La ciencia ha demostrado en más de una ocasión que la pérdida de biodiversidad que sufre hoy el planeta está provocada por la acción humana. ¿Pero cómo se puede determinar la causa de extinciones que tuvieron lugar en el Paleolítico o el siglo XVII? Un grupo de científicos ha usado modelos matemáticos y datos arqueológicos para demostrar que los humanos son responsables de la desaparición del doble de especies de pájaros de lo que se creía hasta el momento.

El estudio que publica hoy la revista ‘Nature Communication’ constata la eliminación de unas 1.430 especies de aves, unos bioindicadores claves para radiografiar la situación general de otras especies más difíciles de contar como los insectos. Con esta investigación, se da a conocer la magnitud real de lo ocurrido.

La acción humana eliminó el doble de especies de aves de lo que se pensaba hasta la fecha

«Ahora podemos ver contemplar el iceberg entero, hasta ahora solo veíamos la mitad», afirma Ferran Sayol, doctor en Ecología Terrestre en la Universitat Autònoma de Barcelona e investigador del CREAF (Centro de Investigaciones Ecológicas y Aplicaciones Forestales), en conversación con El Periódico de Cataluña, del grupo Prensa Ibérica.

Ostrero unicolor canario (Haematopus meadewaldoi). El Periódico de Cataluña


Donde más se han extinguido especies de aves ha sido en las islas. «En estos lugares, algunas especies no tenían depredadores, por lo tanto se mostraban mansas hacia al hombre, que al colonizarlas las pudo capturar fácilmente», explica Sayol. Hay cientos de ejemplos: desde el famoso dodo en Maurcio hasta especies cercanas como pájaros de Canarias (el ostrero unicolor canario o el verderón de Trias) y de Baleares (el rascón de Eivissa).

Cráneos y huesos

La llegada de personas a islas remotas como Hawái, Tonga y las Azores provocó impactos de gran alcance: «Deforestacióncaza excesiva y la introducción de especias invasoras». Sayol añade que, al encontrarse restos de aves que no existen a día de hoy en asentamientos arqueológicos donde vivían personas, se puede deducir que los humanos las comían.

Cráneo de un verderón de Trias (Carduelis triasi), un pájaro que habitaba en las Islas Canarias. El Periódico de Cataluña


Además, en el caso de las especies exóticos, la llegada de humanos a las islas conllevó el transporte de animales domésticos o de granja, como cerdos, que se convirtieron inmediatamente en invasoras y perjudicaron a los individuos autóctonos.

Los científicos han calculado cuántas especies han desaparecido desde el Pleistoceno tardío (130.000 años atrás) y han observado tres grandes extinciones.

Lo peor está por llegar

La primera ocurrió en el siglo IX aC., impulsada por el desembarco de personas en el Pacífico Occidental (incluyendo las islas Fiji). En la segunda, registrada en el siglo XIV en el Pacífico Oriental (Hawaii), se perdieron 570 especies de aves después de la llegada de los humanos. La tercera extinción masiva empezó en el siglo XVIII y prosigue hoy, empujada por el cambio climático, la contaminación, la agricultura intensiva y la degradación de hábitats.

Los científicos calculan que esta crisis, todavía en curso, superará a la del siglo XIV. Se podrían perder 700 aves más en las próximas décadas. Cabe tener en cuenta que las 1.430 especies que se estima que ya están perdidas equivalen al 11% de todas las especies de aves que existen actualmente.

Sin embargo, los autores del estudio también aportan datos para la esperanza. Las últimas acciones de conservación para salvar especies como el cernícalo de Mauricio o el cóndor de California han dado sus frutos: «Estamos ante una oportunidad para restaurar hábitats y recuperar especies».