Ahora que el intenso año 2023 llega a su fin y, aprovechando la oportunidad que me brinda El Independiente, toca hacer balance de un ejercicio que se recordará para siempre por ser la primera vez en nuestra democracia que el candidato que perdió las elecciones generales acabó siendo presidente del Gobierno.
El presidente Sánchez por fin ha conseguido en 2023 aquello por lo que lleva más de un lustro peleando, que es pasar a la historia, y lo hará por haber aceptado un chantaje político y económico por parte de los independentistas, ante los cuales ha cedido a todas sus pretensiones a cambio de permanecer en el poder.
2023 ha sido el año en el que la excepción europea que suponía el Gobierno español, definido como Frankestein por un ilustre socialista como Alfredo Pérez Rubalcaba, se hizo aún más excepción después de un pacto infame que ha dejado la gobernabilidad del Estado en manos de aquellos cuya máxima pretensión es acabar con la integridad del Estado.
De nada valieron sus promesas y sus principios, ni las proclamas, hasta la última semana de campaña, de que no se aceptarían las pretensiones de los independentistas. De nada valieron las advertencias de los expertos y juristas. De nada valieron las críticas de históricos socialistas y de barones territoriales. De nada valieron las protestas en las calles de millones de españoles que fueron engañados por un candidato que dijo una cosa en campaña e hizo justo la contraria al día siguiente.
Tras perder las elecciones, Sánchez eligió ser presidente coaligado con la izquierda populista. Apoyado por todos partidos que quieren trocear el país. Sustentado por los herederos de una banda armada. Y con una investidura decidida por un prófugo de la Justicia.
Estaba decidido a aferrarse al poder a toda costa y para ello ha hecho pagar a los españoles un alto precio. Una amnistía indigna, a cambio de votos y que beneficia a acusados de corrupción, malversación y terrorismo. Un mediador internacional, que deja en ridículo a nuestro país fuera de nuestras fronteras. Y un referéndum sobre la mesa que, no lo duden, podrá aceptar también.
El muro que pretende construir Sánchez para dividir a los ciudadanos nace condenado a ser derrumbado
presidente del pp
2023 ha sido, por lo tanto, el año en que el señor Sánchez decidió ser presidente a pesar de los españoles, pero estoy seguro de que también es el año en que los españoles han decidido que no quieren más a Sánchez como presidente. Y ha sido el año en que han mostrado su apoyo mayoritario a la alternativa que representa el PP.
Tras la mayoría absoluta de Andalucía en 2022, las elecciones municipales y autonómicas de mayo dieron al PP el mayor poder territorial de su historia. Y las generales de julio supusieron un vuelco electoral, en el que el PP pasó a ser
primera fuerza, subiendo de 88 a 137 escaños y logrando una holgada mayoría absoluta en el Senado.
Los ciudadanos apostaron en todas las elecciones celebradas en 2023 por la alternativa que representa el PP, un proyecto que busca la unión de los españoles, la vuelta a la concordia, generar estabilidad, regenerar nuestras instituciones y reactivar la economía.
El muro que pretende construir Sánchez para dividir a los ciudadanos nace condenado a ser derrumbado. La sociedad española no está rota ni dividida. Españoles de todas las posiciones políticas conviven todos los días y en todos los lugares de nuestra nación y, más pronto que tarde, aquellos que buscan dividirnos tendrán que dejar paso a los que creemos en la unión y la convivencia. Y 2023 ha sentado las bases para ese cambio.