La ampliación norte del puerto de Valencia aprobada por el Consejo de Ministros pone en peligro las playas del sur de la ciudad y la Albufera, y generará un coste externo a la sociedad de 6.000 millones de euros, según denuncian a la agencia Efe asociaciones vecinales y ecologistas que integran la Comisión Ciudad-Puerto.

El proyecto, desbloqueado este martes por el Gobierno central tras varios años de polémica en torno a sus afecciones ambientales, logra por parte del Estado una nueva fase de luz verde que era demandada por el sector empresarial en general y portuario y naviero en particular, y por todos los partidos políticos, menos Compromís.

Impacto en las playas del sur

El miembro de Per l’Horta -una de las asociaciones de la Comisión- Josep Gavaldá asegura que los efectos “son brutales” en las playas de sur y “ya se ha visto cuando han gastado 30 millones en la regeneración de la playa de El Saler. La primera ampliación norte tuvo sus efectos, pero ahora son más intensos”, apostilla.

Ampliación de las playas del sur de Valencia Levante EMV


En el mismo sentido, la portavoz de Ecologistas en Acción, Pau Monasterio, además de asegurar que las regeneraciones son acciones temporales, incide en que “ha sido fundamental la acción de barrera al transporte de sedimento de las sucesivas ampliaciones del puerto” para la pérdida de arena en las playas.

“La única solución de la naturaleza para aminorar o mitigar este impacto de esas barreras es deshacer la última ampliación del dique norte, que solo se hizo el muro. Económica y ecológicamente es lo más eficiente para proteger nuestras playas”, señala.

El presidente de la Asociación de Vecinos de Nazaret -también miembro de la Comisión-, Julio Moltó, recuerda que en el barrio ya tienen “una larga trayectoria de cómo afecta el puerto a las playas”, porque ya perdieron el arenal con la expansión del puerto en 1986.

“Hay una deriva de la corriente en esta parte del Mediterráneo y todos los obstáculos que se interponen, como son los diques del puerto, retienen la arena del norte y en el sur se va perdiendo”, explica.

La reposición de arena es siempre una solución temporal, afirman los ecologistas Levante EMV


“Cuando la playa estaba pegada al dique de desvío sur del Turia, crecía, pero cuando salía de ese resguardo, desaparecía. Eso pasa ahora entre la desembocadura del cauce nuevo prácticamente hasta Cullera”, resalta. Y advierte: “Cualquier ampliación que haga el puerto incidirá muy negativamente en las playas del sur”.

La Albufera en peligro

La Albufera está en peligro de salinización y ello conllevará el fin de la vida animal y de las cosechas de arroz. Los efectos son imposibles de mitigar”, alerta Gavaldá.

Moltó subraya que junto a los problemas que han tenido desde hace cuatro décadas, “desde la destrucción de la playa de Nazaret, hay una novedad alarmante: el cambio climático. Los temporales tienen cada vez más fuerza y el agua del mar está más caliente, y eso incide directamente en las playas del sur e incluso en la Albufera”.

“Hay riesgo de que se cuele agua salada a la Albufera. Si a ello contribuyen las infraestructuras duras del puerto, se ponen en riesgo las playas del sur y el parque natural”, añade.

Albufera de Valencia Pixabay


Monasterio explica que la Albufera es un sistema de agua dulce y, “precisamente, lo que hace que sea dulce es la barrera de arena que la separa del mar, la Devesa. Las playas son la primera línea de defensa de Albufera. Si esa barrera arenosa cada vez se estrecha más, aunque se rellene temporalmente, acabará de hacer esa función”.

“El agua del mar contacta con la de la Albufera en el subsuelo cada vez más y se van salinizando sus zonas más sensibles. Llevamos años detectando ese proceso de salinización”, indica. Ello afecta a todo el ecosistema de plantas, animales, pesca y agricultura.

Según la portavoz de Ecologistas en Acción, la falta de agua dulce, junto a los problemas derivados de la crisis climática, y todo ello acelerado con las ampliaciones del puerto, conforman un “cóctel perfecto” para que la Albufera deje de ser tal y como se la conoce.

A su juicio, la ampliación del puerto es como “echar gasolina a un incendio” que se tiene “en la puerta de casa”.

6.000 millones de costes externos

Gavaldá explica que la ampliación prevé pasar de 5 a 12’5 millones de contenedores en el puerto, lo que aumentará en la misma proporción el número de barcos y camiones (hoy en día son 5.000 camiones diarios).

“El transporte -asegura- tiene impactos que paga la sociedad, los costes externos”. Lamenta que “la economía actual no contempla ese impacto” y detalla que, según un informe de la UE de 2019, el primero que mide el coste en dinero público, se ha hecho una estimación “prudente” y “conservadora” de lo que supondrá la ampliación del puerto.

“A coste de 2019, la ampliación del puerto supondrá 6.000 millones de euros por la afluencia de mercancías al puerto en 35 años. Es una barbaridad. Supone regalarle dinero público a una empresa privada, que obtiene beneficios y nosotros solo recibimos efectos negativos”, critica.