Mientras se elaboraba este reportaje, la Policía Nacional daba la noticia: la intervención del mayor alijo combinado de cocaína que se ha interceptado nunca en España. 11 toneladas, procedentes de Ecuador, repartidas entre los puertos de Valencia y Vigo. Las imágenes filmadas con un dron de todos los fardos puestos en fila parecía irreal.

Acaba el año 2023 y España lo cierra con el récord de incautaciones de cocaína que llegan por mar por parte de las fuerzas de seguridad del Estado. Se han superado todos los registros habidos hasta la fecha. Las cifras finales no estarán disponibles hasta principios del año que entra, pero las previsiones dicen que se va a duplicar la cantidad de droga intervenida en 2022.

El Periódico de España, del grupo Prensa Ibérica, habla con Policía Nacional, Guardia Civil y Vigilancia Aduanera (Agencia Tributaria), los responsables de estas operaciones, para trazar una radiografía del estado actual de este negocio ilegal que mueve miles de millones al año y que ha repuntado en los últimos tiempos.

Las cifras

“La estadística definitiva la dará el Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (Citco) entre febrero y marzo de 2024, pero la previsión es que se dupliquen las 50 toneladas intervenidas en 2022, que ya constituyó un récord en sí mismo”, explican fuentes de Vigilancia Aduanera a este periódico.

De hecho, en lo que llevamos de 2023 se han registrado las dos mayores operaciones contra entradas de cocaína que se han dado en España hasta la fecha. Una, la ya mencionada al principio de este reportaje, donde se incautaron 3.400 kilos de droga en Valencia y 7.500 en Vigo: casi 11.000 kilos en dos golpes.

La otra tuvo lugar en agosto en Algeciras y se convirtió en la mayor incautación de cocaína de la historia en nuestro país en un solo punto, con 9.500 kilos de cocaína procedentes de Ecuador y ocultas en un cargamento de bananas. Tal como confirma la Fiscalía Antidroga, en España entra más cocaína y de más pureza que nunca.

Dos de los detenidos con casi 3.300 kilos de cocaína sales del juzgado de Mislata de camino a la cárcel. Fernando Bustamante


Las puertas

Las importaciones ilegales de cocaína a España se han convertido en un negocio al alza. “No sólo en España; en toda Europa ha aumentado el número”, explican fuentes policiales a El Periódico de España. Porque, aunque España bate récords, ha dejado de ser la puerta de entrada principal de esta droga a nuestro continente.

Este dudoso honor le corresponde a los dos principales puertos marítimos del Benelux (la unión económica entre Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo). El puerto de Europa en el que más cocaína se ha incautado, como ya viene siendo habitual en años anteriores, es el de Amberes, Bélgica. “Este año ya se han intervenido allí 115 toneladas de cocaína”, cuentan estas fuentes.

La razón, dicen, es que “se trata de un puerto enorme. Un macropuerto que recibe contenedores constantemente. El contenedor es el sistema con el que más cocaína se introduce en Europa. Y sólo en Amberes se recepcionan más contenedores que en todos los puertos de España juntos”. La dificultad de escanear todo ese volumen es lo que hace que Amberes sea el gran coladero de la cocaína en el continente, a pesar de que sea también el que más incauta. Y es que sólo se escanean entre un 2% y un 3% de los contenedores que llegan al puerto.

En la misma situación se halla el puerto neerlandés de Rotterdam, el segundo que más incauta. Por los mismos motivos: el ingente volumen de contenedores (muchos procedentes de América Latina) que se reciben a diario en sus muelles: “Este puerto también supera a lo intervenido en todo nuestro país en conjunto”. El tercer puerto en discordia es el de Le Havre, en Francia, pero este, según fuentes aduaneras, no recibe más droga de la que se captura en España.

Ranking español

Y, tras esos dos puertos atlánticos, está el primero mediterráneo de Europa, primero de nuestro país y tercero total del continente en cuanto a llegada de cocaína: Valencia. La capital del Turia es, según todas las fuentes consultadas, la primera puerta de la cocaína en España. El ranking seguiría con Algeciras (Cádiz) en segunda posición y Barcelona en tercer lugar. Vigo y Las Palmas completarían ese ‘top 5’, con Málaga subiendo como la espuma.

En el puerto levantino, sin ir más lejos, fue donde se interceptaron 3.400 kilos del último gran alijo intervenido en España. Fue el pasado 11 de diciembre y estaba repartido entre Valencia y el puerto de Vigo. La droga incautada en Valencia procedía de Guayaquil (Ecuador) y estaba oculta en paquetes de azúcar, mientras que la hallada en Vigo se encontraba oculta en latas de atún.

El puerto de Valencia, que estos días viene siendo noticia por el anuncio de su ampliación, es el gran dolor de cabeza de la Fiscalía Antidrogas, que la señala como el mayor punto caliente de las entradas de cocaína en nuestro país en sus últimos informes. En una tendencia, además, al alza: en 2021 se intervinieron allí 9.356 kilos. En 2022 subió a 11.564, repartidos en 26 contenedores. Y este año va a volver a batir récords.

