No hay cosa que soliviante más a la derecha española, y también a una parte no menor de la izquierda, que los escarceos del PSOE con Bildu. Según explica en privado un histórico dirigente del nacionalismo catalán, en sus viajes por España de los últimos años ha percibido que el apoyo de los aberzales a los socialistas, indispensable para que Pedro Sánchez siga siendo presidente del Gobierno, molesta mucho más que, por ejemplo, el de Junts.
Por eso no es extraño que determinados mentideros de las redes sociales hayan estallado de indignación con la última intervención en el Congreso de Óscar Puente. El ministro de Transportes, que se está convirtiendo en la estrella de la reentrada política –ya dio una réplica muy comentada a Alberto Núñez Feijóo en su investidura fallida-, respondió sin ambages al diputado del PP que se quejó del acuerdo del PSN y EH Bildu para arrebatarle a UPN la alcaldía de Pamplona. «En pocos días habrá en España una alcaldía más progresista en nuestro país, y una menos de derechas. Y le digo sin ningún complejo que no tengo ningún problema en que un partido progresista democrático de este país se haga con una alcaldía de una capital de provincia de España. Ninguno», dijo textualmente Puente.
Como era de esperar, los rivales políticos de los socialistas corrieron a sacar partido a la frase. Las redes sociales se llenaron de críticas a Puente, que verbalizó algo que es evidente desde hace años -que la dirección socialista quiere normalizar la participación política de EH Bildu, más de una década después de que ETA dejara su actividad terrorista- pero que pocos se atreven a afirmar con la claridad del ministro. En los próximos meses se verá si la derecha puede sacar rédito político a la situación o si la sociedad española también ha pasado ya página.
Desvirtualizar a Manuel
Hay cuentas de X, la red social que antes se llamaba Twitter, que se han especializado en abrir hilos sobre una materia determinada. Algunas han logrado un seguimiento masivo, y podrían considerarse el equivalente escrito de los podcast que están tan de moda. El usuario Manuel de BCN (@Manuel_de_BCN) ha alcanzado el éxito con el ‘hashtag’ #MakeEmLaugh (‘hazlos reír’, una frase tomada de una canción del mítico musical ‘Cantando bajo la lluvia’). Bajo esa etiqueta repasa, cada miércoles a las ocho de la tarde, la trayectoria de un humorista.
Su habilidad para explotar el formato es incuestionable: @Manuel_de_BCN domina los mensajes cortos y certeros que triunfan en la red social, y los acompaña con vídeos, que generalmente muestran las actuaciones de los humoristas que reseña. Entre eso y su capacidad para seleccionar anécdotas jugosas y poco conocidas, el usuario ha logrado que más de 70.000 seguidores estén cada semana pendientes de sus historias.
Este miércoles le ha tocado el turno a Steve Martin. Y el hilo es un ejemplo de cómo el usuario logra captar la atención de tanta gente: en vez de comenzar hablando de alguna de las comedias más taquilleras del famoso actor –’El padre de la novia’, ‘¡Tres amigos!’, ‘La pantera rosa’–, elige un vídeo poco conocido de sus inicios, en los que «fue uno de los más grandes, sorprendentes e innovadores del ‘stand up'».
Por la cuenta de @Manuel_de_BCN han pasado de Rowan Atkinson a los Monty Python, de Mary Santpere al Tricicle. Su éxito ha despertado el interés de los medios, y RAC 1 lo desvirtualizó el pasado domingo. «Me llamo Dani Guillén, tengo 50 años, soy periodista, me he dedicado a la radio y trabajo en comunicación corporativa», se presentó él mismo en antena.
Xavi se va a volver loco
El titubeante discurrir del Barça este año por la Liga y por la Champions ha vuelto a dejar claro que la coherencia no es una de las principales virtudes de los aficionados de los equipos de fútbol. Los mismos que a finales de octubre, cuando todo iba relativamente bien para los azulgrana después de encadenar tres victorias en la competición europea, celebraban la marcha del equipo y soñaban de nuevo con la sexta Champions, ahora ven el desastre como horizonte ineludible y para ellos Xavi Hernández es un entrenador amortizado. Todo empezó a torcerse con la victoria del Madrid en Montjuïc, el 28 de octubre, y hoy el pesimismo es generalizado.
Xavi quiso, en su rueda de prensa del viernes, llamar la atención sobre esa volubilidad del aficionado azulgrana. Aprovechó la pregunta de un periodista sobre si su cabeza corría peligro si perdía este sábado contra el Valencia para subrayarla de manera muy gráfica: «¡Pero si hace un mes me decías que era el Ferguson del Barça! Me lo decías. Me voy a volver loco, ahora estoy en la calle. Bueno, pues ¿qué hacemos? Estabilidad es lo que necesita el club. Todos los proyectos de otros equipos, cuando han tenido curvas, han necesitado estabilidad. Somos los vigentes campeones de Liga, hay que recordarlo. Si al primer bache entramos en una depresión profunda, esto no va a arrancar», dijo.
Pero parece que el entrenador del Barça tiene esa guerra perdida. Si él necesita estabilidad, la gigantesca hoguera del negocio del fútbol necesita siempre más madera. Y la mayoría de aficionados, acostumbrados a ese ritmo infernal, no están dispuestos a esperar mucho tiempo a que la máquina vuelva a funcionar. Quedó claro en las redes. «Todos sabemos que si a Xavi no se le valorara por lo que fue como jugador estaría en la calle», escribió por ejemplo @FCBGlories.