Dos días antes de la reunión en Barcelona entre Pere Aragonès y Pedro Sánchez, la Generalitat ha comunicado este martes qué temas ha elegido para que su president lleve a la cita. Así, Aragonès reclamará a Sánchez una mejora en las inversiones en Cataluña -con el traspaso de Rodalies como eje central-; una mejora de la financiación; la defensa de la lengua catalana y la necesidad para encontrar los mecanismos para «la resolución del conflicto político».
Lo ha explicado la portavoz del ejecutivo catalán, Patrícia Plaja, en su comparecencia tras la reunión el gabinete. Allí ha detallado que el encuentro será a las 12 horas en el Palau de la Generalitat y que, tras la reunión, comparecerán por separado primero Sánchez y, luego, Aragonès. Antes de la cita, los dos presidentes harán una visita conjunta a las instalaciones del Barcelona Supercomputing Center.
Los temas que Aragonès llevará al encuentro no son otra cosa que la aplicación del acuerdo de investidura que ERC firmó con el PSOE el mes de noviembre pasado a cambio de investir a Sánchez de nuevo presidente. Un acuerdo que giraba alrededor de la amnistía, el traspaso de Rodalies y la reactivación de la mesa de diálogo entre la Generalitat y el Estado.
Lo que quiere dejar claro el Govern es que tiene que ser una «reunión de trabajo» y no de «cortesía» porque los dos presidentes ya hace tiempo que «se conocen y llevan años negociando». Leyendo entre líneas, lo que quiere la Generalitat es que de la cita salgan nuevos pactos, y no una mera foto institucional entre los dos presidentes. Aragonès necesita empezar a exhibir que su nuevo pacto con los socialistas empieza a dar sus frutos.
Aunque la Generalitat no lo mencione, habrá otro tema de la reunión a tener en cuenta: los dos presidentes están elaborando sus respectivos presupuestos para el 2024 y ninguno de los dos tiene los apoyos garantizados. Los votos socialistas son decisivos para Aragonès en Catalunya, y los votos republicanos son claves para Sánchez en Madrid. Un intercambio de apoyos parece ser la salida más lógica, pero ni un gobierno ni el otro lo han expresado así en público.
La competencia con Junts
Con la nueva legislatura española existe una cierta competencia entre ERC y Junts sobre quien se reúne más con el PSOE. Cuando Junts hace dos semanas se citó con los socialistas en Ginebra (Suiza), ERC contraatacó anunciando el encuentro Aragonès-Sánchez. Después de que se supiera la cita entre presidentes, los posconvergentes replicaron comunicando una reunión -aun sin fecha-, entre el propio Sánchez y el expresident Carles Puigdemont.
Ante esta escalada, el Govern tiene que hacer equilibrios: tiene que defender que sus reuniones son las más importantes, pero sin importunar a Junts ahora que ha abrazado la senda del diálogo. Así, la portavoz, Patrícia Plaja, ha dicho este martes que «las reuniones siempre son buenas», por lo que también lo será la Sánchez-Puigdemont cuando se produzca. Sin embargo, ha reivindicado que, respecto a la cita en Palau de este jueves, son «perfiles absolutamente diferentes». Es la forma de defender que solo ERC y el PSOE pueden mantener encuentros de «gobierno a gobierno» y, en consecuencia, encuentros con mayor trascendencia