La puerta valenciana

¿Por qué Valencia? “Porque es la principal dársena comercial del Mediterráneo. Porque es el puerto español por el que entran más importaciones, más contenedores”, explican fuentes policiales a este diario. Un puerto de 3 terminales y 130 líneas regulares que la conectan con más de un millar de puntos de todo el mundo, según resume el último informe de la Fiscalía General del Estado. Y eso, sin la mencionada ampliación prevista.

Además, la falta de juzgados especializados en la provincia es otro problema, según la Fiscalía: “Se llevan investigaciones contra relevantes organizaciones de narcotráfico, con conexiones internacionales, que merecerían una investigación especializada en la Audiencia Nacional”, apuntando que “los juzgados sin especialización de localidades como Massamagrell, Requena o Torrent acumulan causas de delincuencia organizada mucho más graves que las que, en muchos casos, se tramitan en la Audiencia Nacional”.

De hecho, Valencia está presente constantemente en este tipo de operaciones, aunque las aprehensiones no se realicen en territorio valenciano. Es el caso del último alijo interceptado en lo que llevamos de año. El 15 de diciembre, la Guardia Civil incautó en Caravaca de la Cruz (Murcia) 1.300 kilos de cocaína, la mayor cantidad interceptada nunca en la región. Un cargamento que llegó a España a través del puerto de Valencia.

Buques repletos de contenedores en el puerto de València, este jueves. Daniel Tortajada


Gancho ciego

Si Valencia es el principal foco de España, con 26 contenedores ‘contaminados’ en 2022, Barcelona es el segundo en número de incautaciones, con 13 contenedores con cocaína intervenida el año pasado. “Es el puerto que más contenedores asiáticos recibe”, explican fuentes de Vigilancia Aduanera. Se trata de otro puerto enorme, con un gran trasiego de contenedores, que complica el control policial.

Pero la provincia en la que más droga (en general) se incauta en toda España es Cádiz. Y la ciudad de Algeciras es el epicentro. El puerto gaditano se sitúa tercero en el ranking español de entradas de la cocaína (y primero de hachís, por su proximidad con Marruecos), con 10 aprehensiones en 2022. Este año ha sido el escenario de la mayor aprehensión de cocaína en un solo puerto: 9,5 toneladas el pasado mes de agosto.

Desde Vigilancia Aduanera explican que “es el puerto con más transbordo de contenedores. Así como a Valencia o Barcelona llegan para quedarse, en Algeciras vienen para hacer escala. Los esfuerzos en el control se suelen centrar más en los contenedores que se quedan”, cuentan fuentes policiales gaditanas. Y aunque las aprehensiones de hachís bajaron en 2022, las de cocaína subieron un 78% ese año, según la Memoria de la Fiscalía General del estado de 2022.

En todos esos casos, el sistema más utilizado por los narcos es el denominado ‘rip off’ o gancho ciego. Consiste en colocar el alijo en barcos que transportan mercancía legal, generalmente perecedera, que no saben que llevan la droga encima. Se oculta entre la carga o en departamentos ocultos del barco, como dobles fondos o falsos techos. Y se descarga cuando el barco llega a destino.

Galicia

Galicia, que fue la pionera en la entrada de esta droga en España, ha caído de este ‘top 3’, “porque la casuística es diferente. El número de contenedores que recibe es mucho menor. El sistema de llegada suele consistir en narcolanchas, que lo que hacen es acercar la mercancía a destino desde un barco que deja la droga a unas 300 millas marítimas de tierra”, cuentan fuentes de Vigilancia Aduanera en Vigo.

Galicia sigue siendo un punto caliente de la llegada de estas sustancias ilegales a nuestro país, “porque es la comunidad autónoma con más kilómetros de costa” y porque “los gallegos son expertos navegantes y siguen siendo muy solicitados por los delincuentes a la hora de introducir la cocaína en tierra”. Y a pesar de que ya no se encuentra en los tres primeros lugares del ranking, la llegada de esta droga a costas gallegas, tal como demuestra el alijo aprehendido este mes, sigue siendo habitual.

En lo que respecta a Galicia, “la droga no suele llegar en contenedores, el sistema no es el ‘rip off’- como sí pasa en Valencia o Barcelona. Aquí sale de los puertos latinoamericanos de origen en grandes barcos pesqueros. Luego, en alta mar, la cocaína se transborda a otro barco, que es el que la acerca hasta un punto intermedio en el océano. Y cuando está a unas 300 o 400 millas de la costa, la carga pasa a estas narcolanchas, que son las que se encargan de introducirla por las rías”, cuentan desde Vigilancia Aduanera.

Canarias y Málaga

Otro de los principales puntos de llegada de esta droga a España es Canarias, aunque desde Vigilancia Aduanera cuentan que “es otra tipología. El puerto de Las Palmas también recibe muchos contenedores procedentes del puerto brasileño de Santos, que es, según las autoridades latinoamericanas, el más “riesgoso” del continente. Desde allí llegan muchos cargamentos de café y azúcar”.

