China, Irán y Arabia Saudí han conformado un Comité Conjunto Tripartito en el que han discutido este sábado la crisis en Gaza por el conflicto entre Hamás e Israel, durante un encuentro entre los respectivos responsables de Exteriores de cada uno de los tres países en Pekín.
En concreto, han participado el asesor de Exteriores de la Presidencia china, Wang Yi; el viceministro de Exteriores saudí, Walid al Juraiji, y su homólogo iraní, Ali Bagheri Kani. El objetivo de este Comité Conjunto, además de abordar la situación en Gaza, también es el de normalizar las relaciones entre Arabia Saudí e Irán con China como mediador.
En la reunión de este sábado, los tres participantes han aportado diferentes perspectivas y procesos de mediación para alcanzar un alto el fuego duradero. «La máxima prioridad es promover un alto el fuego y cesar los combates en Gaza, avanzar en la ayuda humanitaria y reanudar las negociaciones palestino-israelíes», han resumido los responsables de exteriores en una nota conjunta, publicada por el Ministerio de Asuntos Exteriores chino en su página web.
«Hay que respetar la voluntad del pueblo palestino»
El primer punto en el que los tres diplomáticos han coincidido ha sido en que «sea cual sea la solución al conflicto palestino-israelí, hay que respetar la voluntad del pueblo palestino«, así como las «preocupaciones legítimas de los países de la región«. «A su vez no podrá desviarse de una solución de dos Estados israelí y palestino en convivencia, además de facilitar la existencia de una Palestina dirigida por los palestinos, de propiedad de los palestinos y gobernada por los palestinos«, han añadido.
Por parte de China, tal y como ha reiterado Wang, existen intenciones positivas de cooperar con Arabia Saudí, Irán y todos los países árabes y musulmanes para organizar las herramientas necesarias para garantizar la implementación de la «solución de dos Estados» a la mayor brevedad posible y reestablecer así la paz en Oriente Próximo.
Relaciones Arabia-Israel antes y después de la guerra
A su vez, cabe recordar que las relaciones diplomáticas entre Arabia Saudí e Israel han dado un gran vuelco como consecuencia del conflicto en Gaza. Antes del 7 de octubre, Arabia Saudí estaba dispuesta a hacer un reconocimiento oficial sobre el Estado de Israel después de que las posiciones entre ambos se destensaran a través de diferentes acuerdos políticos y comerciales. Sin embargo, Riad decidió cortar temporalmente estos puentes tras el recrudecimiento de la violencia contra el pueblo palestino.
Un movimiento que, por otra parte, también choca frontalmente con los intereses de Estados Unidos en la región, en tanto que Arabia Saudí es un socio estratégico y económico muy importante en el Medio Oriente, por lo que esta ruptura de las negociaciones con el principal aliado de Washington en la zona también le supone perjuicios a la Casa Blanca por delegación.
En este contexto, los funcionarios saudíes comunicaron la posición de Riad a Estados Unidos y solicitaron que los mensajeros no fueran identificados al tratarse de comunicaciones privadas. Aunque desde Arabia Saudí dejaron claro que no se trataba del fin de la diplomacia, sino simplemente de una pausa en la misma y en su desarrollo.
Advertencias de Irán
Con el telón de fondo de los bombardeos israelíes a la Franja de Gaza, todos los países limítrofes al conflicto han marcado sus respectivas posturas ante el conflicto, e Irán no ha sido menos. El líder iraní Ali Jamenei señaló el pasado mes de octubre, con el conflicto recién reavivado, que si Israel no cesaba de inmediato sus ataques contra la población civil palestina de Gaza, «nada podrá detener a los musulmanes de todo el mundo y a las fuerzas de resistencia que defenderán a Palestina».
«En el caso de Palestina, lo que ocurre delante de los ojos del mundo es genocidio por el régimen ocupante. […] Debemos responder, debemos reaccionar a lo que está pasando en Gaza”, expresó en su momento Jamenei.
En los mismos términos se postuló el titular de Exteriores iraní, Hosein Amir, para advertír, en sintonía con el líder ayatolá, que podría producirse una posible «acción preventiva» en cualquier instante por parte de los grupos «de la resistencia» contra las fuerzas israelíes.
En concreto, el grupo armado más activo, próximo a Israel y con capacidad para impactar el conflicto es el partido-milicia chií Hezbolá, originaria del Líbano y que, aunque no ha entrado de manera directa y activa al conflicto, sí que ha realizado ciertas operaciones contra posiciones israelíes en los últimos meses.