No ha transcurrido un mes desde el fallecimiento de Jerónimo Saavedra y el Madrid político y cultural ya rememoró ayer su figura. Otro más de los muchos adioses que se la han tributado al dirigente más reconocido de la reciente historia de las Islas. Con palabras y recuerdos para el que fuera primer presidente de Canarias, pero también con música, porque ningún homenaje que se precie al histórico dirigente socialista canario puede pasar por alto su conexión con al cuarto arte y especialmente con el bel canto. Nada menos que en el Teatro Real se dieron cita este lunes muchos de sus conocidos, compañeros y amigos de la vida política canaria y española, pero también del círculo musical que él tanto impulsó y animó, para rendirle homenaje en su doble faceta de personaje que dedicó toda su vida al servicio público, y al amante de la música clásica que vivió con intensidad y pasión esta faceta de la cultura.

«Su legado es inmenso», expresó Pedro Sánchez. «Le vamos a echar de menos». Fueron las últimas palabras del presidente durante su intervención y resumía el sentir de todos los que hablaron y de quienes asistieron al evento. En un emotivo acto en la sala Orquesta del foro musical por excelencia de la capital del Estado, institución del que él era miembro de su patronato desde 2018 (también entre 2004 y 2011) y que él tanto frecuentó como aficionado, más de 200 personas quisieron recordar a Saavedra, fallecido de forma repentina el pasado 21 de noviembre en su casa de Las Palmas de Gran Canaria. Una nutrida representación del Gobierno de la nación, con Sánchez, a la cabeza, y otros muchos compañeros y compañeras en tareas políticas en Madrid y en Canarias, así como diputados y senadores de la actual legislatura, quisieron rendir tributo a la figura del político socialista. Pero sobre todo, muchos amigos y representantes de la cultura y de la música, y muy especialmente quienes protagonizaron el breve concierto que dio lustre al evento.

Nadie mejor que la soprano canaria Yolanda Auyanet, gran amiga de Saavedra, acompañada por el pianista Riccardo Bini, para ilustrar musicalmente el homenaje, con la interpretación de Siete rosas, una canción de cuna compuesta por los canarios Antonio González Santamaría y Diego García Cabrera, resumía emocionalmente el sentido del homenaje. Las otras piezas elegidas por los organizadores para dar tono musical al acto fueron también entresacadas del repertorio de preferencia de Saavedra, un pasaje de una ópera de Gaetano Donizetti, y una mazurca de Chopin, a cargo de uno de los grandes pianistas españoles y al que Saavedra profesaba una gran admiración, el onubense Javier Perianes. 

Su sobrina Marta Saavedra relató emocionada algunas vivencias personales y familiares




Pedro Sánchez, amigo personal de Saavedra, ha sido el principal impulsor de este tributo in memoriam, activando la iniciativa la misma noche del fallecimiento del político canario. Nada más conocer la noticia, el presidente llamó por teléfono al presidente del Teatro Real, Gregorio Marañón, sugiriéndole el tributo. El propio Sánchez y Marañón contactaron luego con Marta Saavedra, sobrina y ahijada del homenajeado y que desde el pasado 23 de julio es senadora por Gran Canaria, y a partir de ahí, todo se puso en marcha para que el adiós a Saavedra en Madrid tuviera el realce y la trascendencia que su figura requerían. 

El presidente quiso además tener un encuentro directo e íntimo con la familia en una sala adyacente a la del homenaje para darles el pésame personalmente y recibió de sus manos un ejemplar del libro de Juan A. Luján. 

«En este templo de la música debemos homenajear con alegría la intensa vida de Jerónimo Saavedra, él lo hubiera querido así, y lo hubiera querido aquí, en el templo de la música», enfatizó el presidente. Tras recordar que conoció al dirigente canario en 2005 a través de otro socialista canario, Pedro Zerolo, durante un curso en la Universidad Complutense de Madrid, recalcó de él que «tenía algo brillante y valioso en su forma de entender y vivir la vida y es que la comprendía a través del progreso, la convivencia y la cultura». 

