Lugo de Llanera lleva largo tiempo habitado. Una de las primeras referencias, aparte del castro del Cantu San Pedro, es el asentamiento romano de Lucus Asturum. Este enclave es el origen del crecimiento de esta parroquia, que está marcada por tener gran parte de su orografía plana, lo que la convirtió desde aquel tiempo en un importante nudo de comunicaciones. Esto favoreció también la llegada del ferrocarril en el siglo XIX o la creación del parque industrial de Silvota, lo que trajo consigo la llegada de miles de nuevos vecinos. Es la parroquia más poblada del concejo, pero en su principal localidad, las antiguas caserías y paneras siguen asomando entre los edificios de viviendas que se han levantado en los últimos 50 años.

Excavación arqueológica de Lucus Asturum. Sara Arias


«No está muy valorado y creo que la gente debería dar más valor al yacimiento. Eso sería un primer paso porque hay cierta desconexión entre las excavaciones arqueológicas y lo que significan para el pueblo. En ese sentido, estaría bien tener un local al que se pudieran trasladar algunos de esos vestigios para exponerlos y prenden mucho las recreaciones históricas. Sé que no es fácil y lleva su tiempo, pero creo que la historia se transmite mucho mejor», comenta Manuel Alonso Suárez, más conocido como «Lito Llanera», vecino y gran conocedor del territorio.

En estas cinco campañas, la investigación ha sacado a la luz vestigios del siglo I al IV en este emplazamiento, del que se tenía conocimiento por los escritos del siglo II de Ptolomeo. Se trata de habitaciones, objetos como jarras, vajillas de vidrio, monedas o la cerámica roja conocida como «terra sigillata», considerada de lujo en la época y distinguida por llevar el sello del artesano. También han encontrado un pozo que ha dado muchas satisfacciones al equipo que dirige Esperanza Martín.

La sandalia hallada en Lucus Asturum. P. T.


Solo en los trabajos de este 2023 han extraído de la tierra de La Castañera más de mil piezas como un anillo, cerámicas y una caliga (sandalia) que es única en España por estar decorada. El calzado romano ha atraído la atención del mundo científico y ha sido destacado en diversas publicaciones internacionales. Se trata de una pieza considerada «única» por los expertos por su decoración y una excepcional conservación.

Desde el siglo XI también se tiene constancia de la existencia de la iglesia de Santa María situada junto a un monasterio benedictino que ejerció el poder feudal hasta el siglo XIX. Hay documentos sobre el templo medieval, ubicado también en La Castañera, sobre la que se construyó una iglesia neoclásica en el siglo XVIII. «Fue bombardeada en la Guerra Civil y se rehizo la actual, pero en otro sitio», detalla Alonso.

El palacio de los Alonso del Campo que es la Casa Municipal de Cultura de Lugo de Llanera. Sara Arias


Lugo también muestra un patrimonio histórico ejemplar como el palacio de uno de los linajes más pujantes del concejo, los Alonso del Campo. Fue mandada construir en el siglo XVII por el escribano de número en Llanera, Siero y Oviedo, Pedro Alonso del Campo. La propiedad también muestra los escudos de las casas Bernaldo de Quirós y Valdés y además de jardines, tiene una capilla, que está desacralizada desde hace años. Este conjunto, con unos forma en la actualidad la Casa Municipal de Cultura de Llanera, donde luce una escultura de Benjamín Menéndez, vecino de la parroquia de Ferroñes.

Polígono de Silvota. LNE


Fue en el siglo XIX cuando la parroquia despegó. Cerámicas Guisasola y Explosivos Río Tinto, en Cayés, emplearon a muchos hombres de la parroquia, creando una economía mixta en los hogares que «duró casi hasta el año 2000 y la sustentó la mujer», comenta. En aquel siglo, la construcción de la estación de tren como parte de la línea de ferrocarril León-Gijón «supuso mucho porque el ferrocarril era básico para el desarrollo, además tenemos transporte de viajeros y también de mercancías. En los años 60 del siglo XX se hizo la doble vía y en los 80 el ramal a Lugones, lo que fue una gran conquista».

Fue ya entrado el siglo XX, en 1963, cuando el paisaje de la parroquia adquiere el carácter industrial que muestra en la actualidad con la construcción del polígono de Silvota, cuya creación unió a los vecinos en torno a las familias que habitaban esta área, ya que se les ofrecía una peseta por metro cuadrado. «Se creó una asociación a la sombra de la Iglesia porque no se podía hacer una reivindicación activa, pero, dentro de lo posible, se hizo y se mejoraron las expropiaciones con el Ministerio de Vivienda y, al final, se lo pagaron a más, como si te digo a cinco duros», recuerda.

Esa unión en el pueblo favoreció la creación de la Asociación de Vecinos «Cafamilu» bajo el amparo del cura Don José Luis, quien empujó a los vecinos a adquirir un local social para reunirse y realizar actividades. También acogió las consultas del médico hasta la construcción del centro de salud de Posada y fue biblioteca.

El empuje industrial y empresarial conllevó un imparable desarrollo urbanístico con la construcción de viviendas en altura. «En los años 70 empezó a crecer, en los noventa se movió mucho, pero se paró todo en 2008. Fue brutal. Desde entonces solo se hicieron dos edificios, uno de ellos se está levantando ahora mismo», señala Alonso. Este «boom urbanístico» atrajo a numerosas familias de otras zonas de Asturias, sobre todo del Suroccidente.

Uno de los edificios de Lugo de Llanera. Sara Arias


«Las empresas y el tren sitúan a la gente aquí. Igual que fue una fácil para pelear con la tierra lo fue para construir. Se convirtió en una ciudad dormitorio. La gente que viene se integra menos en el pueblo porque su arraigo lo tienen fuera. Es algo que entiendo perfectamente. También es cierto que las siguientes generaciones de esas primeras familias que llegaron, se integraron mucho mejor porque esos chicos ya estudiaron aquí», aprecia.

Vista desde el área de Santu Firme. P. T.


Lugo de Llanera también cuenta con un paisaje rural, con rutas senderistas y tiene uno de los lugares icónicos del concejo, el monte Santu Firme, donde hay un área recreativa que hace de balcón a la zona central de Asturias. Una tierra que vio crecer a una de las figuras del deporte español, el futbolista Santi Cazorla.