Los presidentes de Venezuela y Guyana, Nicolás Maduro e Irfaan Ali, respectivamente, se vieron cara a cara en San Vicente y las Granadinas en un primer intento de reducir las tensiones derivadas de una añeja disputa alrededor del Esequibo, reverdecida peligrosamente tras la consulta popular en el primero de los países que, al menos en los papeles, abre las puertas para anexar esos 160.000 kilómetros cuadrados muy rico en hidrocarburos y minerales. «Venezuela y Guyana manifiestan disposición de continuar con el diálogo, para dirimir controversia en relación con el Esequibo», señaló el Palacio de Miraflores. El ministro de Comunicación venezolano, Freddy Ñáñez, calificó de «exitosa» la cita porque demostró que «la única vía» para resolver la situación debe basarse en el «entendimiento y respeto, libre de intervención injerencista, priorizando el bienestar».
Ali dijo por su parte que los vecinos se han comprometido en garantizar que su región siga siendo pacífica. No obstante, Georgetown subrayó que su posición «es y seguirá siendo» que la querella sea resuelta «en y por la Corte Internacional de Justicia (CIJ)». Mientras tanto, el Esequibo «no es objeto de discusión, negociación o deliberación«.
El encuentro, seguido con expectativa e inquietud, fue coordinado por Ralph Gonsalves, primer ministro de la isla anfitriona, en el marco de una reunión de la Comunidad del Caribe (Caricom) a la que fueron también invitado Brasil, impulsor decidido del diálogo, y el enviado del secretario general de Naciones Unidas, Earle Courtenay Rattray. Una imagen lo dijo todo y la divulgó el propio ministerio de Exteriores de Venezuela: se ve a Ali sentado, luego entra Maduro y se sienta frente a su homólogo. Entonces tiene lugar un desafiante cruce de miradas que es respondido por Ali con un leve gesto de afirmación subiendo el mentón.
«Vengo con un mandato del pueblo de Venezuela, una palabra de diálogo, una palabra de paz, pero a defender los derechos del pueblo, de nuestra patria», dijo Maduro al aterrizar. Días atrás, la tensión había escalado a partir de la decisión del Palacio de Miraflores de autorizar la exploración petrolera en lo que Venezuela denomina la Guayana Esequiba. Ese anuncio provocó de inmediato fuerte malestar en Georgetown, que cuenta con el respaldo de Estados Unidos y Gran Bretaña. Ali subrayó entonces que los proyectos ya aprobados por su Gobierno, entre ellos Exxon Mobil y su próximo socio Chevron, que a la vez opera en Venezuela, no corren riesgo. También entraría en el negocio nada menos que la China National Petroleum Corporation. La economía de Guyana se encuentra en auge por una producción petrolera que podría llegar a los 1,2 millones de barriles diarios en 2027. «Dejé muy claro que Guyana tiene todo el derecho (…) a facilitar cualquier inversión, cualquier sociedad (…), la expedición de cualquier licencia y el otorgamiento de cualquier concesión en nuestro espacio soberano», dijo. La cita tuvo lugar pocas horas después de que Ali asegurara durante una entrevista con la cadena estadounidense NBC News que Maduro es «un criminal» que «actúa de forma imprudente».
Perspectivas de la negociación
Diversos especialistas coinciden en que la cita caribeña no cambiará el curso del diferendo bilateral. “¿Qué negociación será esa si el presidente de Guyana dijo que el caso continúa en la Corte Internacional de Justicia y que no está dispuesto a ceder territorio?», quiso saber Ricardo Salvador de Toma, doctor en Estudios Estratégicos Internacionales, en conversación con la revista caraqueña Tal Cual. Según Sadio Garavini, exembajador de Venezuela en Georgetown, el Gobierno debería enfocarse en preparar sus argumentos ante la CIJ en abril venidero. Si no lo hace «perderemos seguramente la sentencia«. En caso de presentar correctamente su posición, con la ayuda de asesores nacionales e internacionales, «hay un chance 50/50 de poder ganar la demanda y que el Laudo Arbitral (de fines de siglo XIX) sea considerado nulo. Eso es lo serio».
La disputa cobró un inédito giro después de que se aprobara el 3 de diciembre la consulta popular en Venezuela. De inmediato, el Palacio de Miraflores ordenó la inclusión del Esequibo en un nuevo mapa del país y ordenó el emplazamiento de una división militar cerca del área en disputa.
«Traigo los hechos conmigo», reiteró Ali, citado por medios guyaneses, al llegar a la reunión. El 1 de diciembre pasado, el Tribunal Internacional de la Haya ordenó a Venezuela que no tome ninguna medida que modificara “la situación que actualmente prevalece” en el Esequibo. El dictamen fue unánime. La Corte también pidió que ambas partes se abstuvieran “de cualquier acción que pueda agravar o extender la controversia ante la Corte o hacerla más difícil de resolver”.