«Lo que mejor le definía es que era un humanista y ponía por encima de todo los valores que desembocaban en más libertad, más igualdad y más tolerancia», afirmó Sánchez antes de destacar que «en todos sus cargos dejó su impronta de integridad, compromiso y una enorme sabiduría». 

Como la mayoría de los que intervinieron, Sánchez destacó su «valentía y su lucha por los derechos del colectivo LGTBI» cuando desveló su homosexualidad tras la muerte de Sebastián, su compañero sentimental, «cuando todavía no estaba legalizado el matrimonio entre personas del mismo sexo». «Ese cambio de actitud tras la muerte de Sebastián fue una pequeña victoria personal y una gran victoria colectiva. No fue un gesto menor ni anecdótico de su biografía, pues gracias a ese paso fueron muchas las personas que siguieron su estela. Fue una manera de trascender desde lo privado a lo público», resaltó Sánchez. 

«Le vamos a echar de menos»

«Como presidente me quedo con esas lecciones involuntarias que nos dejó de un hombre bueno y sano que nos sitúa del lado del respeto, los derechos humanos y para mantener la coherencia entre cómo pensamos y como vivimos. Le vamos a echar mucho de menos», concluyó.

El ministro de Cultura, Ernest Urtasun, consideró un «honor participar en este homenaje rodeado de sus familiares y amigos y amigas» y resaltó que «pocas personas han sido tan conscientes de la necesidad de cuidar la democracia y de consagrarla con cada gesto como servicio a la ciudadanía». Como representantes del Teatro Real tomaron la palabra el propio Marañón y los dos patronos de honor, Carmen Calvo, exministra de Cultura que convenció a Saavedra para formar parte del patronato del ente, y Alberto Ruiz Gallardón, otro melómano como el grancanario. Los dos insistieron en el retrato humano y humanista de Saavedra.

«Tenía la mitad de la mirada en el suelo y la otra mitad en el cielo, porque soñaba mucho», afirmó Calvo antes de desvelar su comentario con deje canario cuando le propuso ser patrón del Teatro Real: «Ay mi niña, ¿tú sabes el regalo que me estás haciendo?». «Fue un ser humano exquisito, brillante, barroco, de conocimiento y mentalidad renacentista y me siento muy afortunada de haber podido tomar la palabra para decirlo», concluyó la exvicepresidenta del Gobierno central. 

Carmen Calvo y Ruiz Gallardón destacan el perfil humano y su «liderazgo carismático»


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Ruiz Gallardón, por su parte, señaló que «para una persona que ocupó las más altas responsabilidades en política, sea el espacio de la música donde se ha considerado que se debía hacer este homenaje». «Para él la música lo fue todo, no era un lujo cultural ni un entretenimiento, era su forma de canalizar su humanidad, su humanismo y su compromiso con los demás, y los que nos encontramos con él fuimos unos afortunados», afirmó el expolítico del PP. 

Marta Saavedra fue precisamente una de las protagonistas del acto del Teatro Real, con una intervención que ella misma calificó de «muy personal» y en la que transmitió toda su emoción no solo por lo que supone la pérdida de un ser querido tan reconocido públicamente, sino también por la relevancia y el sentido del propio homenaje.

El tío Momo 

«Toda la vida de Jerónimo se podría sintetizar en una partitura compleja cuyas melodías, timbres y armonías convergen en un solo propósito: la transmisión serena de un legado de sabiduría para muchas generaciones», acercó a señalar Marta con la voz quebrada en el inicio de su intervención. Tras recordar que para toda la familia, Jerónimo «siempre fue Momo, un apelativo cariñoso con el que, desde pequeños, nos dirigíamos a él y a él le gustaba que le llamásemos as». Marta no renunció a destacar todo lo que políticamente su tío representó para Canarias y su sociedad,