Pero mucha de esa droga no se interviene en el puerto de Las Palmas ni en el de Tenerife, “sino a distancia, a veces de 3.000 millas marítimas. Porque Canarias se encuentra frente a las costas africanas y es ahí, en alta mar, donde se hacen muchos de los “tratos” entre narcotraficantes que antes no se daban. Intercambian resina de hachís por cocaína. Con ello multiplican mucho el beneficio, porque el hachís es muy caro en América y la cocaína es muy cara aquí”, explican esas mismas fuentes. Para interceptar este tipo de cargas, Vigilancia Aduanera cuenta con dos embarcaciones, el Petrel I y el Fulmar, que son dos patrulleros especializados en abordajes a barcos que transportan droga.

Ocho detenidos e incautados 600 kilos de cocaína en un contenedor en Quart de Poblet (Valencia). Guardia Civil


Por último, un puerto pujante en el tráfico de cocaína es el de Málaga. Es un puerto más pequeño que los anteriormente mencionados, pero se ha convertido en el nuevo frente de actuación. El motivo de que los narcos elijan la capital de la Costa del Sol para desembarcar sus alijos es sencilla: “No cuenta con escáner de detección y eso provoca que se estén disparando las descargas allí. Los narcos explotan esta vulnerabilidad. A menudo llevamos una furgoneta ZBV, que cuenta con escáner y hace esas funciones. Pero es un vehículo móvil que no puede estar siempre en ese puerto”, explican desde Aduanas.

Los factores

El hecho de que la importación de cocaína sea un negocio al alza en nuestro continente se debe principalmente a tres factores: el primero es el aumento de la superficie de cultivo en los países productores, que son principalmente tres: Bolivia, Colombia y Perú, aunque las cargas a menudo llegan desde otros países de la zona, como Ecuador, Brasil y Venezuela.

“Antes se fumigaban estas plantaciones con glifosato, que es una sustancia que mata las plantas. Pero como es un producto muy contaminante, se ha prohibido”. Esto ha reducido el método de destrucción “a la erradicación manual, que no es tan efectiva. Es mucho más lenta y costosa. Y muchas veces están allí los paramilitares esperando a las autoridades y los frenan con disparos y granadas”, explican fuentes aduaneras.

Otro de los factores, también vinculado con los sistemas de plantación en origen, es que “se han mejorado mucho los sistemas de cultivo. Antes producían dos cosechas al año. Ahora ya pueden llevar a cabo cuatro cosechas anuales, por lo que consiguen producir mucho más material, que se coloca siempre en Europa”, subrayan fuentes policiales.

¿Y por qué en Europa? Porque en Estados Unidos han bajado la demanda y el consumo de cocaína: “Ha sido sustituido en muchos casos por opioides sintéticos como el fentanilo, que está generando un problema de salud pública gravísimo en ese país y en Canadá. En Europa no se han extendido esos opioides, así que la demanda que no absorbe Norteamérica viene a Europa”.

Los perfiles

Explican fuentes policiales que la llegada a España de cocaína no tiene un perfil concreto, ni se circunscribe a un cártel determinado. Pero sí subrayan que “los delincuentes de Europa del Este, especialmente de Albania, están jugando un papel importante en el tráfico de esta droga en nuestro país. En la última intervención en Galicia hay albaneses tanto entre los equipos de descarga como entre los directivos de estos entramados criminales”.

No obstante, en las operaciones policiales llevadas a cabo este año contra el tráfico de cocaína, «se han detenido a marroquíes, franceses, búlgaros, italianos, latinoamericanos y por supuesto españoles. Pero sí que es cierto que las mafias de Europa del Este cuentan con un sistema de organización importante en este aspecto, porque el narcotráfico es el principal sistema de financiación de sus otras actividades delictivas».

Además de los mencionados alijos ‘rip off’ en contenedores y de los pesqueros que salen de Latinoamérica y van trasladando su carga de barcos a lanchas, hay otros dos perfiles de llegada a España: una son los veleros, que atraviesan todo el Atlántico y traen la droga oculta en sus compartimentos. Pero el nuevo frente llega en “los sumergibles. Una especie de submarinos que son muy difíciles de detectar desde el aire. Si el mar está en calma, aún se pueden identificar, pero si el mar está picado, es casi imposible verlos”, aclaran las fuentes consultadas.

El gran problema con el que se halla la administración para interceptar estos envíos es la denominada “dicotomía del aduanero. Porque aquí hay dos variables: la facilitación del comercio y el control. Si incrementas los controles, se genera un colapso del comercio. Provocas desvíos y saturación. Es por eso que hay que trabajar con un sistema de análisis de riesgo, controlar a las empresas importadoras. Y, sobre todo mantener un contacto estrecho con las autoridades de los otros países, que son las que advierten de cuándo es más probable que un barco traiga cocaína a nuestro territorio”.