Distinto calendario pero los mismos valores. Esta es una de las conclusiones del artículo Un paseo desde la Navidad occidental hasta el Año Nuevo chino, que publican en la plataforma de divulgación científica The Conversation las investigadoras de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), Anabel Mederos -personal investigador de lengua española-, Lili Wang – profesora de lengua y cultura china-, y María Teresa Cáceres – catedrática de lengua española-, donde analizan las semejanzas y particularidades de las fiestas navideñas en occidente y en China. En ambas culturas, la importancia de la familia, la salud y la felicidad impera en estas fechas.

En ambas culturas la importancia de «la salud, la felicidad y la familia» impera durante estas fechas

La diferencia la encontramos en el calendario lunar y solar. Este último, de 12 meses y 365 días, es el que rige en Occidente -también en Oriente para la producción agrícola-; mientras que el lunar es el que pone fecha a las fiestas en el país asiático, depende del movimiento del satélite que le da nombre y se divide en 12 meses y 360 días al año para coincidir con las cuatro estaciones (con un mes bisiesto cada cuatro años). «El próximo Festival de Primavera, según el calendario gregoriano, se celebrará el 10 de febrero de 2024. El año del conejo de agua dará entonces paso al año del dragón, el único animal mítico entre los doce signos del zodíaco, una criatura que simboliza poder, nobleza, honor, suerte y éxito. Así, igual que la Navidad occidental está repleta de fiestas hasta que llega el 31 de diciembre, China también celebra tres importantes festivos tradicionales hasta la llegada del Festival de Primavera: el Festival de Laba, Xiaonian y la víspera del Año Nuevo chino», indican en el artículo.

Gachas de Laba

El Festival de Laba conmemora el día en que el monje Buda Sakyamuni alcanzó la iluminación y se convirtió en Buda. Ocurrió un 8 de diciembre del calendario lunar y para celebrarlo, los budistas comenzaron a cocinar gachas de Laba, un plato tradicional chino muy rico en nutrientes y de sabor dulce, que se elabora a partir de semillas de ocho tipos de plantas y generalmente incluye arroz, mijo, judías rojas y negras, dátiles rojos, semillas de loto, maní, maíz y cebada. «La medicina tradicional china cree que las semillas contienen la energía necesaria para el crecimiento de la vida, lo que convierte a este plato en uno muy beneficioso para la salud. Comerlo este día significa que se tendrá una vida dulce y saludable durante el nuevo año».

Las festividades en Occidente se rigen por el calendario solar, y en China por el lunar de 12 meses y 360 días

El Festivo de Xiaonian, que se traduce literalmente como «año pequeño», se suele celebrar en dos días por la extensión del país: el 23 de diciembre en el norte y el 24 en el sur. Según revelan las investigadoras de la ULPGC, ese día es tradición que los hogares preparen comida tradicional para el «Dios de la Cocina», el más importante de los dioses domésticos, que protege el hogar y la familia, pidiéndole que, a su vuelta al Palacio Celestial -lugar donde viven las deidades en la mitología China-, hable bien de la familia ante el Dios Supremo, el Emperador de Jade. Tras esta ceremonia, también se lleva a cabo la limpieza de las casas, fundamental antes de dar la bienvenida al nuevo año.

Gala del Año Nuevo Chino en el Paraninfo de la ULPGC. ULPGC


Por último, el Festivo de Chuxi, equivalente a la Nochevieja, es el momento de reunir a la familia para «comer comida tradicional china, tomar té, charlar y recibir felizmente el nuevo año. Además, los padres suelen entregar a sus hijos sobres rojos con dinero de la suerte». Esta tradición tiene su origen hace miles de años, cuando los padres daban monedas de cobre grabadas con patrones de animales de la buena suerte o expresiones chinas como «longevidad» o «paz en el mundo», y lo hacían en sobres o hilos rojos, «el color del sol en el cielo y de las flores en la tierra», siendo el rojo el color festivo tradicional de China. «Las calles se vuelven carmesíes y se colocan carteles –tiras de papel con versos– del Festival de Primavera en las puertas y rejas de las ventanas. También se cuelgan linternas, entre otros accesorios decorativos –todos rojos–, para dar la bienvenida al nuevo año».

En definitiva, a pesar de que la Navidad occidental y el Año Nuevo chino parecen fiestas muy diferentes, «durante estas fechas damos importancia a lo mismo: la salud, la felicidad y la familia», concluyen las autoras del artículo.