Cuando Alberto Núñez Feijóo tomó el relevo de Pablo Casado al frente del Partido Popular lo hizo con una premisa: derrotar a Pedro Sánchez y gobernar. Llegó a Madrid con la vitola de candidato de una sola bala.
Sin embargo, el resultado de las elecciones del 23-J le colocó en una difícil tesitura. Había ganado, pero sin conseguir hacerse con la Moncloa por un puñado de escaños. Su aureola, forjada con cuatro mayorías absolutas en Galicia, quedó comprometida.
El balance que hacen en la cúpula popular del mandato de su líder es positivo: nada más llegar, mayoría absoluta en Andalucía; después, un vuelco electoral sin precedentes en las municipales y autonómicas del 28-M, y, finalmente, una victoria en las generales con un incremento de hasta tres millones de votos y 47 diputados con relación a los anteriores comicios.
Pero el hecho de seguir en la oposición una legislatura más no deja de ser frustrante para un partido al que se le está haciendo demasiado largo el mandato de Pedro Sánchez y sus sucesivos gobiernos de coalición. Si 2023 era el año del «todo o nada» de Feijóo, 2024 será el año en el que someta a examen su liderazgo. Tres citas electorales, las gallegas del 18 de febrero, las vascas y las europeas, determinarán su futuro.
Los populares creen que la terna electoral del próximo año podría romperse con las catalanas, que están previstas para comienzos de 2025. Pero la amnistía a los responsables del procés o las relaciones entre ERC y Junts marcarán los pasos de la política en esta región, que acumula muchas posibilidades para acabar votando antes de lo previsto. El próximo año tiene papeletas para acabar con cuatro citas electorales en España.
[El PP ganaría al PSOE por 7,6 puntos y cinco escaños si las elecciones europeas se celebrasen hoy]
De todas las citas con las urnas que están previstas a corto plazo, hay dos que tienen especial trascendencia para Feijóo: las gallegas y las europeas, que tendrán lugar el 9 de junio.
En el caso de las elecciones en Galicia, la confesión en las filas del PP es rotunda: «Un pinchazo de Rueda enseñaría a Feijóo la puerta de salida de Génova». Las expectativas son altas en la región donde el presidente popular fue dueño y señor durante 13 años. No hay ningún sondeo interno que no vaticine una mayoría absoluta. La quinta mayoría absoluta.
Las europeas: un plebiscito
Como avanzó este periódico, Feijóo se entregará a su sucesor. Hasta el punto de que tendrá una caravana electoral propia con la que recorrerá Galicia de punta a punta. La intención es nacionalizar el resultado, a fin de que se interprete como una primera derrota política de Pedro Sánchez tras la amnistía a los responsables del procés y el resto de cesiones a los partidos independentistas.
En el caso de las elecciones europeas, los populares directamente tienen la intención de convertirlas en un plebiscito sobre la continuidad del presidente del Gobierno. Cabe recordar que se trata de una cita electoral en la que están llamados todos los españoles.
Por lo que servirán de termómetro sobre cómo están los ánimos con el Gobierno. Si Sánchez demuestra un alto nivel de resistencia, o el PP no logra cumplir con las expectativas, habrá consecuencias en Génova. El primer sondeo sobre estos comicios, publicado en EL ESPAÑOL, anticipa un gran triunfo para los de Feijóo, con 7,6 puntos de ventaja sobre el PSOE.
Aunque también hay perspectivas de crecimiento en el País Vasco, las autonómicas en esta región son menos exigentes para el PP. Entre otras cosas, porque suele ser, al igual que Cataluña, un territorio hostil. De los seis escaños actuales, se da por seguro que habrá un incremento. Aunque nadie en la dirección popular se aventura a dar una cifra.
En el caso de las vascas, no obstante, circula una teoría en Génova que, de llegar a materializarse, cambiaría de forma automática la vida de Feijóo: si se diera la hipótesis de que el PNV necesitara los votos del PP para mantener la lehendakaritza, el PP le exigiría como condición sinquanon el apoyo de sus diputados en el Congreso a una moción de censura contra Pedro Sánchez.
En las semanas posteriores al 23-J, algunos dirigentes populares llegaron a temer por la continuidad de Feijóo. Aunque, acto seguido de conocerse el resultado, todos los barones del PP cerraron filas con su presidente, alguno de ellos temió que, dada la imposibilidad de gobernar, decidiera coger las maletas.
Con una sesión de investidura a final de septiembre que resultó fallida, el líder popular consiguió salir del luto. En este acontecimiento se descubrió ante los suyos con sus dotes como orador y se ganó el aplauso de todas las sensibilidades del partido. Ahora, la continuidad de Feijóo está más que garantizada. Aunque ya no será el candidato de una sola bala.
No hay duda de que será él quien se presente a las próximas generales. Pero tampoco una garantía absoluta. Todo está un poco en el aire. A la espera de que las sucesivas citas electorales del 2024 respalden la estrategia del primer líder de la democracia española que se quedó en la oposición tras ganar las elecciones.
Sigue los temas que te interesan