Tres especies de aves acuáticas ligadas a los humedales y afectadas por la gestión del agua en España son las candidatas a ser ‘Ave del año 2024’. Se trata del avetoro común, el bigotudo y la espátula común, incluidas en el ‘Libro rojo de las Aves de España’ debido a que están en riesgo de extinción, a su declive poblacional y a las amenazas que las aquejan, siguiendo los criterios de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). La votación estará abierta hasta el 8 de enero.
La campaña de comunicación y conservación ‘Ave del año’ es impulsada por SEO/BirdLife desde 1988 con el objetivo de llamar la atención sobre la delicada situación que presentan algunas de las especies de la avifauna española.
Con esta acción, la organización pretende poner el foco sobre una especie que precise de una atención especial por su mal estado de conservación o porque simboliza la urgencia de proteger los hábitats que la acogen para reclamar a administraciones e instituciones implicadas medidas para la conservación del patrimonio natural común.
La campaña ‘Ave del año 2023’, con el aguilucho cenizo (Circus pygargus) como protagonista, finalizó con «avances tímidos» en la conservación e esta especie, según SEO/BirdLife, que demanda la aprobación de planes de conservación y recuperación de la especie en Castilla y León, Andalucía, Extremadura y Castilla-La Mancha.
En cuanto a la campaña de salvamento de aguiluchos cenizos, concluyó el pasado mes de julio, con el rescate de más de 400 pollos, mientras que la campaña de donativos sumó 312 participantes y 10.106 euros de recaudación.
Avetoro común
El avetoro común (Botaurus stellaris) está considerado ‘En peligro crítico‘ (CR) en el ‘Libro Rojo de las Aves de España’ y aparece como ‘En peligro de extinción‘ (EN) en el ‘Catálogo Nacional de Especies Amenazadas’.
La principal amenaza para las poblaciones ibéricas de esta especie estriba en la mala gestión de su hábitat, especialmente durante los periodos de sequía, que puede ser la causa de su desaparición en parajes como las marismas del Guadalquivir, La Mancha húmeda o el Delta del Ebro.
Las quemas incontroladas de carrizales y la mala gestión ganadera de los humedales también resultan perjudicial para el avetoro común, así como la contaminación de las aguas también es un factor muy a tener en cuenta.
El escaso número de ejemplares y su mimético plumaje pardo que la camufla perfectamente en los carrizales donde nidifica, la convierten en una de las especies más difíciles de observar de la fauna ibérica. Más fácil resulta localizarla por su canto, un característico «mugido» que la delata durante las noches de primavera.
La escasa población existente en España se concentra en Doñana, las Tablas de Daimiel o Aiguamolls de l’Empordà, sobre todo en las grandes extensiones de carrizo denso de estos espacios naturales.
Bigotudo
El bigotudo (Panurus biarmicus) está incluido en el ‘Libro Rojo de las Aves de España’ dentro de la categoría de Vulnerable (VU), pero no se recoge en el ‘Catálogo Nacional de Especies Amenazadas,’ estando actualmente incluido en el ‘Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial’ (Lespre).
Las principales amenazas que pesan sobre esta especie están relacionadas con la alteración del hábitat. En especial porque es una especie sensible a los cambios de regímenes hídricos. Se ha comprobado que evita humedales en los que la lámina de agua desaparece o en los que los carrizales sufren fragmentación.
Esta circunstancia la convierte en víctima directa del cambio climático y de ciertas prácticas agrícolas que afectan muy negativamente y de manera creciente al nivel freático o los niveles de inundación de los humedales que frecuenta.
Es un ave estrictamente ligada a las manchas densas y relativamente extensas de vegetación palustre, en especial carrizales, donde se desplaza volando, generalmente a baja altura o se desenvuelve entre los tallos, a veces colgada acrobáticamente de las plantas, lo que hace realmente difícil su observación.
La población de bigotudo en la Península Ibérica se concentra en dos núcleos principales: las zonas húmedas de La Mancha y las lagunas navarras del valle del Ebro. Existen concentraciones menores de la especie en el embalse de Arrocampo (Cáceres).
Espátula común
La espátula común (Platalea leucorodia) está catalogada en el ‘Libro Rojo de las Aves de España’ en la categoría de Vulnerable (VU) como reproductora, y de Preocupación menor (LC) como invernante. Si bien legalmente solo se incluye en el Lespre.
Entre sus principales amenazas destaca la sobreexplotación de las aguas subterráneas en sus principales localizaciones de reproducción, como Doñana. «El modelo de gestión del agua es inadecuado para mantener el acuífero que nutre todo el espacio natural y se produce un deterioro de la calidad del hábitat y disminuye la disponibilidad de alimento durante la época reproductora», denuncia SEO/BirdLife.
Es una especie muy sensible a las perturbaciones humanas, como actividades agrícolas, recreativas o eventos multitudinarios que tienen lugar en periodos críticos de su reproducción y en las proximidades de las colonias.
Los parques eólicos marinos también generan un impacto importante en la población europea de esta especie, especialmente aquellos instalados en corredores migratorios hacia el continente africano, como sucede en el golfo de Cádiz.
Es una zancuda inconfundible por su gran tamaño, su color blanco y su costumbre de vadear los someros fondos de los humedales mientras rastrea el fango con su aplanado pico.
España alberga algunas de las más importantes colonias de Europa occidental, que se refugian en humedales costeros del oeste de Andalucía. Asimismo, pueden verse en los pasos migratorios ejemplares que recalan principalmente en los humedales costeros cántabro-atlánticos, como la ría de Guernica, en el País Vasco, y las marismas de Santoña, en Cantabria.
Web para votar al ‘Ave del año 2024’: https://seo.org/elige-ave-del-2024/
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