Las ventas de marisco se disparan en Navidad. A pesar de que no es un producto barato, y menos en esta época del año, familias de toda condición hacen un esfuerzo extra para que sus invitados se sientan agasajados. Centollos, cigalas, mejillones, berberechos… Las pescaderías hacen su agosto en diciembre.

Pero, si hubiera que elegir unos reyes de las mesas navideñas, esos serían los langostinos. En cualquiera de sus formas, no pueden faltar. Cocidos o a la pancha, al punto de sal o acompañados de mayonesa. Junto con la selección de ibéricos, es uno de los entrantes imprescindibles.

Ahora bien, aunque son un manjar por sí mismos, hay más posibilidades para presentarlos de una forma original que deje a los comensales boquiabiertos. Eso sí, no hay que perder de vista que de la calidad del producto dependerá en gran medida el éxito del resultado final.

Una bandeja de langostinos crudos. Shutterstock


En esta ocasión elegimos una combinación extremadamente sencilla, que requiere apenas un puñado de ingredientes y pocas elaboraciones, pero que es garantía de éxito seguro.

Ingredientes

  • 12 langostinos frescos
  • 200 mililitros de crema fresca
  • Una lima
  • Un pepino
  • Dos ramas de tomillo
  • Un paquete de pan wasa

Elaboración

  • El primer paso es dejar los langostinos listos para pasar por la plancha. Para ello, hay que pelarlos dejando enteras las cabezas.
  • A continuación, con ayuda de una mandolina, hay que laminar el pepino lo más fino posible. Una vez hecho, hay que aliñarlo con un poco de sal y dejarlo en un colador para que suelte agua.
  • Lo siguiente es elaborar la salsa: solo hay que mezclar la crema fresca con media lima exprimida y las hojas de tomillo. Para un extra de sabor, se puede añadir una pizca de sal y la ralladura de esa media lima.
  • Llega el momento de montar los canapés. Solo hay que alternar el pan wasa, una lámina de pepino y un poco de salsa. Dos veces, para que queden dos capas.
  • Para rematarlo, solo hay que pasar los langostinos por la plancha y colocarlos en la cima de nuestra pequeña torre.