El Real Madrid gana sin dificultades al Villarreal en un partido repleto de lesiones

Jugó muy cómodo el Real Madrid desde el comienzo ante un Villarreal agobiado por la necesidad de cortar la sangría de goles en contra. Los de Marcelino tenían atrás una formación militar: una línea de seis y tres marcajes al hombre. Pero con cambios de sentido a los blancos les era muy fácil recortar terreno ante un equipo muy impreciso en la salida de balón. Es como si el ‘submarino’ tuviera cruzados los registros de los tres entrenadores que ha tenido esta temporada (antagónicos como Pacheta y Quique Setién).

Lesiones de Baena y Gerard; gol de Rodrygo

El Real Madrid jugó prácticamente toda la primera parte en campo rival. Casi siempre orientado hacia el lado derecho, por donde Lucas Vázquez llegaba sin precisión, a base centros dispersos. El gallego dejó fuera de combate a Álex Baena (acabó saliendo en el 29). Estaba llamado a ser uno de los protagonistas de la noche por su reencuentro con Valverde tras el puñetazo de la pasada temporada como respuesta a los supuestos insultos al hijo del uruguayo.

En otra jugada quedó tocado Gerard Moreno, quien aguantó como pudo. Pidió el cambio en el tiempo de descuento del acto inicial. Por no gastar una nueva ventana de cambios, el Villarreal jugó varios minutos con diez. Eran golpes en el cuerpo de un conjunto superado que acabó encajando antes de la media hora de juego.

Fue en una jugada magnífica en la que Modric -ya había avisado con un disparo al larguero-, de primeras, puso un pase que solo está al alcance de un jugador con tantísimo fútbol en la cabeza. El remate de cabeza de Bellingham fue canónico, orientándose a la perfección y dando la razón al Real Madrid por su insistencia.

Pánico de Alaba y el 2-0 de Rodrygo

La mala noticia para los de Carlo Ancelotti llegó en forma de lesión. Una más. El damnificado esta vez fue David Alaba, quien al intentar interceptar un balón ante Gerard Moreno realizó un apoyo defectuoso. Su mal gesto en la rodilla izquierda hizo que adoptase en el suelo una posición de seguridad. Tuvo un gesto de pánico que transmitió a todo el estadio. Salió del campo sin poder apoyar el pie.

El Bernabéu, con el techo retráctil puesto, como en el partido frente al Getafe, se sacudió el miedo con un nuevo gol. Celebró en diferido el tanto de Rodrygo, anulado por el asistente, pero autorizado por el VAR. El atacante ha marcado nueve goles en sus últimos 11 partidos con el Real Madrid, un dato que contrasta con el único tanto que anotó en sus primeros 12 encuentros de la temporada.

Todavía no se había digerido la salida abrupta de Alaba cuando el Real Madrid dio a conocer otra baja por lesión. Mendy no salió en el segundo tiempo por molestias musculares y Fran García fue su reemplazo. Con este panorama, unido a lo vivido esta temporada, cualquier falta hacía estremecer a Ancelotti.

Morales recorta y Modric sentencia antes de los ‘olés’

El Villarreal se aprovechó del desconcierto para recortar diferencias. Parejo puso en marcha el telescopio para enfocar a Terrats, quien asistió a Morales, el hombre gol del equipo de Marcelino. No obstante, no hubo partido. De ello se preocupó Brahim con una jugada maradoniana en la que dejó tumbados a Mandi y Cuenca con dos precisos recortes.

Un tanto para la enésima reivindicación individual de un jugador que ha encontrado su felicidad con los minutos. El Real Madrid decidió hacer sangre con un rival que perseguía sombras. Bellingham tuvo sus más y sus menos con varios contrincantes. Tras recibir una amarilla por un encontronazo con Altamira llamó a las armas al Bernabéu.

Sus compañeros tuvieron que hablar con él para que bajase las pulsaciones. Modric anotó el gol de la sentencia tras la enésima anticipación de Rodrygo en la presión. El madridismo acabó regalando ‘olés’ a los suyos, ganadores de tres puntos importantes en la lucha por la Liga, que tuvieron la contrapartida de las lesiones de Alaba y Mendy.