Casi la mitad del agua que suministra a la provincia de Alicante la Mancomunidad del Taibilla procede de las desaladoras. Cada vez son mayores los flujos de desalación y suponen un 41% de los recursos aportados y para el próximo año hidrológico suman ya un total de 85,49 hectómetros cúbicos. Unos recursos que ayudan a suplir la situación generada por la falta de lluvias y por los recortes en el trasvase Tajo Segura. Según el último informe aprobado en el Consejo de Administración, el agua desalada es el principal recurso hídrico frente a las aportaciones del trasvase Tajo-Segura y los recursos propios del Taibilla, que suponen 76 y 48 hectómetros respectivamente.

Los aumentos anuales en el consumo de agua se han cubierto gracias al agua desalada. La provincia de Alicante afronta el otoño más seco de los últimos cuarenta años, con una falta de lluvias que merma semana a semana los recursos hídricos y que ha coincidido con los recortes de los recursos que llegan del trasvase Tajo-Segura. En la Confederación Hidrográfica del Segura ya se han empezado a aplicar restricciones al regadío.

Recientemente, la Mancomunidad destinó hasta 9,6 millones de euros para el mantenimiento de la red de depuradoras. Precisamente ayer se firmó en Murcia el reparto entre Acuamed y las sesenta comunidades de regantes del trasvase Tajo-Segura por el que se repartieron los recursos procedentes de las desaladoras. 

La Mancomunidad del Taibilla da servicio a un total de 80 municipios entre las provincias de Alicante, Murcia y Albacete. En Alicante, hay 35 poblaciones que se abastecen de esta Mancomunidad. El Consejo de Administración se ha reunido esta semana para validar su estrategia ante el próximo año hídrico y garantizar el suministro. La producción anual ha pasado de 203 a 210 hectómetros del año hidrológico 2021/22 al 2022/23. Para el año que ahora comienza hay una previsión de consumo de 212 hectómetros cúbicos por el momento.

El agua desalada va a cubrir una buena parte de esas necesidades hídricas. Hasta un total 88,3 hectómetros cúbicos, procedentes tanto de las desaladoras del Taibilla, que aportarán 63,3 hectómetros, más otros 25 procedentes de las de Acuamed. Este mezcla de recursos procedentes del agua desalada más el agua procedente de la Mancomunidad y las aportaciones del trasvase garantizan, según este organismo, que no se contemplen restricciones pese a la actual situación de sequía.

El último informe de balance del año hidrológico se indica que Alicante, Elche y Orihuela son tres municipios donde más se ha incrementado el consumo de los recursos procedentes del Taibilla, una circunstancia que en el caso de las dos primeras ciudades se atribuye principalmente al cierre de los pozos de Villena. Una medida a la que tuvo que recurrir el Gobierno, ante la sobreexplotación de estas masas de aguas subterráneas.

Pozos de Villena

La falta de esos recursos ha obligado a tener que abastecerse de recursos de la Mancomunidad. Alicante, con un consumo de 21,7 millones de metros cúbicos de agua, incrementó ese en 289.987 metros cúbicos, un 1,35 % más. Según la Mancomunidad, este incremento se debe en gran medida al cierre progresivo de los citados pozos, que abastecían a parte de la ciudad. El aumento es más acusado en el caso de Elche, donde el incremento es del 5,94 % (778.877 metros cúbicos). La Mancomunidad da por hecho que ya ha asumido todo el agua que aportaban esos pozos cerrados. En el caso de Orihuela, la subida es de hasta un 11,3 % (1,1 millón de metros cúbicos), circunstancia que inicialmente se atribuye a un aumento de la población, especialmente en las zonas de costa, a la espera de más información.

Otros municipios alicantinos donde también se ha incrementado el consumo son Torrevieja, un 4,33 % (389.766 metros cúbicos); Santa Pola, 5,83 % (225.483 metros); Pilar de la Horadada, 7,65 % (182.302 metros); Rojales, un 7,5 % (153.988) y Guardamar, un 7,79 % (148.738). La causa de este aumento del consumo se atribuye al incremento de población en las zonas de urbanizaciones. En cambio, hay cuatro poblaciones en las que se ha registrado un descenso de los consumos, Catral (-1,9 %), Daya Nueva (-1,37 %), Granja de Rocamora (-9 %) y San Isidro (-9,67 %).

