La Navidad es un momento para estar con la familia y para acordarse de los que ya no están con nosotros. Y eso es lo que hizo Alejandra Rubio, nieta de la fallecida María Teresa Campos, quien decidió rendirle un pequeño homenaje dentro de la colaboración que realiza en Fiesta, el programa que presenta Emma García: «No lo quería decir».

Y es que Alejandra acudió al programa vestida con un traje pantalón de color rosa que pertenecía a su abuela. No es la primera vez que la nieta de María Teresa Campos tiene un gesto parecido y es que llevando una de sus prendas, la colaboradora se siente mucho más cerca de su abuela. Eso sí, pretendía que fuese un homenaje silencioso, sin embargo, uno de sus compañeros del programa fue el que avisó a Emma García de lo que pasaba.

De este modo, centraron una parte del programa para hablar sobre María Teresa y lo que le gustaba celebrar las navidades rodeada de toda su familia.

Figura icónica

María Teresa Campos, una figura icónica en el panorama televisivo español, ha dejado una huella indeleble durante más de cinco décadas en la pantalla. Su inconfundible carisma y estilo de presentación único la convirtieron en una de las personalidades más queridas y respetadas en la historia de la televisión en España.

Nacida en Marruecos en 1941, María Teresa dio sus primeros pasos en la televisión en la década de 1960, marcando el inicio de una carrera que abarcaría una amplia variedad de géneros televisivos. Desde programas de variedades hasta talk shows, pasando por programas de entretenimiento y noticias, María Teresa demostró su versatilidad como presentadora a lo largo de los años.

Su estilo cálido y acogedor se convirtió en una firma distintiva que conquistó el corazón del público español. María Teresa era más que una presentadora; era una confidente que escuchaba con atención a sus invitados, proporcionándoles un espacio seguro para compartir sus experiencias y opiniones. Su habilidad para combinar humor y empatía la hizo única, ganándose la lealtad de una audiencia que la consideraba no solo como una presentadora, sino como una amiga en la pantalla.

A lo largo de su carrera, María Teresa fue merecedora de numerosos premios y reconocimientos. En 2006, recibió el prestigioso premio Ondas a la Mejor Presentadora de Televisión, y en 2015, fue honrada con el premio TP de Oro a toda una vida. Estos galardones no solo destacan su destreza profesional sino también el impacto duradero que ha tenido en la industria televisiva.

Fuera de la pantalla, María Teresa dedicó su tiempo y energía a causas sociales y políticas que consideraba fundamentales. Su compromiso con los derechos de las mujeres y su lucha contra la discriminación de género la convirtieron en una defensora apasionada. Además, colaboró con organizaciones benéficas dedicadas a apoyar a personas con discapacidad y respaldó iniciativas destinadas a combatir el cáncer, demostrando que su influencia trascendía los límites de la televisión.

En el ámbito personal, María Teresa era una mujer apreciada y respetada por su familia y amigos. A pesar de su éxito y su impacto en la televisión española, nunca perdió su humildad ni autenticidad. María Teresa Campos no solo fue una figura mediática; fue un ejemplo inspirador de cómo fusionar el éxito profesional con la gratitud y la humildad.

Con su fallecimiento, el legado de María Teresa Campos perdura como un recordatorio de una época dorada en la televisión española y de la importancia de conectar genuinamente con la audiencia. Su contribución a la cultura televisiva española quedará grabada en la memoria colectiva, y su influencia continuará siendo recordada con cariño y admiración.