- Sube la demanda de la uva sin pepita
El precio de la uva de Navidad se ha disparado un 50% este año. Los agricultores de Alicante, productores de la clásica Aledo de Vinalopó, están vendiendo la uva a tres euros el kilo mientras que en 2022 la vendían a dos euros. “El consumidor encontrará precios en los supermercados que oscilan desde cuatro hasta cinco euros”, sostiene José Betisan, productor y socio de Asaja Alicante.
Esta subida se explica porque hay poca cosecha, según señala Betisan. La producción de uva de navidad ha caído en un 30% y rondará los 30 millones de toneladas. Betisan explica que la causa de esta escasez no ha sido la sequía sino los problemas de floración provocados por las tormentas de granizo de finales de primavera.
“El tiempo seco que hizo después nos ha venido bien porque las uvas no necesitan humedad, tienen riego”, matiza. Y añade que, aunque con este clima “es verdad que hay que regar más”, para la conservación y la calidad de la uva “es mejor” porque tienen menos problemas de hongos y de enfermedades.
Las altas temperaturas sí han causado estragos en la vendimia. El calor, según los agricultores de Alicante, estresa a las viñas y favorece la extensión de plagas de la vid. Además, ha provocado que la cosecha se adelante un mes y que se haya depositado en cámaras de frío. Normalmente, se empieza a cortar la aledo a mediados de noviembre pero este año los agricultores empezaron en octubre.
Los agricultores también han tenido que hacer frente a un aumento de costes de recolección, limpieza, envasado, empaquetado y conservación. “Han subido un 70%. El año pasado eran de 1,6 euros y este de 2,3 euros”.
Sube la demanda de la uva sin pepita
“Cada año se consume más sin semilla pero la uva con semilla prácticamente se vende toda”, subraya Betisan. Aledo es la variedad de uva blanca con semilla más popular en España y con la que se suelen celebrar las doce campanadas de Nochevieja. Es la más tardía de toda Europa y, como el resto de uvas del Vinalopó, se cultiva dentro de una bolsa de papel para protegerla de las agresiones de aves, insectos, pesticidas y de las inclemencias meteorológicas, retrasando la maduración.
Sin embargo, este año la escasez de esta variedad ha provocado que aumente la demanda de la uva sin pepita. “La uva sin semilla viene a cubrir la falta que tenemos de la uva con semilla”.
Betisan además aclara que a los clientes les importa más el color que la variedad. Según sus datos, se consume un 80% de uva blanca frente a un 20% de uva roja o negra.
En cuanto a precios, Betisan afirma que este año los precios de todo tipo de uva son altos. “Por norma general la uva sin semilla es más cara porque viene de fuera. La uva con semilla, que es nacional, siempre ha tenido precios más flojos, pero este año van a la par. Valen prácticamente lo mismo una que otra”, asegura.