, programas de televisión, etc.

R: Me dedico al faquirismo desde hace 20 años. He trabajado en 22 países (…) Uno empieza andando descalzo y probando cosas con agujas, a ver cuánto tiempo aguanta sin respirar, debajo del agua… y cuando te das cuenta, eres faquir. Hay gente que se dedica a esto. En mi caso fue hace un par de décadas, cuando conocí a un faquir y me propuso hacer un espectáculo con él.

Uno empieza andando descalzo y probando cosas con agujas, a ver cuánto tiempo aguanta sin respirar, debajo del agua… y cuando te das cuenta, eres faquir

P: Todos estos números tienen una preparación previa y requieren muchísimo entrenamiento, hay que saber controlar el peligro… Pero uno no nace sabiendo. ¿Has tenido lesiones de gravedad o percances hasta perfeccionar un número?

R: Lo primero que quiero explicar es que realizo técnicas muy diferentes y cada una es un proceso muy lento. Intento abarcar todas las partes del cuerpo durante la hora que dura el espectáculo.

Pero es un proceso largo, de años. No puedo, por ejemplo, intentar tragarme una espada de la nada, porque han muerto 29 personas tragando espadas en directo (…) Poco a poco voy aumentando el riesgo, pero siempre ocurren accidentes. Me he roto las dos manos, me han pasado cosas; claro. Hago lo que hago porque tengo muchísimo cuidado, aunque no lo parezca.

 Voy aumentando el riesgo, pero siempre ocurren accidentes. Me he roto las dos manos (…) Han muerto 29 personas tragando espadas en directo

P: Antes hablábamos de los lugares en los que has estado. Participaste en Got Talent, ¿cómo recuerdas tu paso por el espacio televisivo?

R: He estado en la edición normal y en la All Star. Al margen, he participado de su homólogo en Estados Unidos (EEUU) -el más grande del mundo-, en Rumanía, en Colombia, he llegado a las semifinales de Francia… Habré hecho una quincena de programas internacionales, pero el más grande fue la edición española, y fue una muy buena experiencia. A mí me gusta el formato en directo, pero el televisivo también es muy bonito.

P: Una pregunta que estarás cansado de escuchar. ¿No te da miedo la muerte?

R: No. Me preocupa tener un accidente, por supuesto, pero la muerte en absoluto. Llegará en algún momento, aunque espero que tarde muchísimo. Pero no tengo miedo a que pase sobre un escenario, porque sé que no va a ocurrir.

P: ¿Cuál es el número más complicado que has realizado?

R: Hay muchos. Ahora con el que más estoy viajando es el de quedarme colgado de un machete afilado de la garganta.

P: ¿Qué sensación predomina cuando estás sobre un escenario, con toda la adrenalina?

R: La de concentración total. Un instinto de supervivencia que también resulta muy adictivo. Cuando estoy haciendo equilibrios sobre espadas no existe nada más. Es puro instinto de supervivencia.

P: Más allá del reconocimiento y la admiración por lo que haces, ¿has notado que haya gente que rechace tus números por las sensaciones que le produce?

R: Para nada. Es un espectáculo que gusta mucho, aunque es fuerte e intenso, claro. Pero yo también busco eso, crear emociones sin que la gente se sienta mal. Quiero que la gente se ría, sufra… todo al mismo tiempo. De hecho, intento abarcar todas las partes del cuerpo para que la gente se sienta tocada a nivel tanto físico como emocional. Cuando voy a ver una obra no quiero un caramelito, sino que me provoque algo: si lo que he visto es real, si me ha emocionado… No soy capaz de concebir el arte de otra manera.

Cuando voy a ver una obra no quiero un caramelito. Quiero que me provoque algo

P: Te fijas en el libro con ocho años, pero no apareces por primera vez hasta ahora. ¿Te propones superar esta barrera hace relativamente poco? ¿O es que realmente es muy, muy complicado? ¿O una mezcla de ambas?

R: El libro me lo he comprado muchísimos años, lo he regalado otros tantos y lo consulto tanto en su versión física como online para comprobar si se ha hecho algo, aunque nunca me había propuesto aparecer ahí (…) De repente, se me puso la propuesta en la vida y es precioso. De hecho, cuando batí el récord no pensé que fuera a aparecer en las páginas, porque se realizan miles de récords. Es el tercer libro en el que aparezco, pero la ilusión que me invade éste es tremendo.

P: ¿Cómo es el proceso para figurar en el libro? Es algo que la gente desconoce

R: Antes de nada, hay que entrar en la página web, donde puedes optar a diferentes récords que se han conseguido o hacer una propuesta. Una vez haces la solicitud, bien puedes pagar una cantidad y que vengan a certificar el récord, o bien puedes demostrar tú que lo has batido. Esto no es fácil, porque hacen falta muchos ángulos de cámara y otros “trámites”. Mi caso fue un poco distinto y especialmente complicado, ya que lo batí en un programa de televisión en Italia (todo de récords Guinness) y tuve que presentar la solicitud, pero hubo un acuerdo con el espacio televisivo, con Récord Guinness y demás.

P: ¿Tienes algún récord en mente para 2024?

R: No sé si para 2024, pero sí. Pero no puedo contarlo (risas).