Todo parecía haber cambiado para mejor. El domador había empezado a rodar una nueva película, mientras que la vedete estrenaba su gran espectáculo en el circo.
Las cosas iban bien, Ángel estaba dispuesto a cambiar, pero Blasco se deja llevar en el momento más inoportuno y besa a Bárbara. El joven confunde los sentimientos y ese beso hace que vuelva a caer en la droga.
La película no sale bien y Ángel vuelve a caer en el peor de los vicios. Bárbara recibe la llamada de Juan Carlos, tras siete años de silencio, una llamada con la que descubre que han estado vigilándola todos estos años.
En ese momento Ángel llega a casa, enfurecido, sabe que ha pasado algo entre Blasco y ella: “Quiero que me cuentes lo bien que te lo has pasado con él”, señala.
El domador coge a Bárbara la empuja a la cama y ella grita desconsolada. La vedete consigue escapar, pero Ángel Cristo coge una pistola y la echa de casa: “Largo de aquí”.
Bárbara sale a patadas de la casa y Ángel, con una pistola en la mano, amenaza a su mujer: “Cómo te vuelva a ver aparecer por aquí, te juro que te mato”.
La joven se marcha, sin sus hijos y busca el apoyo de una de las personas que siempre le han apoyado: Chelo.