El Levante UD pondrá el candado como local al 2023 con el partido ante el Huesca del domingo. La pasada campaña ese cerrojo fue en Copa ante el Andorra y tuvo un alentador inicio, precisamente también en el torneo del KO frente al Getafe, que impulsó a los de Calleja a obtener un incontable flujo de resultados positivos que abrían de par en par las puertas hacia la Primera División. El camino por recorrer era largo y así se hizo con un desenlace que no hace falta recordar. Actualmente, la coyuntura es diferente. El cuadro granota llega a la cita ante los oscenses, rival inaccesible el último curso, en situación de interrogación y duda. Pese a los últimos cuatro puntos sumados frente a rivales de calibre como Valladolid y Sporting, el asterisco de Copa con el Amorebieta, y la falta de creencia en ganar de Gijón, no hacen que el Levante invite a ser una apuesta segura.