Reacciones

El presidente de la Asociación Jóvenes Agricultores de Alicante (Asaja) José Vicente Andreu aseguró que en el caso de la agricultura ya está al 50 por ciento entre recursos hídricos habituales y los desalados. «El aumento de este agua desalada supone un aumento del coste del agua para los agricultores, porque hay que hacerla llegar a las comunidades de regantes. Aunque hemos firmado un coste de 32,7 céntimos, pero el transporte los puede incrementar hasta 55 y 70 céntimos», aseguró. En este sentido, Andreu lamentó la situación crítica de la reserva de la provincia en contraste con las lluvias en otros puntos de España. «Las lluvias en la cabecera del Tajo podría permitir que pasemos a nivel 2 en el trasvase», señaló, aunque el Gobierno ya tiene encima de la mesa informes de la Junta de Castilla-La Mancha proponiendo reducir los caudales del trasvase. «El Mediterráneo está en situación crítica», lamentó.

 En parecidos términos se expresaba el presidente de la Junta Central de Usuarios del Vinalopó, Ángel Urbina, quien consideró que las aportaciones de agua desalada a la provincia de Alicante no son más que parches para una situación muy grave y que requiere que se aporten soluciones definitivas. «Somos la cuarta provincia de España y somos una zona pujante. Deberían buscarse soluciones serias», aseguró Urbina, que reclamó las infraestructuras necesarias para hacer llegar el agua a la provincia facilitando el trasvase entre cuencas. 

La Mancomunidad a través de la Dirección General del Agua, ha propuesto un conjunto de 11 actuaciones para su inclusión en el programa de cofinanciación mediante Fondos Europeos del periodo 2021 – 2027, con un importe de ejecución total cercano a los 75 millones de euros y una ayuda acumulada prevista de unos 36 millones de euros.

Estado de los embalses

El último balance del Ministerio de Transición Ecológica sobre el estado de la reserva hídrica continúa reflejando el continuo descenso de los pantanos en la provincia de Alicante. Mientras en el conjunto de España, las reservas tienden a crecer en algunas zonas, hay otras en las que semana a semana hay un descenso que no termina de frenarse. La situación es especialmente crítica en la cuenca del Segura, donde las reservas se encuentran ya a un 19,2 por ciento, en el último balance, con 219 hectómetros cúbicos de los. Este descenso ya sitúa a esta cuenca por debajo de las provincias andaluzas, que eran hasta ahora las que se encontraban en peor estado por la sequía. Un poco mejor se encuentra la cuenca del Júcar, que está al 46 por ciento de su capacidad, con 1.310 hectómetros. 

Estado del pantano del Amadorio en una imagen reciente. David Revenga


La reserva hídrica española está al 46,3% de su capacidad total. Los embalses almacenan actualmente 25.940 hectómetros cúbicos (hm³) de agua, aumentando en la última semana en 319 hectómetros cúbicos (el 0,6% de la capacidad total actual de los embalses).

Las precipitaciones han afectado considerablemente a la vertiente Atlántica y han sido escasas en la vertiente Mediterránea. La máxima se ha producido en San Sebastián – Donostia con 57,4 mm (57,4 l/m²).

La Agencia Española de Meteorología (Aemet) alertaba la semana pasada de que la provincia de Alicante y la Comunidad Valenciana afrontaban el trimestre más seco de su historia. Situación que no ha cambiado porque sigue sin llover. 

Un otoño seco del que apenas hay precedentes y con uno de los pocos meses de noviembre en los que no llovió ni una sola gota de agua en Alicante, señaló la Aemet en su último resumen de la situación meteorológica en la Comunidad. En su cuenta de X (anteriormente Twitter), la Aemet alertaba que desde el 20 de septiembre en la ciudad de Alicante tan sólo se habían registrado unos escasos cuatro litros por metro cuadrado durante cinco días. «Todo lo que ha llovido ha sido entre las 22 horas y las seis de la madrugada, es decir, todo de noche, con lo que muchos alicantinos llevan tres meses sin ver llover», alertó. Y además no hay previsión de la llegada de la ansiada lluvia en las pocas semanas que quedan del año.