La Tardebuena será gloriosa en Murcia. ¡Qué hermosa eres pijo!

Te quiero a pesar de amanecer estas mañanas rodeado de tus quemas agrícolas, con tu contaminación, me he resignado, como todo buen marido a tu caos circulatorio, tus eternos atascos empiezan a formar parte de la cotidianidad de mi vida, cada mañana me espera, como Penélope esperaba su primer tren, el nudo de Espinardo, tirando miles de horas al cajón del olvido y repartiendo PM 10 y PM 2.5 como si fuéramos el Entierro de la Sardina, pero en vez de repartir juguetes de plástico, expulsamos veneno para nuestras arterias y pulmones , eliminamos  cualquier subvención a quienes más lo necesitan, sin importarnos que sean humillados y despreciados por tan solo su diversidad. A pesar de todo, eres hermosa,  con tus privatizaciones y externalizaciones, y  me da igual que sigamos a la cola en precariedad laboral, y en salarios, o que la mujer siga teniendo un papel residual y marginal en la vida social, sindical, empresarial y económica de mi Murcia.

No hay una igual. Y no, no es la mejor tierra del mundo, ni tampoco se ven las estrellas más cerca que en ningún otro lugar, al contrario, por culpa de la contaminación apenas las vemos los que vivimos en los valles del Segura o del Guadalentín.

Murcia es increíble, con sus Casas de Apuestas por cada esquina, con sus fracasos escolares por bandera, dando dinero público a espuertas a empresarios del golf al mismo tiempo que humillamos a cientos de alumnos y alumnas metiéndolos en barracones de treinta en treinta.

Y si Murcia es hermosa, más lo son todavía esos que llenan sus tierras de pesticidas y herbicidas, los que le importa un pepino que el Mar Menor siga recibiendo nitratos y fosfatos bajo sus faldas, llenando de mierda aquellas playas que ya murieron en nuestra memoria cuando sus orillas se llenaron de muerte y miseria.

Murcia es tan especial que mientras otras regiones están en restricciones de agua, nosotros aquí seguimos construyendo miles de dúplex con piscinas particulares, como si el líquido elemento nos sobrara o lo tuviéramos por castigo, pero lo más curioso es que nos guste o no, somos la puerta de entrada del desierto que llega.

Vivimos en una región única, a pesar de que muchos de nuestros científicos e investigadores jóvenes apenas encuentran futuro aquí, y es que ya lo decía aquel especial que emitía televisión española hace más de veinte años. ‘Murcia qué hermosa eres’