Todos tenemos claro que la imagen institucional y la identidad de los ayuntamientos se construye, mayoritariamente, en función de esos rituales cívicos con los que se manifiesta a sus ciudadanos, mediante un universo de símbolos, alegorías, heráldica, celebraciones religiosas o tradiciones cívicas. Por eso, las corporaciones desde antiguo han tenido mucho interés en recopilar ese protocolo y dejar constancia del modo en el que se ejecutan todos los rituales de la corporación y de la ciudad.
No obstante, son pocos los que los han estudiado a fondo. Destaco dos. Madrid en 1968, editado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas y escrito por Manuel Espadas Burgos publicó un breve libro sobre ‘Ceremonial del Ayuntamiento de Madrid’. Y Pamplona ha publicado un libro para divulgación que tiene por título ‘Pampilona Urbs Regia. El ceremonial del Ayuntamiento de Pamplona desde el siglo XVI hasta nuestros días’ (2020). En sus extensas páginas manifiesta la importancia de esta simbología para la construcción de la ciudad, al mismo tiempo que supuso un antes y un después en la protección de ese rico y variado patrimonio artístico que ha ido dejando esta actividad, un patrimonio propiedad de los concejos. Lo escribió Alejandro Aranda Ruiz, que hizo la tesis sobre el ceremonial de las Instituciones del reino de Navarra y la ciudad en Pamplona en el Antiguo Régimen entre los siglos XVI y XVIII. El año 2021, Aranda aùn publicó el trabajo Vestir la autoridad. Atributos de poder y representación municipal en Navarra.
Ceremonial urbano
Y dicho esto, ahora le tocaba a nuestra ciudad volver los ojos al ceremonial urbano que define las grandes fiestas de sus gentes y las celebraciones de su concejo. Y lo hacemos a través de una hermosa exposición que merece la pena visitar con detalle, si quieren conocer documentos, libros antiguos, fotografías o carteles muy interesantes de fiestas de principios del siglo XX, junto a las propias piezas que protagonizan estas ceremonias. Verán las mazas del Ayuntamiento, que hiciera el platero Estrada en 1803, las pinturas que nos permiten ver cómo eran esas manifestaciones protocolarias, en especial las de Anselmo Gascón y Gotor, una de las cuales -el macero de 1890- les recibirá en la exposición del Centro de Historias, que tenemos que agradecer al buen hacer de la consejería de Cultura del Ayuntamiento liderada por Sara Fernández.
Y junto a ello, en el interior de la cripta oirán los emblemas sonoros con los que el poder civil anuncia su presencia; clarines y timbales, los dos vinculados a los que los tocan, con sus libreas, sombreros, zapatos con hebilla de plata, partituras, adornos y símbolos, que perviven en nuestros días, mientras hemos perdido las figuras que completaron esa manifestación del poder: el pregonero Ignacio Moreno a lomos del caballo -de nombre Brillante- propiedad de la ciudad, y en esta ciudad las propias majorettes, fundadas por Corita Viamonte.
Como ven un apasionante mundo que no sólo está en la exposición, porque se lo podrán llevar a casa para contemplarlo con paz y sosiego, pues tienen un magnifico catálogo ‘Adorno y Honor, Maceros, timbales y clarines’, que se ha editado con esta ocasión y que les aseguro es un tesoro para todos aquellos que amen Zaragoza. El libro, sin duda, responde a esa inquietud de la académica y reconocida investigadora Carmen Abad Zardoya que es la comisaria y la coordinadora del libro, la doctora que ha hecho posible esta exposición y a la que la ciudad deberá agradecer estos saberes que comparte con todos los ciudadanos. De su mano nos adentramos en lo que llama Adorno y Honor, todo ese mundo que avisa a la ciudad de que sus regidores están saliendo de la casa consistorial, y también en el apasionante mundo de los carteles de fiestas en los que han tenido cabida maceros, ministriles y pregoneros.
El libro-catálogo
Le acompañan en el proyecto del libro-catálogo la catedrática Carmen Morte, gran especialista en el mundo del renacimiento aragonés, que aporta el capítulo de los maceros. Y con ella, la profesora Ana Ágreda que habla de su especialidad: las artes textiles al servicio del adorno y del honor. Alberto Castán, del Departamento de Arte de nuestra Universidad, nos presenta la figura del pintor y académico Anselmo Gascón y Gotor, que es uno de los que mejor nos retrató cómo era la Zaragoza de finales del XIX. Sin olvidar los anexos documentales, procedentes del rico archivo de la ciudad que dirige con acierto Elena Rivas, y que muestran otra de las labores previas a la recuperación de este mundo del ceremonial, que hizo Carmen Abad. Al final, no dejen de leer la entrevista con el sabio académico Ángel Millán Esteban, catedrático del Conservatorio y la persona que mejor conoce las marchas reales y las de las corporaciones aragonesas. Enhorabuena y disfruten con la exposición y con el libro, sobre el cual no me resisto a plantearles mi pega: las pequeñas letras se han impreso con tan poca intensidad de tinta que a la mayoría nos supone un brutal esfuerzo leerlas. Creo que esta escasez, que impide el disfrute del producto, debe proscribirse en aras del lector ciudadano al que deseo feliz Navidad.
‘ADORNO Y HONOR. MACEROS, TIMBALES Y CLARINES’
Carmen Abad (coordinadora)
Ayuntamiento de Zaragoza
140 páginas