Santiago ha concedido en los ocho primeros meses de este año un total de 76 licencias de obra para la construcción de edificios. En la comparativa con el resto de grandes ciudades de Galicia, este dato sitúa a Compostela como la segunda urbe de la Comunidad que otorgó más permisos de este tipo, solo por detrás de Lugo, que encabeza el ranking con 83 licencias. Ferrol y Ourense, con 72 permisos concedidos, comparten el tercer puesto. A continuación, se sitúan A Coruña, con 62, Vigo (57) y Pontevedra, con apenas 25 licencias otorgadas desde enero a agosto de este año. 

En cuanto al desglose por meses, la estadística refleja que marzo fue el periodo en el que se concedieron más licencias, con 15. En enero se otorgaron cinco permisos para la construcción de edificios, ocho en febrero, 11 en abril, 14 en mayo, 11 en junio, 10 en julio y dos en agosto. 

No obstante, en la comparativa con el año pasado, los datos ponen de manifiesto un notable descenso en el número de licencias concedidas de enero a agosto, puesto que en el mismo periodo de 2022, año claramente de recuperación tras el parón por la pandemia, se entregaron un total de 105, tras sumar 13 en enero, 18 en febrero, 12 en marzo, 15 en abril, 16 en mayo, 14 en junio, 16 en julio y una en agosto. 

En cualquier caso, desde la Federación Gallega de Empresarios Inmobiliarios (Fegein) valoran de forma muy positiva los datos recogidos en Santiago en los últimos dos años. “Se esperaba que este 2023 fuese de tránsito, teniendo en cuenta que el 2022 fue un ejercicio muy positivo, tanto en compraventa de vivienda como en la concesión de licencias para obra nueva y de rehabilitación”, apunta el presidente de la Fegein, Benito Iglesias, quien enumera dos aspectos clave en la caída que ha experimentado el sector en la comparativa con el año pasado. “En primer lugar, la subida del euríbor. Se ha endurecido la financiación, lo cual repercute tanto en las personas interesadas en adquirir una vivienda como en los propios promotores y constructores. Y en segundo lugar, el impacto negativo de la nueva ley de vivienda, que entró en vigor el pasado 26 de mayo y que impone reservas de suelo del 40% para la vivienda protegida y del 20% en las actuaciones de reforma interior en suelo urbanizado, junto con la dedicación de un 50% de estas reservas para alquileres protegidos, lo cual está afectando negativamente a la actividad promotora, y por ende, también a la constructora, ante la dificultad de rentabilizar las promociones inmobiliarias con tantas limitaciones impuestas”, sostiene Iglesias. Añade, además, que “estas importantes reservas de suelo para vivienda protegida, sin ninguna contraprestación a cambio para los promotores y constructoras, es uno de los principales motivos de la reducción del desarrollo de viviendas de obra nueva en la comparativa interanual”. 

El tiempo de espera, 10 meses

Igualmente, desde la Fegein ponen el foco en el excesivo tiempo de espera para la concesión de una licencia municipal de obra en el conjunto de Galicia, que “supera los 14 meses, siendo inasumible para muchas empresas por el alto coste repercutido en las mismas”.

En Santiago, por ejemplo, “el tiempo de espera que debe soportar una persona física o jurídica por una licencia de obra es de diez meses”, indica Benito Iglesias, mientras que en otras ciudades de Galicia como Ferrol, Lugo, Ourense o Pontevedra, la demora oscila entre “los 18 y 14 meses”. En este sentido, desde la Fegein inciden en que “la legislación estatal recomienda un plazo máximo de tres meses para obras mayores y un mes para obras menores, y ningún municipio de Galicia cumple con ello”.

Por otra parte, teniendo en cuenta el balance global del año pasado, en Santiago se concedieron un total de 130 licencias de obra para la construcción de edificios, de las cuales 47 se corresponden con inmuebles de nueva planta, mientras que 78 se destinaron a la rehabilitación de edificios. Además, otros cinco permisos fueron solicitados para obras en locales.

No obstante, el dato de 130 licencias del año pasado se sitúa a mucha distancia de los registros más elevados recopilados en el balance de lo que va de siglo, puesto en el año 2000, por ejemplo, se concedieron 288 licencias, mientras que en el 2001 se dieron 270 y en 2002 se otorgaron 242. 

Tras la pandemia, el 2021 supuso la recuperación del sector, después de que se concedieran de enero a diciembre un total de 154 licencias en Santiago. En este sentido, la construcción de viviendas en la ciudad continúa exhibiendo signos de solidez a lo largo de 2023

El visado de nuevas viviendas a construir en el Concello de Santiago durante el primer semestre de 2023 creció un 124,39%. Se visaron 92 nuevos inmuebles de enero a junio de este año frente a las 41 contabilizados en los seis primeros meses de 2022, según datos del Gabinete Técnico del Colegio Oficial de la Arquitectura Técnica de A Coruña (Coatac).

36 viviendas en Lamas de Abade

Asimismo, la Xunta iniciaba el pasado viernes la licitación de la construcción de un edificio de 24 viviendas de promoción pública (VPP) en la zona de Lamas de Abade, en Santiago, con un presupuesto base de licitación de 4,63 millones de euros. Esta licitación se añadía a la iniciada la semana anterior para otro inmueble de 12 VPP en el mismo barrio compostelano por importe de 2,6 millones de euros.

El objetivo del Instituto Galego da Vivenda e Solo (IGVS) es adjudicar e iniciar las obras de ambas promociones a lo largo de 2024, que reforzarán las más de 270 viviendas que integran actualmente el parque público de la Xunta en la capital gallega. En el caso del edificio de 24 viviendas, el plazo de ejecución será de año y medio, mientras que en el de 12 el plazo será de 15 meses.

Los nuevos inmuebles se adjudicarán en régimen de alquiler entre las personas inscritas en el Registro único de demandantes de vivienda en Santiago, que deberán acreditar unos ingresos de entre 0,7 y 2,5 veces el Iprem (fijado en 8.400 €/año).

Este edificio de 24 VPP en Lamas de Abade dispondrá de 3 plantas subterráneas –2 sótanos y 1 semisótano– donde se situarán 36 plazas de garaje, 24 trasteros y los locales para instalaciones comunes y otros servicios del edificio. Además, en la planta baja y en las tres superiores estarán localizadas las viviendas, seis en cada una, con un total de 11 pisos con tres dormitorios; otros 11 dotados con dos cuartos –uno de ellos adaptado para personas con movilidad reducida–, y dos más con un dormitorio.

La superficie útil de las viviendas de tres dormitorios oscilará entre los 86,36 y los 86,77 metros cuadrados, mientras que las de 2 tendrán entre 68,75 y 69,06 m2, y el tamaño de las 2 viviendas de un dormitorio será de 57,98 metros de superficie útil.

En cuanto a la promoción licitada el pasado 7 de diciembre, estará integrada por otras 12 nuevas VPP y constará de cinco plantas divididas en sótano, semisótano, planta baja y dos alturas más. Con respeto a las características de los inmuebles, 10 serán viviendas de 3 dormitorios, con una superficie útil de entre 86,56 y 91,66 m2, y las otras dos tendrán 2 estancias y un tamaño de 80,69 m2. Además, el edificio dispondrá de 12 trasteros y 18 plazas de garaje.