La Policía Nacional y la Guardia Civil han desmantelado una red de trabajadores de una empresa de asistencia en tierra del aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas que se dedicaba a traficar con cocaína que recibían de vuelos procedentes de Sudamérica escondida en mochilas.
En total han sido detenidos siete trabajadores de la empresa, un pasajero procedente de Colombia que transportaba 14 kilogramos de cocaína en su equipaje y el receptor final de los estupefacientes y cabecilla de la organización criminal, han informado ambos cuerpos en un comunicado.
Durante el año que ha durado las pesquisas, los agentes de Policía Judicial de la Guardia Civil del aeropuerto y de la Unidad de Droga y Crimen Organizado (UDYCO) de la Jefatura Superior de Policía de Madrid han intervenido un total de 180 kilos de cocaína que los arrestados trataron de meter en Madrid.
La primera línea de investigación surgió a finales de 2022 al detectar un vuelo procedente de Ecuador en el que viajaban dos mochilas con etiqueta de facturación que no estaba asociada a ningún pasajero y que contenían más de 20 kilos de cocaína de gran pureza.
Las etiquetas falsas permitía a los trabajadores implicados identificar los equipajes que portaban las sustancias estupefacientes y que posteriormente «rescataban» y sacaban del aeropuerto para su puesta a la venta.
En ocasiones éstas llevaban nombres que no correspondían con ningún pasajero, pero otras sí que falsificaron el nombre de personas que viajaban en los vuelos, representando un gran riesgo para los pasajeros.
Tal y como se refleja en uno de los atestados realizados por los agentes en el marco de esta causa, al que ha tenido acceso EFE, en una ocasión retiraron una etiqueta real de la mochila de una menor de edad y la cambiaron a una de las suyas en la que transportaban droga.
Alertados de esta práctica, los agentes lograron incautar en los siguientes meses hasta 11 alijos, ocultos en mochilas que procedían de ciudades como Guayaquil (Ecuador), Asunción (Paraguay) o Bogotá (Colombia). A veces tenían como destino otras ciudades de España, pero siempre pasaban por Madrid.
Entre el 22 y el 27 de septiembre se llevaron a cabo las primeras detenciones, entre ellos a tres de los trabajadores cuando portaban dos mochilas con 26 kilos de cocaína. Poco después realizaron cinco registros domiciliarios en diferentes puntos de la Comunidad de Madrid, en los que se detuvo a otros tres empleados.
En una de las viviendas también se detuvo a uno de los cabecillas de la organización, que era a quien los trabajadores del aeropuerto entregaban las sustancias que conseguían extraer.
Tras el arresto del líder los agentes descubrieron que la banda pretendía introducir 14 kilos más siguiendo el mismo procedimiento, hechos por los que detuvieron a un ciudadano colombiano.
Ya en diciembre se detuvo al séptimo trabajador, a quien se le vinculó a la trama a través del análisis de los teléfonos móviles de sus compañero, de acuerdo con el atestado de su arresto.
Tras pasar a disposición judicial los principales investigados han ingresado en prisión, mientras el resto ha quedado en libertad con medidas cautelares.