Los Boston Celtics infligieron a los Los Ángeles Clippers una de esas contundentes lecciones hirientes y dolorosas por su profundo significado (108-145). Encomendados a un Jayson Tatum en plan infalible 30 puntos con un 9/16 en tiros de campo y un 5/10 en triples, los de Joe Mazzulla dejaron al descubierto las carencias del conjunto de California en su abrupta caída, de sentirse imbatible con sus nueve victorias consecutivas a ver cuestionado su proyecto de anillo de repente con otra abultada derrota en casa que siguió a la de los Thunder (115-134).
A los Clippers les podía faltar Kawhi Leonard, pero en los Celtics no estaba Kristaps Porzingis, por lo que ambos partían en igualdad de condiciones en lo que a bajar se refiere. Pero el sistema colectivo de Boston tuvo mucha más capacidad de asimilar la ausencia de KP que el conjunto angelino de Kawhi.
Que dejar más peso de la anotación en James Harden es una incógnita es toda una certeza en los Clippers, cuya inmaculada y duradera dinámica positiva no le había librado de la falta de fiabilidad de la ‘Barba’ en términos de consistencia.
En su primer reencuentro ante el equipo que se llevó por delante a él y a los Sixers en playoffs con apenas 9 puntos del base, Harden naufragó por completo sin Kawhi ante las distintas defensas que le lanzaron los Celtics, engañosos unos números tan decentes -14 puntos y 9 asistencias con un 6/13 en lanzamientos y un 2/5 en triples-, como estériles por la inocua dirección del equipo de Harden.
Paul George produjo 21 puntos -9/17 en tiros de campo y 3/7 en triples-, pero nunca llegó a inquietar a Boston, igual que Russell Westbrook -12 puntos con un 4/11 en lanzamientos-, mucho menos incisivo cuando tiene que tomar más decisiones y el spacing es más reducido. Jaylen Brown (24 puntos) y Jrue Holiday (20) fueron los mejores escuderos para Tatum. Vinicius Jr, pudo observar el espectáculo de los de Mazzulla desde la grada.
La escuadra de Joe Mazzulla tiene muchas menos opciones en el pick and roll sin Porzingis, pero, también con un núcleo de jugadores bien ensamblado desde hace tiempo, sigue siendo ese equipo variado, coral y letal en esas transiciones que desfilan una tras otra cuando el conjunto de Massachusetts alcanza la excelencia defensiva como fue el caso.
El hecho de que Jayson Tatum fuera el que se emparejara con Ivica Zubac -16 puntos y 10 rebotes-, ya era la primera evidencia de cuán personalizado era el plan de Boston para sujetar a James Harden. Tatum se iba a quedar con la Barba en el cambio en el perímetro y ello, a su vez, daba lugar a que Al Horford -sustituto de garantías de KP-, pudiera quedarse como protector de aro para proteger a su equipo de Paul George buscando el aro con sus movimientos al margen del balón.
Los Clippers empezaron a buscar otras opciones para ofrecerle un bloqueo a la ‘Barba’, pero ninguno tan eficaz como Zubac, quien obtenía mismatch en la pintura si iba a jugar el pick and roll con el base. Sin embargo, ni cuando los Clippers lo supieron ver, fue suficiente.
Por su parte, se lo tenía también muy preparado el cuadro de California para aprovechar la baja de Porzingis. Con Tatum en varias acciones como base, los Clippers saltaban al 2×1 en la defensa del bloqueo directo siendo Al Horford mucha menos amenaza en ese contexto.
Pero encontraron los Celtics el hombre liberado y Neemias Queta -primer portugués en jugar en la NBA-, se presentó como una solución muy eficaz como alternativa, continuando en el roll sabiendo que el aro se quedaba sin protección con Zubac sobre Tatum. El luso registró 12 puntos y 12 rebotes desde el banquillo.
Sin embargo, Tatum, rentabilizando su tamaño, encontró también otra ruta al aro, atacando el 1×1 desde la esquina o cerca y, listo, forzando, más de una falta con hasta tres tiros libres. El otro Jay, Brown, hizo lo que quiso en varias acciones con la defensa hundida del pick and roll de Zubac, desbordado ante el incesante movimiento de los Celtics, con alguien siempre cortando a la espalda del croata si este salía más de la pintura para defender el 2×2.
La inmensa cantidad tanto de tiros exteriores liberados obtenidos como convertidos resumió a la perfección el armónico funcionamiento colectivo de Boston, con un 25/53 en triples (47%) y hasta nueve jugadores diferentes golpeando desde la larga distancia, destacando también el 4/6 de Holiday y el 3/4 de Oshae Brissett.
Tan bien salió todo para los Celtics que sobró el último cuarto (81-106). Derroche de fiabilidad del mejor equipo del Este y la NBA. La que le falta por completo a estos Clippers que se han venido abajo en apenas un par de días.
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