Al menos dos policías murieron y otros tres resultaron heridos este viernes en un nuevo ataque insurgente contra una comisaría en la provincia de Khyber Pakhtunkhwa, en el norte de Pakistán, la misma semana en la que 23 soldados paquistaníes fallecieron en un asalto a una base militar reivindicado por un grupo talibán.
El ataque tuvo lugar a las 2:30 de la madrugada (21:30 GMT del jueves) cuando varios insurgentes sin identificar atacaron el cuartel de la Policía en el distrito de Tank y uno de ellos «se inmoló», dijo a EFE el agente del control policial del distrito, Tahir Khan. «La Policía tomó represalias y frustró el ataque, pero dos policías murieron y otros tres resultaron heridos», agregó el oficial, que sostuvo que todavía no disponían de información sobre el número de insurgentes que perdieron la vida en el enfrentamiento «Continúa la operación de búsqueda de terroristas vivos o muertos», zanjó Khan.
Ningún grupo armado se ha atribuido por el momento la responsabilidad del atentado, que tiene lugar en pleno repunte de la violencia armada en Pakistán, especialmente en el norte del país y dirigida contra las fuerzas de seguridad.
Al menos 23 soldados murieron y más de 30 resultaron heridos el pasado martes cuando seis insurgentes intentaron acceder sin éxito a una base militar en Khyber Pakhtunkhwa y posteriormente estrellaron contra ella un vehículo cargado de explosivos que provocó el colapso del edificio.
El grupo armado Tehreek-e-Jihad Pakistan (TJP), que el Gobierno paquistaní dice estar afiliado al principal grupo talibán en el país, el Tehreek-e-Taliban Pakistan (TTP), se atribuyó la responsabilidad del atentado, en el que también perecieron los seis atacantes.
Pakistán ha experimentado un aumento en los incidentes terroristas desde que los talibanes afganos tomaron Kabul en agosto de 2021. El Gobierno del país asiático acusa al TTP de utilizar suelo afgano para llevar a cabo ataques, un extremo que Kabul ha negado repetidamente.