El Salón del Cómic de Zaragoza está atravesando una de sus etapas más dulces. Consolidado con creces en la programación de la ciudad se ha convertido en un ransatlántico que, desde lo popular y desde lo público (característica rara avis en el panorama nacional), no solo se ha hecho con un espacio sino que ha conseguido mantenerse sin la necesidad de esa espiral de crecimiento en la que parece estar imbuido el mundo. La sala Multiusos del Auditorio de Zaragoza ha cerrado este domingo la vigésimo segunda edición de la cita y lo ha hecho, un año más, con una sensación de satisfacción entre los estands (no hay que olvidar que no deja de ser una feria), entre los participantes, los autores y, sobre todo, entre el público que, una vez más, ha valorado en un alto grado el Salón del Cómic de Zaragoza.
Así las cosas, las cifras de asistencia casi son anecdóticas pero sirven como prueba fehaciente de que el evento sigue atrayendo a todo tipo de público. En esta edición, el Salón ha cosechado alrededor de 14.000 visitas (1.000 más que en 2022) durante las cinco sesiones que se han celebrado (viernes por la tarde, sábado por la mañana, sábado por la tarde, domingo por la mañana y domingo por la tarde).
El Servicio de Centros Cívicos ha destacado el hecho de que, a pesar de la gran asistencia de público, no se han producido aglomeraciones y se ha podido disfrutar plenamente del espacio y del resto de actividades complementarias. A ello ha ayudado el haber reservado un cierto número de entradas para su venta en taquilla, lo que ha servido para regular en todo momento el aforo, así como facilitar el acceso a quienes no habían adquirido anticipadamente su entrada.
Satisfacción en vendedores
Pero más allá de la afluencia de público y del color de las visitas (una parte del público siempre acude disfrazado a la cita), el foco también se pone en los vendedores (editoriales, tiendas…), que también se han mostrado satisfechos con los resultados. Tanto los locales, que siempre suelen tener los estands más concurridos con especial mención a Malavida y GP Ediciones, como los de fuera (editoriales como Astiberri y La Cúpula), por ejemplo, que no fallan año tras año a la llamada del tebeo en Zaragoza. Por algo será.
Con respecto a la presencia de autores, más de 60 han pasado este año por los tres días de la cita y muchos de ellos incluso han participado en las diferentes ponencias y mesas redondas que se han realizado. Actividades que no hay que olvidar le dan al Salón un corpus teórico que sirve también para un público más reposado y que quiere el contacto con sus autores de referencias desde una experiencia más profesional.
La cita ha recuperado este año su ‘Tebeíco del Salón’, una publicación gratuita con la que además se va a homenajear al ilustrador aragonés Calpurnio, fallecido hace justo un año, y que ha resultado todo un éxito. Los asistentes han podido adquirirlo de forma gratuita al acceder al salón, y descargarlo en formato digital en la web del evento. Otro homenajeado durante la cita fue el aragonésa José Luis Acín Chefo ya que la cafetería adecuada para el Salón del Cómic ha acogido una exposición sobre una obra que ha servido como un recuerdo con cariño del dibujante.