Estados Unidos y Venezuela volvieron este miércoles a dar señales de que las relaciones bilaterales se alejan de su punto de mayor enfrentamiento. La justicia estadounidense dispuso la libertad de Alex Saab, el empresario de origen colombiano que realizaba millonarias operaciones económicas en nombre de Venezuela, quien había sido extraditado en 2021 desde Cabo Verde. Saab llegó a ser considerado testaferro de Nicolás Maduro, acusación que el Palacio de Miraflores rechazaba de plano. Era una moneda de cambio que el Gobierno exigía para llevar a buen puerto las negociaciones con la oposición para encauzar el conflicto interno. Caracas devolverá atenciones a Washington liberando a 10 ciudadanos de origen o nacionalidad estadounidense, entre ellos dos exboinas verdes que participaron en el intento de instalar en mayo de 2020 un foco insurgente que llevara al poder a Juan Guaidó, por entonces autodesignado «presidente encargado» de Venezuela.
Saab era considerado por el Palacio de Miraflores parte de la delegación que discutía en México con la oposición el modo de desescalar el conflicto político, agudizado desde 2014. Enfrentaba cargos federales en Estados Unidos por haber lavado unos 350 millones de dólares a través del sistema de control cambiario venezolano. La justicia de Washington se inclinaba por retenerlo en prisión. Sin embargo, el Departamento de Estado terminó por imponer su criterio.
La Administración de Joe Biden espera que el retorno del empresario a Venezuela contribuya en varias direcciones: aliviar la presión migratoria de un país ya abandonado por millones de personas, evitar que se profundice el vínculo del madurismo con Rusia y, además, dejarlo sin argumentos frente a sus adversarios a la hora de poner en marcha el reciente acuerdo de Barbados, que busca crear condiciones para un proceso electoral transparente y sin restricciones en el segundo semestre de 2024. En este contexto, el Kremlin anunció el aplazamiento de la visita a Rusia de Maduro. «Se están acordando las fechas. Ahora se puede decir que ya no tendrá lugar antes de fin de año», informó el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
Otras tratativas
En 2022, Venezuela y Estados Unidos ya pactaron un canje que llamó la atención de los observadores internacionales: dos sobrinos de Cilia Flores, la esposa de Maduro, Efraín Campo Flores y Franqui Flores de Freitas, acusados de narcotráfico, volvieron al país. Caracas liberó a cambio a siete estadounidenses. A la par de ese intercambio, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos autorizó a petroleras estadounidenses y europeas a involucrarse en sector de petróleo y gasístico de Venezuela. El efecto en la pauperizada economía venezolana ha comenzado a notarse. Maduro habló en esa oportunidad de un «nuevo momento» de las relaciones con Washington. La invasión rusa de Ucrania y el efecto en el mercado mundial de los hidrocarburos facilitaron ese entendimiento.
Además del caso Saab, se aguarda en Caracas que el madurismo libere a una serie de presos políticos. Días atrás fue detenido Roberto Abdul, uno de los organizadores de las exitosas primarias opositoras de octubre, que el Gobierno calificó de fraudulentas. No será el último gesto político antes que concluya el año, se aseguró en Caracas.