Este 15 de diciembre llega a los cines La sociedad de la nieve, la tan esperada película de J. A. Bayona, basada en el libro homónimo de Pablo Vierci, que relata el accidente del Vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya en la cordillera de los Andes en 1972.
La misma ha sido aclamada por la crítica durante su paso por los festivales de cine internacionales, logrando llevarse el Premio del Público de San Sebastián a la Mejor Película y la nominación a los Premios Critic’s Choice Awards a la Mejor Película de Habla No Inglesa.
Si bien Bayona es español, y, por lo tanto, la película es considerada española, cuenta con la particularidad de ser la mayor producción que Netflix ha desarrollado en conjunto a Argentina y Uruguay. Esto se debe a que el elenco de la misma está completamente integrado por actores y actrices de estos países. También cuenta con el trabajo de Netflix Estados Unidos.
Desde el minuto cero, esta película propone un relato en crudo, alejado de toda estetización y romantización, de la tragedia que se cobró 29 vidas de los 45 pasajeros del equipo de rugby uruguayo que iba rumbo a una competencia en Chile. Es una obra cinematográfica que pone a la vista el gran talento actoral emergente que poseen tanto Argentina como Uruguay.
Cada uno de los miembros del reparto y, sobre todo, cada una de las víctimas y sobrevivientes, cuentan con un momento especial en pantalla. Los actores argentinos Matías Recalt (Roberto Canessa), Agustín Pardella (Nando Parrado), Esteban Kukuriczka (Fito Strauch) y el uruguayo Enzo Vogrincic (Numa Turcatti) – y por supuesto, el resto del elenco – entregaron sus cuerpos para dar piel y voz al testimonio de aquellos hombres que crearon una sociedad bajo nuevas leyes éticas y morales.
Matías Recalt y Agustín Pardella: todo sobre La sociedad de la nieve
Vía País habló a solas con Matías Recalt y Agustín Pardella, quienes se pusieron en la piel de los sobrevivientes Roberto Canessa y Nando Parrado. Los actores argentinos contaron cómo fue el detrás de escena de La sociedad de la nieve que llegará este 15 de diciembre a los cines y el 4 de enero a Netflix.
– ¿Cómo construyeron desde la actuación, teniendo en cuenta lo ajeno que les era todo, es decir, lo ajeno del lugar, de la experiencia, de tratarse de otras vidas, la época, etc.?
– Matías Recalt: fue muy difícil de imaginar cómo era la psiquis de ellos en ese momento. Entonces hicimos un trabajo de recolectar información de los sobrevivientes. En mi caso, fui a hablar con la familia de mi sobreviviente y con amigos, conocer un poco el entorno, y también me ayudó a entender el leer libros donde también los compañeros de montaña de Roberto contaban cómo era en la montaña, porque yo puedo conocer al Roberto de hoy, pero dudo que haya tenido la misma cabeza en la montaña que en el llano.
Un poco fue eso, intentar, en la vivencia del set, estar ahí presente e imaginar cuáles eran los pensamientos que ellos tendrían. Yo, por ejemplo, le pregunté a Roberto en qué pensaba, cómo manejaba la cabeza en esos momentos.
– ¿Cómo fue la experiencia del rodaje?
– Agustín Pardella: fue una experiencia arrolladora, pero toda esa energía que me pasaba por encima me inspiraba al mismo tiempo para encontrar cosas nuevas e, inclusive, una verdad humana a lo que quizás ellos pudieron llegar a vivir en algún momento. El rodaje implicó un desgaste físico y mental, que también me puso a prueba para ver que es lo que me pasaba y ver hasta qué punto eso teñía un poco la historia del personaje que me tocaba interpretar.
– ¿Qué les sucedió cuando vieron la película?
– Matías Recalt: la primera vez que la vi me costó mucho disociarla del rodaje, es decir, salir del set, de las anécdotas, también de las expectativas. Fue muy fuerte, difícil de asimilar. Pero después, la segunda, ya más masticado, pude verla como espectador y sumergirme en la historia para disfrutarla.
– Agustín Pardella: la primera vez a mí también me super costó, pero la segunda y la tercera las vi como un espectador, rodeado de familia y amigos. Recomiendo verla en el cine para poder vivir la experiencia del sonido y la imagen en su máximo esplendor, por ejemplo, en la escena del accidente.