Aplausos, rostros serios y el ‘yo veo mucha tensión aquí’. Salida a toda velocidad como si fuese un Lamborghini. La intrahistoria de la rueda de prensa de Viera deja un duelo de dos iconos en el lejano oeste de la factoría. Cruce de miradas, semblantes castigados por la culpa…No hubo paz para las dos figuras de la UD de este año de gloria. Tan grandes y tan separados en una sala de prensa abarrotada por los medios, el plantel –ubicado a la izquierda–, así como el equipo médico, fisios, utilleros y personal directivo.
Pimienta, el rostro del éxito en 2023 –ascenso y arquitecto de la amplia nómina de récords de la UD de los Valles, Mika, Coco y Munir–, siguió la rueda de prensa en la parte derecha de la sala. Escoltado por parte de su equipo técnico, así como el delegado Rubén Fontes, guardó un escrupuloso silencio. Tampoco quiso responder a la enésima cuestión sobre del ‘21’, minutos antes de la comparecencia de Viera. «Luego hablará, y ya sabéis que no diré nada en relación al asunto».
Lo histórico fue la acusación del capitán a su propio entrenador e incluso le miró en varias ocasiones. El ya excapitán también dirigió su mirada a Miguel Ángel Ramírez, pero con un talante más conciliador –se fue con el máximo mandatario a toda prisa tras acabar el acto–.
Reconocimiento público
En defensa de Pimienta, cabe añadir que en la previa al pulso ante el Cádiz, el pasado viernes, le dedicó unas palabras de amor y comprensión. «Me gustaría agradecer a Viera todo lo que ha aportado al fútbol en general y a la UD (…) Muchos me comentan que ha sido el mejor que han visto en este siglo. No tengo ninguna duda que pasará a la historia».
También le agradeció el estratega, las veces que dio la cara –la última tras el 4-1 en el Heliodoro Rodríguez López, el mayor correctivo recibido en un clásico canario–. «Le agradezco su compromiso (…) Sobre todo en la primera temporada, cuando llegué, se consiguió jugar el playoff gracias a él cuando parecía imposible. Se llevó a su espalda el peso del equipo de forma brutal, como no había visto antes a nadie».
Reconoció su labor de gestor de grupo. «Tengo que agradecerle a nivel personal cómo me ayudó; pero especialmente a mi llegada al club cuando las cosas no funcionaban bien (…) No dejó de creer en nosotros y en nuestra manera de trabajar (…) Y también a nivel personal y a su familia».
No le bastó a Viera la lírica de su último entrenador. ¿Se curó en salud el estratega? Sin un guiño de la afición en el último partido ante el Cádiz CF, las muestras de cariños se contabilizan en centenares en las redes sociales. Adiós en alta definición con un reproche emocional a la cara. Al mediapunta internacional se le acusa de una comportamiento poco ejemplar el día de autos –8 de octubre en el pulso ante el Villarreal en Estadio de La Cerámica–. El ‘21’ no acudió a la banda, durante la pausa de hidratación, para escuchar las consignas de Pimienta. Tras convertirse en el héroe ante el Celta de Vigo, ya advirtió que su final estaba cerca. Y cumplió con su palabra. No iba de farol. Desde esta noche en San Mamés, comienza el post-vierismo.
Desde la última ocasión que Viera se vistió de corto ante el Villarreal (8 de octubre), la UD ha doblegado al Almería (1-2), Atlético de Madrid (2-1), Getafe (2-0) y Deportivo Alavés (0-1). Tablas ante Osasuna (1-1) y Cádiz (1-1). Dos derrotas ante el Rayo Vallecano (0-1) y Betis en Villamarín. Con otra secuencia de resultados, quizás hubiese sido Pimienta el que hacía la maleta. Los giros del balón. El barcelonés es ahora la bandera del éxito. Y Viera, vacía la taquilla con un pasado dorado.