El expresidente de Estados Unidos y candidato a la presidencia del partido Republicano, Donald Trump, ha asegurado en un evento de campaña en el estado de New Hampshire que los inmigrantes están «envenenando la sangre de nuestro país».
Este comentario es otro ejemplo de cómo Trump está endureciendo cada vez más su discurso, con una retórica más violenta. En su anterior aparición en este estado usó la palabra «alimañas» para describir a sus rivales políticos, lo que generó una amplia condena, incluso por parte del presidente Joe Biden, que comparó sus comentarios con el «lenguaje que se escuchaba en la Alemania nazi».
Trump ha dicho a una multitud reunida en Durham, New Hampshire, que inmigrantes «de todo el mundo» están «llegando al país», reiterando una frase que usó anteriormente y que provocó protestas en la Liga Antidifamación.
«Están envenenando la sangre de nuestro país. Eso es lo que han hecho», ha asegurado Trump, que ha añadido que «envenenan instituciones mentales y prisiones en todo el mundo, no sólo en América del Sur, sino en todo el mundo. Están llegando a nuestro país, desde África, desde Asia, desde todo el mundo».
Tras el uso de la frase por parte de Trump en octubre, el director ejecutivo de ADL, Jonathan Greenblatt, vinculó su lenguaje con masacres por motivos étnicos en Pittsburgh en 2018 y El Paso, Texas, en 2019.
«Insinuar que los inmigrantes están ‘envenenando la sangre de nuestro país’ hace eco de los temas de conversación nativistas y tiene el potencial de causar peligro y violencia reales. Hemos visto este tipo de retórica tóxica inspirar violencia en el mundo real antes en lugares como Pittsburgh y El Paso. No debería tener cabida en nuestra política, punto», dijo Greenblatt en octubre.
A parte, el expresidente ha reiterado su propuesta de «restaurar y ampliar» las prohibiciones de viaje que implementó por primera vez hacia algunos países en 2017 y se ha comprometido a «implementar un fuerte control ideológico para todos los inmigrantes ilegales». La prohibición de viajar afectó a muchos países de mayoría musulmana y naciones africanas, lo que llevó a los críticos a argumentar que tenía motivaciones raciales.
El gobernador de Florida, Ron DeSantis, uno de los rivales republicanos del expresidente, ha respondido más tarde que no había escuchado los comentarios de Trump en New Hampshire sobre los inmigrantes «envenenando la sangre de nuestro país», y en lugar de eso ha reiterado el «enorme riesgo» de que las personas que cruzan la frontera ilegalmente representan un «gran riesgo» para los estadounidenses, especialmente para los «varones en edad militar».
«Tenemos que ser inteligentes acerca de lo que estamos haciendo en este país», ha asegurado DeSantis en una conferencia de prensa en Corydon, Iowa, cuando se le ha preguntado si cree que este tipo de retórica debería ser utilizada por alguien que quiera liderar Estados Unidos. «Vamos a ser muy duros con respecto a quién puede entrar a este país, porque creo que lo que está pasando ahora, en particular en la frontera, ha sido un desastre total», ha agregado.
Trump ha viajado a New Hampshire para conseguir apoyo mientras intenta solidificar su estatus como favorito republicano para 2024 en las últimas semanas antes de las primeras primarias presidenciales republicanas del estado.