Una de las primeras medidas de Carlos Mazón como president fue poner en marcha un plan de adelgazamiento de la estructura de la Generalitat. Entre otros ajustes, se redujo el número de altos cargos en el segundo escalón, que pasan de los 55 del Botànic a 46. Pese a tener menos puestos que copar y a las prisas mostradas para ser investido, el jefe del Consell todavía mantiene vacantes tres direcciones generales cinco meses después de formar su gobierno con Vox.
Todas ellas dependen directamente de Presidencia y algunas están llamadas a jugar un papel fundamental en la estrategia política que comienza a desplegar Mazón en el tablero nacional.
En concreto, siguen deshabitadas la dirección general de Relaciones con las Comunidades Autónomas y Relaciones Institucionales (adscrita a la Secretaría Autonómica de Relaciones Institucionales que dirige Santiago Lumbreras); la de Coordinación de Acción del Gobierno y la de Relaciones con la UE, el Estado y Acción Exterior (dependientes ambas del secretario autonómico de Presidencia, Cayetano García).
Desde que se constituyera el Consell, el 19 de julio, ha habido un goteo de nombramientos que se ha frenado recientemente. En los últimos dos meses se ha producido solo una incorporación. Cabe recordar que el Consell de PP y Vox ya tuvo complicaciones para, entre otros, reemplazar a la cúpula de Emergencias, donde el socialista José María Ángel tardó más de mes y medio en ser cesado pese a reclamarlo insistentemente.
Desde Presidencia aseguran que «no hay ningún motivo» detrás de estos atrasos y que «pronto estarán cubiertas». La de la coordinación con la UE se lleva con «más tranquilidad», añaden, porque se le otorga «mucha importancia».
Frente territorial sin director
Sea como sea, llama la atención que Mazón mantenga descabezada la dirección de Relaciones con las Comunidades Autónomas en un momento en el que esta debería jugar un papel clave en la estrategia de oposición a Pedro Sánchez desde los territorios en la que se ha embarcado el jefe del Consell.
El president ha abierto esta misma semana varios frentes de colaboración con otros gobiernos autonómicos contra el Gobierno central y ha anunciado otros tantos. «Necesitamos aliados», dijo señalando que las autonomías tienen que ir de la mano para ocupar el vacío que deja el Ejecutivo central, según él ocupado en ofrecer concesiones a Cataluña.
Según explica la propia Generalitat en su web, este departamento es el encargado de «asesorar en las relaciones ordinarias con las otras comunidades autónomas», «desarrollando e interviniendo en iniciativas de colaboración» e «impulsando el contacto institucional y la coordinación» de los posibles acuerdos que se alumbren.
Esta misma semana Mazón ha lanzado varias cañas a otras autonomías con intereses compartidos con la Generalitat. El plato fuerte fue la cumbre empresarial en Madrid con Isabel Díaz Ayuso, en la que se estrecharon lazos comerciales pero sobre todo políticos con la baronesa más poderosa del PP. En paralelo, el Ejecutivo valenciano también está en conversaciones con el gobierno de Fernando López Miras en Murcia para pelear juntos por el déficit asimétrico y ha anunciado que explora otras posibles alianzas bilaterales con Andalucía, Baleares y Aragón sobre financiación, turismo y logística.
Por su parte, la vacante en la Dirección General de Relaciones con la Unión Europea, el Estado y Acción Exterior mantiene a la Generalitat sin interlocución directa con Bruselas, al menos sobre el papel. Siempre según las propias competencias que recoge la web oficial, este área tiene entre otras funciones la de «representación, defensa y promoción de los intereses multisectoriales de la Comunitat Valenciana ante las instituciones y órganos de la Unión Europea».
La tercera dirección general huérfana, la de Coordinación de la Acción del Gobierno, es la encargada de establecer las «directrices generales» de la labor del Ejecutivo autonómico así como de coordinar la ejecución de los acuerdos del Consell y de las unidades administrativas que inciden en la acción política, legislativa y administrativa de la Generalitat.
Cuatro asesores sin nombrar tras reducirlos a la mitad
El Consell de Carlos Mazón anunció también un recorte drástico en el número de asesores respecto al heredado del Botànic. En concreto, de los 116 trabajadores eventuales del Ejecutivo de PSPV, Compromís y Unides Podem se pasó a 61. Pese al drástico tijeretazo, por el momento todavía no se ha alcanzado la cifra máxima fijada por el president. Según los datos del portal de Transparencia de la Generalitat, hasta ahora hay nombrados 57 asesores, por lo que todavía quedan cuatro plazas por cubrir. La mayor parte se concentran en Presidencia.