El periodista, Miquel Valls, avanza en Espejo Público el caso sobre el curandero que, durante uno de los tratamientos, habría realizado tocamientos a los genitales a una mujer. Justificaba los abusos sexuales con la excusa de que sería necesario para expulsar el espíritu de su hermano fallecido de su cuerpo.
«Tu hermano se va a ir, ya lo verás. Esto no te va a crear ninguna secuela», le decía el hipotético chamán, mientras iniciaba los tocamientos. Inmediatamente después de comenzar los abusos, la paciente le indicó que se detuviese: «!Qué haces! ¡Para ya! Mi hermano no puede querer esto». Al percatarse que la mujer iba a plantar cara a los abusos, el individuo suplicaba a su víctima, «por favor, no digas nada. Perdóname y no lo cuentes, que puedes romper dos matrimonios y mi prestigio de veinte años de curandero».
El periodista y colaborador de Espejo Público, Jorge Badía, analiza los detalles de este «terrible caso». A día de hoy la mujer continuaría recibiendo tratamiento psicológico dado que ya sufría una depresión antes de los hechos. El curandero anunciaría sus servicios mencionando a cantantes famosos, e iba ganando la confianza de sus pacientes y coartándolos psicológica y emocionalmente a lo largo de un año. Este llegaba a convencerlos de la presencia de espíritus de familiares fallecidos.
Convencía de posesiones
El condenado sugestionaba hasta tal punto a las personas a las que daba tratamiento, que llegaba a convencerlos de que alguno de esos espíritus se habría alojado dentro de ellos mismos.
Joaquín Hernández, periodista de Antena 3, informa desde el barrio donde ejercía el curandero, en Jumilla, en la provincia de Murcia, y donde varios vecinos afirman conocer la actividad de este hombre y que también acudirían personas desde fuera de la zona.
No llegará a entrar en la cárcel
El curandero habría pedido a la mujer que dejara de tomar la medicación recetada por los profesionales para el tratamiento de su depresión, «que se iba a curar con su agua bendita». Los actos del curandero habrían escalado en gravedad al haber llegado a tocar los genitales de la mujer en varias ocasiones. Fue al intentar besarla cuando se decidió a denunciar los hechos por los que ha sido condenado a 2 años de prisión. Los vecinos del barrio de Jumilla donde vive el delincuente se han mostrado muy sorprendidos al conocer que el condenado no llegará a estar entre rejas.
Agua bendita por el mismo
En los rituales y tratamientos que ofrecía, el abusador aseguraba poder curar los males de sus clientes mediante la disposición de sus manos y el uso de agua bendecida por el mismo. La denunciante habría acudido en busca de una solución a su depresión, provocada por la muerte de su hermano y el diagnóstico de cáncer a su madre. La profunda depresión llevó a la mujer a generar una relación de dependencia total con el curandero.
Según avanzaba el supuesto tratamiento, el ahora condenado le aseguró que debía ‘tocarla’ para sacarle el espíritu de su difunto hermano, y que esta sería «la única forma de sanarla».
La mujer hacía prácticamente todo lo que le indicaba el hombre, incluso habría dejado de beber otra cosa que no fuera el agua bendita que le proporcionaba el chamán. La víctima no acudió a denunciar los hechos ante la Guardia Civil hasta que contó lo que sucedía a su marido, quien le mostró comprensión, cariño, apoyo y ánimo para que denunciase.
Admitía los abusos
En el juicio, el falso sanador se habría visto obligado a reconocer los hechos y ha sido condenado a 2 años de encarcelamiento. Aun así, al no tener antecedentes y tratarse de una condena reducida, el culpable no ingresará en prisión si no comente algún otro delito en los próximos 3 años, permaneciendo bajo libertad vigilada durante el tiempo de condena. Tampoco podrá acercarse a la denunciante, debido a la orden de alejamiento de 100 metros de su víctima, a la que deberá indemnizar con 5.000 euros que la mujer donará a la Asociación Española Contra el Cáncer.