«Con profundo orgullo hemos vivido conscientes de que compartíamos genes con un canario universal, cuya figura política ha sido ejemplo de servicio a la democracia, de respeto por las ideas y las palabras, y sin cuya contribución a la autonomía del archipiélago no podríamos imaginar, siquiera, la Canarias de hoy tal y como es, abierta al mundo», resaltó la sobrina de Saavedra. «Nuestro tío Momo fue un socialdemócrata de valores arraigados, un caballero renacentista enamorado de la cultura, siempre a la búsqueda de los más altos ideales, pero combinados con las más sencillas formas», añadió. Para ella, «con talante sereno y culto, Jerónimo puso a Canarias en el mapa, especialmente el cultural; viajó por todos los lugares y sentó las bases de una sociedad canaria del bienestar, con la construcción de colegios, institutos, infraestructuras, centros de salud y universidades». «Vivió con plena intensidad una vida que no se le presentaba fácil, y puedo asegurar sin equivocarme, que hasta en el más complicado de sus días, supo esbozar una sonrisa», recalcó. 

Pero donde Marta Saavedra volcó todas sus emociones fue en el recuerdo que hizo de la faceta familiar, rememorando a las tres mujeres que impactaron en su vida, todas ellas de nombre Isabel; su madre, su hermana y su sobrina mayor, presente en el acto. Recordó también navidades familiares de «pocos villancicos» pero sí de algún «desafinado libiamo de La Traviata, quizá por los excesos de champán». «No éramos una familia de entonar», reconoce Marta antes de acabar así: «Sus seres más queridos le recordaremos siempre con esa sonrisa dulce, en su estado de felicidad plena, en el porche de su casa de Mazo, en La Palma, viendo pasar la vida, probablemente recordando a Sebastián. Y de fondo, sonando fuerte, el Adagietto de Mahler. Vivió la vida intensamente, y porque la vivió así, a su manera, hoy vive en todos nosotros».

El presidente del Teatro Real, Gregorio Marañón, por su lado, dijo que se trataba de «un homenaje a un político extraordinario que ha sido también una persona ejemplar». «Murió con naturalidad, elegantemente, siempre fue así, hasta el último momento. Hoy esos 27 días transcurridos nos parecen una eternidad porque hemos querido llamarle, escuchar su voz, y en mi caso compartir la aventura de la música». Para el ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, el expresidente canario Ángel Víctor Torres, que justamente tomó posesión del cargo ministerial al día siguiente de la muerte de Saavedra, el acto en el Teatro Real era la prueba palpable de la «trascendencia y relevancia de una figura como él, que ha sido fundamental de la política canaria y de España».

Familia, amigos, ministros: más de 200 personas

El Gobierno aportó una nutrida presencia en el acto. Además de los dos intervinientes, Sánchez y el ministro de Cultura, también asistieron María Jesús Montero, Luis Planas, Ana Redondo y Ángel Victor Torres. Entre las más de 200 personas que abarrotaban la sala de Orquesta del Teatro Real no podían faltar sus amigos más íntimos de su vida en Canarias, como José Luis Sebastián, cuyas familias pasaban juntas las vacaciones en La Palma, isla de la que Saavedra fue declarado hijo predilecto en 2022. Otro grupo de amigos especiales lo conformaron los compañeros de logia masónica a la que Saavedra perteneció durante gran parte de su vida, con Jesús Soriano, al frente del mismo como Soberano Gran Comandante. Entre los asistentes también se encontraban los exministros Elena Salgado y Miquel Iceta,actual embajador de España ante la Unesco; la presidenta del Congreso, Francina Armengol; la alcaldesa de Las Palmas de Gran Canaria, Carolina Darias, a quien muchos mencionaron por su cercanía con Saavedra; el exeurodiputado Manuel Medina; el actual portavoz socialista en el Congreso, Patxi López; así como la práctica totalidad de diputados y senadores del PSOE canario y cineastas canarios como Luis Roca y Marta de Santa Ana. | J. A.