Ahora sí podemos decir que 2023 vuelve a ser un año cálido. Otro año de temperaturas por encima de lo que debería ser. Otro año de clima con un funcionamiento ya no sólo natural. Un año más, en suma, de cambio climático. 

Me sorprenden estos días comentarios de gente de la calle que todavía pone en duda el proceso actual de calentamiento climático. Y me preocupan porque cada vez los veo más presentes en nuestra sociedad. Familiares y amigos aprovechan estos días de celebraciones para preguntar: esto del cambio climático ¿es verdad o no? ¿son ciclos normales? ¿está causado realmente por el ser humano? Todo esto demuestra que el mensaje no está llegando correctamente a la sociedad. 

El fracaso de la última cumbre del clima, con un acuerdo de mínimos, que no sirve ni compromete para nada, también contribuye a desacreditar la transmisión de lo que está pasando en el clima terrestre en las últimas décadas. La ciencia no deja de investigar, publicar y verificar que el cambio climático actual está incentivado por la mano del ser humano. Pero esto no está llegando a la sociedad. Se está abusando del mensaje catastrofista y está siendo contraproducente. La gente se está cansando. No cree -y no es un tema de creencias- en el cambio climático. 

Tenemos un grave problema. Y lo peor está por llegar. Y con ello vamos a tener que saber convivir en los próximos años y décadas. Tal vez es el momento de parar, tranquilizarse, reflexionar sobre cómo comunicar con acierto este proceso. Si no, va a ser difícil que la ciencia solo pueda liderar el proceso. Porque la política no está sabiendo hacerlo. Y la sociedad comienza a estar descreída de una hipótesis que en muchos aspectos ya está demostrada. Les confieso mi preocupación por el tema. Ahora que comienza un año nuevo es el momento de pedir que, al menos, reflexionemos sobre lo que está pasando en nuestra sociedad con el tema del cambio climático.