No se ha oído hablar mucho esta temporada de Jimmy Butler o se debería por lo menos hablar de él. Él es más de playoffs pero, en definitiva, de esos momentos agónicos en la que el puro y fiero competidor, disfruta cual funambulista haciendo equilibrios entre la fina frontera que separa la victoria de la derrota. El alero dejó uno de sus momentos este curso clavando contra su ex equipo, los Chicago Bulls, la canasta que dio la victoria a los Miami Heat (118-116) tras el triunfo del conjunto de Illinois del jueves.
Pero, en realidad, también iba sobre cumplir una de sus profecías tras fallar un triple ganador en el Knicks-Heat del 24 de noviembre: “Siempre voy a por la victoria. Garantizo que voy a hacer el siguiente (tiro ganador)”, desveló Butler recordando lo que dijo a sus compañeros entonces.
El líder de los Heat arrebató de esta manera ese momento a DeMar DeRozan, quien tantas veces ha decidido partidos sobre la bocina. El escolta fue el máximo anotador con 27 puntos -9/13 en lanzamientos-, mientras que, como no podía ser de otra forma, Butler lo fue de los Bulls con 28 tantos con un 9/18 en tiros.
Kevin Love aportó 22 puntos desde el banquillo -6/10 en triples-, y fue muy directo y sincero sobre las consignas del conjunto de Florida con Butler: “Básicamente, dásela y quítate del medio”, dijo Love. Al entrenador de los Heat, Erik Spoelstra, no le hizo falta ni pedir tiempo muerto pese a quedarle dos, pues todo el mundo ya sabía qué hacer: “Es la obviedad de las obviedades”, señaló Spo.
Mientras los Bulls siguen en búsqueda de la consistencia que no encuentran -duodécimos en el Este con 10-17-, los Heat, sextos con 15-11, ocupan la última posición de playoffs, lo que verdaderamente importa a Jimmy Butler. Aunque, siempre que un partido esté apretado, Butler será el primero que se apunte para decidirlo.
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