El Villarreal tumba al Celta en un partido loco

El Villarreal salió vencedor en la montaña rusa de La Cerámica. Se las prometía muy felices el cuadro de Marcelino con un 3-0 inapelable ante un Celta moribundo pero acabó pidiendo la hora cuando resurgió de sus cenizas el equipo de Rafa Benítez, que echó por tierra la primera parte y no le alcanzó con su gran reacción tras el descanso.

El inicio del Villarreal fue fulgurante. Herido en su orgullo por la paliza recibida en el Bernabéu, el equipo de Marcelino salió a degüello a por un Celta empanado. En solo 10 minutos, el Submarino ya había perdonado tres ocasiones claras. Solo Guaita resistía el torrente ofensivo local con dos paradas salvadoras.

El encargado de reventar el cerrojo de Rafael Benítez fue Pedraza, que superó a Guaita con un gran disparo sin apenas ángulo (12’). El Celta, huérfano de Aspas, solo se sacudió el dominio local cuando se vio por detrás en el marcador. La salida de Pedraza minutos después del 1-0 igualó algo las fuerzas entre los contendientes pero Parejo y Baena se arremangaron para combinar y encontrar las rendijas en el débil engranaje defensivo del Celta.

El Villarreal apretó los dientes antes del descanso y volvió encontrar premio gracias al oportunismo de Mandi, que cazó un rechace de Guaita para hacer el 2-0.

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La segunda parte no pudo empezar peor para el Celta, pues Kevin cometió un penalti sobre Alberto Moreno que Parejo no perdonó (48’). Cuando el partido parecía muerto, Douvikas revivió al Celta con un gol a balón parado y minutos después Dotor sembró el pánico en La Céramica con el 3-2.

El guion del partido dio la vuelta como un calcetín y el Celta pasó a llevar la iniciativa y a amenazar con Larsen y Douvikas. Los minutos finales fueron una locura de ida y vuelta y los 15 minutos de descuento contribuyeron al espectáculo. 

El Celta se volcó al ataque con las fuerzas que le quedaban pero acabó muriendo en la orilla ante un Villarreal que también tuvo dos caras.