Una noche de 2020, en Hamburgo, Alemania, una adolescente de 15 años fue violada en dos ocasiones por dos grupos distintos de jóvenes, de entre 19 y 23 años, que se aprovecharon del estado de embriaguez de la víctima para agredirla sexualmente.

Más de dos años después se ha conocido la sentencia, que ha despertado la indignación en la ciudad teutona. Los jóvenes condenados, de entre 19 y 23 años, abusaron de la joven, que había bebido en una fiesta local.

Los hechos se produjeron sobre las 23:15 horas de la noche, cuando un primer grupo compuesto por cuatro personas arrastraron a la adolescente hasta unos arbustos donde la violaron y le robaron móvil y cartera. Más tarde, otro grupo compuesto por siete hombres, aprovecharon la desorientación de la joven para volver a agredirla sexualmente. 

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El veredicto de los jueces ha sido muy discutido por casi la totalidad de la ciudadanía,  que ha increpado al juez por redes sociales tras conocerse la resolución. Mas si cabe, después de que el magistrado fundamentase su veredicto sobre la violación grupal diciendo que «en la cultura en la que los perpetradores provienen de la violación en grupo es una especie de acto de formación de identidad, no se les debe guardar rencor». 

En defensa del juez, la Asociación de Jueces emitió un comunicado para expresar su «consternación ante el acoso intolerable a un colega que cumplió la tarea que le había asignado la Ley Fundamental» después de haber condenado a un joven a dos años y nueve meses de prisión, a ocho a una pena de uno a dos años con libertad condicional y a otro al que ha absuelto -un undécimo ya fue absuelto en abril-.

La Asociación censuró los «ataques personales inaceptables» con «llamadas a la violencia más o menos veladas» marcadas por un «trasfondo antiinmigrante«.

La ciudadanía ha tachado de insuficiente el castigo para los integrantes de la dos ‘manadas’ que cometieron el delito y, por otro, la Asociación de Jueces de Hamburgo, que ha salido en defensa del juez y del castigo y ha condenado la «persecución» a la que ha sido sometido el juez instructor del caso. 

Condena

En el comunicado, los jueces recordaban que la sala competente de la Audiencia Provincial de Hamburgo había «reunido una gran cantidad de pruebas en un procedimiento complejo y, como resultado, se llegó a un veredicto fundamentado» en la ley del menor alemana.

Los jueces se han defendido de las críticas asegurando que «la sentencia representa una de las sanciones más duras del derecho de menores», y critican que sean calificadas de «absoluciones» por algunos.

Según el tribunal, la mayoría de sus conclusiones se basaron en pruebas reunidas gracias al testimonio de más de 90 testigos -ninguno de ellos directo- y varios peritos.

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Algunos de esos testigos informaron de dos vídeos que podrían estar relacionados con la violación pero ambos fueron eliminados poco después del crimen y no se pudieron aportar como prueba para el caso.

La psiquiatra encargada del caso, Nahlah Saimeh, afirmó que los violadores podrían haber utilizado la violación en grupo como instrumento para «dejar salir su ira y frustración en relación con su origen migratorio». Más leña al fuego para este caso, que todavía admite recurso por parte de la acusación.

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Asimismo, según medios locales, al inicio del juicio los investigadores pudieron comparar nueve muestras de semen encontradas en la víctima con el ADN de los acusados.

La defensa había pedido que todos los acusados fueran absueltos, mientras que la Fiscalía había pedido penas que oscilaban entre un año y tres meses y tres años de prisión.

Según el Ministerio de Justicia, cuatro de los acusados en el proceso eran ciudadanos alemanes, mientras que entre los demás se encontraban un afgano, un kuwaití, un armenio, un montenegrino y dos de «nacionalidad incierta».